Por J. C. Ripper
Marcelo Díaz, el vocero de gobierno, salió inmediatamente al patio de Los Naranjos de La Moneda a enfrentar los evidentes resultados negativos de la encuesta CEP. Díaz tiene 45 años, pero ya empieza a estar canoso y aparece con unas notorias ojeras. La pega está pesada. El abogado socialista no sonríe -no tiene nada por lo que sonreír- pues debe reconocer que los resultados son malos para el gobierno. «Una crisis real», dice.
Usó la muletilla o tic de los políticos chilenos: «Qué duda cabe»
En La Moneda hay obvia confusión. No se puede hablar muy fuerte, pues los inquilinos andan con cefalea.
¿Hay vida después de la encuesta CEP?
Sí, si hay. Qué duda cabe
¿Es la encuesta CEP el fin de la historia?
No, no lo es.
¿Qué conclusiones entrega la encuesta?
Qué duda cabe: Es un resultado devastador para los políticos tradicionales.
La primera gran derrotada es la Democracia Cristiana, en general y el abogado Jorge Burgos en particular. A pesar de las últimas pachotadas de Jorge Burgos, y su basureo de un programa de reformas, sus intenciones de ser candidato presidencial no aparece como posible. Un bochorno. En proyección, la Democracia Cristiana no aparece como un actor político plausible. Tal vez crea Burgos que esta es una teoría conspirativa, porque él se ve a sí mismo como un niño bueno. Pero Burgos tiene sólo un 22 % de aprobación positiva y un 37 %de aprobación NEGATIVA.
El segundo gran derrotado tiene nombre y apellido: Es el presidente del Partido Socialista, el diputado Osvaldo Andrade que aparece entre los políticos peor evaluados. 60% de desaprobación. La pensión millonaria en Gendarmería de su señora (o su ex, da lo mismo), lo liquidó.
El tercer perdedor es el niño hijo único modélico, Ricardo Lagos Escobar. El senador Alejandro Guillier aparece por sobre el ex-presidente, como evaluación positiva. Lagos tiene sólo un 35% de evaluación positiva y Guillier, 44%.
De ese modo, en la Concertación aparece Alejandro Guillier como el político con mejor evualado. Deja atrás la soberbia de Ricardo Lagos.
Lagos no se arriesgará a ir a una primaria que puede perder con el senador Guillier. El gran ego de hijo único, regaloneado por mamá y tías, no se lo permite.
Qué duda cabe. Lagos no tiene por donde crecer.
Por el lado de la izquierda, Georgio Jackson y Gabriel Boric se consolidan como políticos con futuro. Boric tiene un 37 % y Jackson un 37 % de aprobación positiva.
De ese modo, levantando la cabeza un poco, los resultados, en perspectiva y a mediano plazo, no son tan malos.