En un libro de memorias que será publicado próximamente el Papa emérito Benedicto XVI admite la existencia de un grupo de poder compuesto por cuatro o cinco personas.
Santiago, 04 de julio de 2016. (reflexionyliberacion.cl).– El libro todavía no ha sido publicado pero ya está provocando polémicas. Se titula «últimas conversaciones», es una entrevista del periodista alemán Peter Sewald, quien ya publicó tres libros de conversaciones con Joseph Ratzinger(dos cuando era cardenal y una cuando era Papa). Será publicado en septiembre de 2016, en Italia, por el editor Garzanti. Anticipó el contenido el vaticanista Luigi Accattoli, en “Il Corriere della Sera”, que lo venderá con el periódico en los quioscos.
En las páginas del nuevo libro hay un pasaje en el que Benedicto XVI admite «haber sabido de la presencia de un “lobby gay” en el Vaticano, compuesto por cuatro – cinco personas» y afirma «haber logrado deshacer ese grupo de poder. Información –comenta Accattoli– que nunca se había tenido».
En el libro, el Papa emérito rechaza las críticas de quienes lo consideran demasiado «académico» y demasiado concentrado en su estudio y en la escritura, y rechaza también que se le considere un «restaurador» en ámbito litúrgico. Habla sobre sus intentos de reformar el IOR y sobre la plaga de la pederastia, subrayando las dificultades que un Papa se encuentra cuando trata de intervenir con la «suciedad en la Iglesia». Cuenta también cómo preparó en secreto su renuncia y admite que se enteró «consorpresa» del nombre de su sucesor: se había imaginado algunos nombres, «pero no él». Habla de la «alegría» de ver cómo el nuevo Papa reza y se comunica con la mltitud y describe la figura humana y papal de Francisco, refiriéndose tanto a lo que tienen en común como a lo que los diferencia.
De la existencia de una “red gay” en el Vaticano se habló cuando explotó el primer caso “Vatileaks”: según algunas indiscreciones un capítulo entero de la “relatio”, las conclusiones de la investigación completa encomendada a los cardenales curiales Julián Herranz, Salvatore De Giorgi y Jozef Tomko, estaría dedicada a este presunto grupo de poder.
En junio de 2013, Papa Francisco había aludido a esto cuando pronunció un discurso ante la cúpula de la Confederación Latinoamericana de los Religiosos (Clar). El encuentro se llevó a cabo a puerta cerrada y no debía publicarse su contenido, pero una transcripción -no desmentida- fue publicada por el sitio web chileno “Reflexión y Liberación” (www.reflexionyliberacion.cl).
Algunas semanas después, al volver de Río de Janeiro a Roma, en julio de 2013, Francisco respondió, en la primera conferencia de prensa en un avión, a una pregunta al respecto: «Se escribe mucho sobre el “lobby gay”. Yo todavía no he encontrado a nadie que me de el documento de identidad en el Vaticano con “gay”. Dicen que hay algunos. Creo que cuando uno se encuentra con una persona así, debe distinguir el hecho de que sea o no una persona gay del hecho de crear un “lobby”, porque los “lobbies”, todos son malos. Eso es malo. Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, pero ¿quién soy yo para juzgarla? El Catecismo de la Iglesia Católica explica de manera muy bella esto, pero dice: “no hay que marginar a estas personas por esto, deben ser integradas en la sociedad”. El problema no es tener esta tendencia, no. El problema es hacer “lobbies” de esta tendencia: “lobbies” de avaros, “lobbies” de políticos, “lobbies” de masones, muchos “lobbies”. Este es el problema más grave para mí».