Renuncia de Burgos y la naturaleza ciega de la crisis política
JCR.-
Los políticos de derecha, de centro y de izquierda balbucean, como las grandes aves, opiniones inventadas sobre la salida del canoso ministro Jorge Burgos.
Hablaron mucho a pesar que ninguno de ellos sabía que el «paquete» Burgos renunciaría hoy.
Ninguno de esos políticos conoce la sabrosa narrativa de sus motivaciones.
Sus comentarios son balbuceos huecos para llenar un vacío político ciego.
En el centro de la política hay una narrativa. Un mecanismo creativo que elabora un punto ciego.
Le permite al político de nivel superior saber cómo y hacia dónde caminar, bloquear el ruido, disminuir el impacto de las críticas, y esa narrativa actúa en beneficio de su fuerza y su estabilidad psíquica y emocional.
Es un punto ciego a través del cual los ciudadanos no ven nada.
Pero es precisamente a través de ese punto ciego por el que, en la práctica, actúan, ven y actúan los políticos de verdad.
Es precisamente a través de esa oscuridad que el político ilumina.
Es precisamente a través de ese silencio que la política se torna elocuente.
Esta paradoja es esencial a la política moderna de calidad.
Son las obsesiones no dichas, no expresadas y manejadas con discreción y sensatez, la mezcla mágica de sabiduría y silencio.
Son una o dos ideas gruesas y pragmáticas que mueven el accionar de un político de estatura.
Todo lo central que tiene que decirnos la política nos lo dice a través de ese no saber, a través de esa interrogante, a través de ese punto ciego.
El punto ciego narra las vicisitudes más sólidas de la política.
La política comparte un mecanismo narrativo semejante. En el corazón de todas ellas late un intento de responder a preguntas múltiple y que, sea cual sea ella, al final la respuesta es siempre una forma de hacer camino.
La política tiene esa narrativa que no es clara, unívoca, y taxativa; sólo una respuesta ambigua, equívoca, contradictoria, esencialmente irónica, que ni siquiera parece una respuesta.
Pero eso hace andar a los políticos.
Jorge Burgos ya no tenía ningún control de ese mágico punto ciego.
Burgos ya no sabía que hacer.
Pero ¿Cuál es el punto ciego de la política chilena en general?
No existe narrativa. No hay trasfondo.
Los políticos ya no saben que hacer.
¿Qué quiere el gobierno? ¿Dónde están la motivación central? ¿Qué quiere la oposición?
No hay una respuesta. Hay crisis.
Hay parloteo, como las grandes aves, o como aves menores, como las gallinas cluecas.