17 - septiembre - 2024

Premio Nacional de Literatura 2016, Manuel Silva Acevedo, el poeta de la generación del 60.

silva acevedo

El Ministerio de Educación ha informado que el jurado ha entregado el Premio Nacional de Literatura 2016, a Manuel Silva Acevedo, el poeta de la generación del 60.
Manuel Silva Acevedo nació en Santiago en el año 1942, se formó en el Instituto Nacional y fue presidente de la Academia de Letras de esta entidad en 1959. Estudió literatura y periodismo en la Universidad de Chile y publicó su primer libro, Perturbaciones, en 1967.
Obra publicada:
Perturbaciones (Ediciones Renovación, Santiago de Chile.1967).
Lobos y ovejas (Edición Gal. de Arte Paulina Waugh, Chile. 1976).
Mester de bastardía (Ediciones el viento en la llama. Santiago de Chile.1977).
Monte de Venus (Editorial del Pacífico, Santiago de Chile.1979) .
Terrores diurnos (Edición privada,1982;
Palos de ciego (Ediciones LAR, Madrid / Santiago de Chile l986) ;
Desandar lo andado (Ediciones Cordillera, Ottawa, Canadá, 1988);
Wölfe und Schafe (Lobos y ovejas) (Christian Rohr Verlag, Munich, Alemania,1989) ;
Canto rodado (Ediciones Universitaria, Santiago de Chile. 1995) ;
Houdini (Libro de Artista, Santiago de Chile. 1996) ;
Suma alzada (Fondo de Cultura Económica, Santiago de Chile 1998);
Cara de hereje (LOM, Santiago de Chile 2000 ) ;
Día Quinto (Ediciones Universitaria, Santiago de Chile 2002) ;
Lobos y ovejas (reedición)( Ediciones Eloísa Cartonera, Buenos Aires, Argentina. 2004) ;
Bajo palabra, CD, Poetas-Siglo XXI, Ediciones Rayentrú, Santiago, 2004 :
Campo de Amarte (CuartoPropio, Santiago de Chile 2006).
 
Premios:
1972. Premio Trilce-
Luis Oyarzún de Poesía para su poemario Lobos y ovejas, 1977.
Libro de Oro para su libro Mester de bastardia; 1997.
Premio “Eduardo Anguita” de Ediciones Universitaria, 2002.
Nominado al Premio Altazor de Poesía; 2003.
Premio del Círculo de Críticos de Valparaíso por su libro Día Quinto. 1972.
Libro de Oro para su libro Mester de bastardia;
1997. Premio “Eduardo Anguita” de Ediciones Universitaria, 2002.
Nominado al Premio Altazor de Poesía; 2003.
Premio del Círculo de Críticos de Valparaíso por su libro Día Quinto.

PERTURBACIONES

(1967)
Ediciones Renovación
Santiago de Chile

CICLISTAS

 

Este día comienza
con una conversación jadeante de ciclistas
que se internan en el cielo.
A esta hora un hombre siempre tiene
algo en común con los santos
y sus vicios lo abrigan,
sus vicios, únicas virtudes a que apelar
cada vez que comienza un día como éste.
Y se pregunta ¿cómo es que dormían los santos
con esa horrible sencillez entre las manos?
Abajo la calle pasa en un resoplido vacío
y una sábana ululante frota los vidrios
y piensa en sus propias apuestas con el día,
cuál de sus ojos caerá desprendido
la próxima vez,
la próxima apuesta que pierda con su alma
hecha trizas, pendiente de los dados rodando,
girando, dando trastabillones en pos del Uno
indicador del vacío de su corazón,
más vacío que el de los ciclistas
que vuelven con el atardecer, ahora en silencio,
pedaleando livianamente por el aire.

LAS ÁGUILAS

Dormir cubierto de águilas
Sentir el peligro en las sienes dormidas
como un fuego de alarma
Mis ansias desmayadas duermen en el valle
Más abajo, donde ruedan los astros en desastre,
cae mi mano sorprendida entre objetos inquietantes
hasta que este riesgo poderoso palpa mi cabeza,
madre de mi locura

Todo hombre duerme a la vera de su estampida,
es que este temor trae adormecimiento
Entre tanto sueño y escándalo de sueños
el águila practica torpemente
con las alas abiertas

Desde hace mucho tiempo madre
desgarro en jirones tu belleza,
tu rostro insoportable que olvidé
enrolándome como artista de feria
y cada lugar era más aterrador y más lejano

Las águilas vigilan mi desidia
con ellas podría volar
casi sin muerte a cuestas
y era tú madre viscosa
quien hurga con sus largos dedos en mi corazón
cuando las fétidas y silentes
me levantan en vilo
Tu presencia me asalta
y el estallido de mis fuerzas
son estas águilas que perturban mi sueño

Soñé que mi mano entraba a saco en el secreto
y al despertar mi cabeza y mis manos
eran rojas y vivas
Soñé que hablaba entre los hombres
y desperté dando graznidos y cloqueando
Soñé que estaba tan lejos de mi cuerpo
que no poder acercarme hizo explotar mi corazón
Al despertar ocupaba mi lugar entre las otras
junto a ti madre cruel y misteriosa

INSTANTÁNEAS

En el mar muerto de las viejas fotos
estas damas con aureolas de polvos de azafrán
quedaron para siempre inacabadas.

