El último informe sobre calidad de aire de la OMS sostiene que ambas comunas de Atacama se enlistan dentro de las tres mil ciudades que sobrepasan la norma de material particulado grueso (MP10) y fino (2,5).
Copiapó, 05 de julio de 2016. (diarioatacama.cl)– Según el último informe sobre calidad del aire urbano publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que evaluó la situación ambiental de tres mil ciudades de 103 naciones, Copiapó y Huasco figuran en la nómina de ciudades de América más contaminadas por este agente.
El reporte de la OMS establece que el diagnóstico representa al 98% de las ciudades en los países de ingresos bajos y medianos, con más de cien mil habitantes que no cumplen con las directrices de calidad del aire de la OMS, en lo relativo a los niveles aceptados de material particulado grueso (MP10) y material particulado fino (2,5). Mientras que en los países de altos ingreso el porcentaje de se reduce al 56%.
Niveles sobre la media
La información publicada en el sitio web de la OMS señala que el grupo de países analizados supera los estándares fijados en materia de material particulado fino, ya que estos no deberían exceder, al año, los 10 microgramos por metro cúbico (ug/m3) del contaminante. En tanto, el promedio anual de MP10 no debería exceder los 20 ug/m3.
En el caso del material particulado grueso (MP10), en Copiapó el promedio anual sería de 47ug/m3, es decir, 27 puntos sobre el parámetro establecido por la OMS en esta materia, mientras que en el puerto de Huasco la media registrada al año del mismo agente sería de 25 ug/m3.
Respecto a los niveles de 2,5 promediados al año en la capital regional, serían de 19 ug/m3 los que se registrarían, esto es, nueve puntos sobre el parámetro fijado por la Organización Mundial de la Salud. Para Huasco, en tanto, la media percibida de manera anual correspondería a 11 ug/m3, un punto por encima de lo aceptado en materia de MP10.
A partir de este escenario, Isel Cortés, jefa del Laboratorio de Química Ambiental del Centro Nacional del Medio Ambiente (Cenma) de la Universidad de Chile, aseveró que «sin necesidad de estudios muy detallados, se puede decir que los suelos de la región de Atacama son ricos en cobre. Sin embargo, los minerales de cobre que están presentes en Chile también tienen cantidades importantes de arsénico y de molibdeno. En algunos sectores de la región hay yacimientos de plomo, de plata, de manganeso, de hierro, de oro. Todos esos metales están en los suelos de Copiapó y de Huasco».
Respecto a los valores de estos metales que serían aceptados por la norma ante eventos de polución, Cortés explicó que «no hay norma para exposición ni para metales en suelo para Chile. Muchos países han ordenado los niveles que quieren aceptar respecto de los cuales no tomarán acciones de restricción de uso de suelo, que comúnmente se conocen como norma. Pero es una decisión de cada país, por eso las normas son diferentes unas de otras y por eso no deben copiarse ni extrapolarse. No se ha hecho ese ejercicio en Chile de pensar cuál es el nivel que vamos a considerar aceptado para cada metal, a partir de los niveles naturales que tenemos.»
Consultas médicas
Hace 20 días la comuna de Copiapó vivió su primera emergencia ambiental del año, luego de los fuertes vientos registrados durante el 11 y 12 de junio. El panorama no solo generó inquietud en la población, sino que también provocó un alza de consultas por enfermedades respiratorias en el Servicio de Urgencias del Hospital Regional durante los días 13 y 14 de ese mismo mes.
Según el registro del Servicio de Salud de Atacama, entre el 10 y 17 de junio se registraron 163 atenciones médicas relativas a patologías respiratorias en un lapsus de dos días, esto es, un incremento respecto a las consultas efectuadas antes y después del cuadro ambiental que afectó a Copiapó.
De acuerdo a los datos del Servicio de Salud, el 13 de junio las consultas por enfermedades respiratorias marcaron un 14,2% del total de atenciones médicas entregadas en el Hospital de Copiapó, mientras que el 14 de junio -día en que se decretó la emergencia- las consultas registraron un 10,7%. Todas concentradas en menores de 1 a 4 años de edad, según indicó la repartición.
Además, la misma entidad agregó que, en comparación al 2015, en lo que va de este año se observaría una mayor concurrencia de personas que consultan por patologías respiratorias.
En este contexto, respecto de cómo podrían afectar estos episodios en la salud en la población debido a los relaves que rodean a la comuna de Copiapó, Isel Cortes sostuvo que, si bien, no han realizado analizado en cuánto aportan los relaves de la ciudad de Copiapó al MP10 (Material Particulado), a partir de investigaciones de suelo en otras comunas del país estos constituirían un porcentaje «muy bajo, respecto del total de fuentes que aportan al material particulado, mucho menos que los caminos no pavimentados, las canchas de fútbol o las tronaduras de la minería».
A lo anterior, Cortés explicó que «posiblemente tienen más vinculación con el polvo en suspensión que se levantó después de los aluviones y también con el desarrollo inmobiliario que tiene la ciudad, donde se levanta mucho polvo».
Falla en enami
El panorama ambiental de junio también estuvo marcado en la ciudad por la reciente falla operativa en una planta de ácido de la Fundición Hernán Videla Lira de Enami, en Paipote que generó la propagación de una densa nube de Anhídrido Sulfúrico (SO3) en diversos sectores de la urbe regional.
Respecto a la falla operativa que se registró la semana pasada en la fundición de Enami y que generó el esparcimiento de SO3 en la capital regional, la doctora y profesional de Cenma sostuvo que «las mayores complicaciones comienzan cuando la emergencia dura mucho tiempo, porque se liberan altas concentraciones y entonces, al dificultar la respiración, complica que las personas puedan escapar», situación que no ocurrió ya que fue controlada durante la jornada.
Consultada por las principales complicaciones de salud que la población aledaña a la fundición de Paipote puede presentar en un futuro, Cortés subrayó que «las expectativas de vida son amplias en todo el país. Habitualmente, los estudios de exposición y riesgo a la salud vinculados con contaminantes ambientales se consideran a 30 años de exposición, o sea, prácticamente toda la vida laboral, por lo que las evidencias serían consistentes con la práctica en períodos largos de tiempo. Debiera estudiarse de manera específica para corroborar si ese criterio de 30 años es suficiente para el sector o no».
Fuente Original: http://www.diarioatacama.cl/impresa/2016/07/04/full/cuerpo-principal/2/texto/