24 - noviembre - 2024

Senador Quinteros llama a ministro Céspedes a cumplir su palabra con pescadores y sus familias

Del daño que han sufrido las costas de la región podemos, al menos, extraer algunas lecciones para evitar que, en adelante, no debamos revivir situaciones tan desastrosas como las de este año. Omitir las acciones correctivas de fondo sólo conducirá a que, en algún tiempo, estemos buscando nuevas soluciones de emergencia para los mismos problemas de siempre. 


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Por: Rabindranath Quinteros, senador por Región de Los Lagos. julio de 2016


El bloom de algas que afectó a la industria salmonera y que ha significado que miles de personas hayan perdido sus puestos de trabajo y la marea roja que llegó a nuestras costas impactando de manera violenta en la recolección de orilla, en la pesca artesanal y en el comercio regional, conforman hoy un escenario que invita a pensar que 2016 será uno de los años más complejos para el sur de Chile en materia productiva ligada a la pesca y la acuicultura.

El ministro de Economía, que vino a la región en calidad de coordinador presidencial para hacer frente a los problemas, adoptó compromisos por la crisis de la Marea Roja, por la contaminación de las salmoneras y por el desempleo que se generó en la zona. Sin embargo, hay una amplia percepción de lentitud respecto de la implementación de estas medidas.

Pero más allá de la contingencia, se hace necesario adoptar acciones que permitan preparar a la región para hacer frente a la aparición de nuevos problemas –o a la repetición de los mismos- en los rubros pesquero y acuícola.

En ese contexto, es urgente que el ministerio de Economía, a través de la Subsecretaría de Pesca, avance en el proceso de relocalizaciones y determinación de caladeros de pesca, en la posible ampliación de áreas aptas para la acuicultura, en la regulación del tratamiento y disposición de desechos de toda la cadena productiva y en el establecimiento de un monitoreo ambiental en línea para variables oceanográficas que permita tomar medidas oportunas y reducir el riesgo de aparición de blooms de algas.

Asimismo, la posible ampliación de ciclos productivos desde los 21-24 meses actuales hasta 45 meses es una materia que debe ser estudiada y proyectada con cuidado, ya que –en principio- no puede ni debe ser una respuesta a los pobres desempeños productivos de la industria, que en vez de reducir sus tiempos de producción en el mar, los han aumentado.

La relocalización de concesiones es otro tema que merece la mayor de las atenciones. En la Región de Los Lagos existen sobre 670 concesiones de salmones, de las cuales un poco más de 250 se han utilizado alguna vez. De ellas unas 140 han operado el presente año. De las restantes, la mitad de ellas no se ha usado nunca y la otra mitad presenta limitaciones para su uso, por tanto resulta razonable decidir un curso de acción, pues si no van a ser utilizadas los mejor es que sean devueltas al Estado.

Del daño que han sufrido las costas de la región podemos, al menos, extraer algunas lecciones para evitar que, en adelante, no debamos revivir situaciones tan desastrosas como las de este año. Omitir las acciones correctivas de fondo sólo conducirá a que, en algún tiempo, estemos buscando nuevas soluciones de emergencia para los mismos problemas de siempre.

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