1912: ya nadie vive de ese entonces
y del paseo familiar al estero
nadie recuerda con certeza -nadie puede recordar-
esa vaga tristeza en el umbral de las pupilas
y el reflejo de los paños de mesa, un vaho rojizo,
que aterrba a los perros echados a los pies

«A mí me gustaría morirme en sueños, como un halcón
……………………… en vuelo»

la vieja señora de nariz recta y alta
quedó inmovilizada por el magnesio
dispuesta a saltar abruptamente sobre su propia tumba;
a sus flancos, familiares sonríen como pájaros
mirando al sol del ocaso,
inaudíbles graznidos grabados en sus frentes
que ahora desciframos sumando y restando la suma
………………………………. de los años,
dividiendo y sacando la raíz cúbica de nuestro vaticinio.

«Este invierno ha sido muy crudo para mí, las
…………………………………………… viejas dolencias
a la espina dorsal me tienen a mal traer…, tengo miedo…,
tengo miedo de verdad…, no sé…, tengo miedo de veras».

CARA DE HEREJE

Editorial LOM
Libros del Ciudadano

Soliloquio del intocable

Yo soy el intocable.
Primero fui suche en un negocio del ramo
(allí metí un poco las manos).
Luego busqué un asunto mejor rentado.
Yo soy el intocable.
Entonces tuve que procurarme clientes,
pescar peces gordos en el ambiente
(ya me ocuparía de los demás ingredientes).
………………………… ¡Hacer una estafa!
Plata, plata, de dónde sacar más plata,
reunir capital para una empresa fantasma.
Yo soy el intocable.
Como corresponde me vestí muy bien.
Conseguí un crédito blando con no sé quién.
A los acreedores
les dejé un mensaje en la contestadora:
Yo soy el intocable.
Después logré birlar un fondo mutuo
valiéndome de toda clase de pitutos.
Embauqué a un tío marica y lo hice bufar.
Engatusé a una tía rica
y la hice embalsamar.
Yo soy el intocable.
Pero no. También me aburrí de las tretas políticas,
el juego electoral no daba garantías.
Crear poderes fácticos me proponía.
Yo soy el intocable.
Me asocié con la transnacional de unos gringos,
la cara salvaje del capitalismo,
detrás del maquillaje el más descarado
de los canibalismos.
Yo soy el intocable.
Puse en práctica toda clase de movidas.
Las ventas brujas no pagaban IVA.
Fugas de capitales iban y venían.
Me preguntaron quiénes eran mis contactos.
Contesté que estaban muy bien colocados.
Contesté que primero había que mojarlos.
Por último, formé mi propia compañía.
Compré a huevo una empresa del Estado
que la dictadura había intervenido
y me sirvió de pantalla con todo sigilo;
la convertí en un holding muy competitivo.
Pero el cuento es muy largo.
Para distraerme talé unos bosques nativos,
crié salmones, gané propuestas de todo tipo.
Yo soy el intocable.
Hasta que empecé a cansarme de lo mismo.
Los negociados aburren, las coimas,
los sobornos, los donativos.
Yo soy el intocable.
Llegó el momento de planear en grande.
Falsificar dólares y toda clase de desfalcos
me ponían obsesivo.
Opté por lavar dinero por mero afán deportivo,
para un Cartel, para otro Cartel
hasta llegar al Capo mismo.
Aquí vengo yo, dije, cuidado conmigo,
un gobierno incorruptible dónde se ha visto
o una megaempresa que haga juego limpio.
Parecía de ratas un nido.
Así que me propuse salvar al Occidente
y hacer triunfar el humanismo.
Para vencer hay que arriesgar,
lo digo sin eufemismos.
Yo soy el intocable.
Mercado negro hacía en la trastienda
y uno que otro malabarismo,
en pesos facturaba, en dólares cobraba
a espaldas del fisco.
Si algún incorruptible metía sus narices
me rajaba las vestiduras de patriotismo.
También construí unas casas que se llovían,
ya era tiempo de demostrar mi altruismo.
El tráfico de influencias las puertas me abría.
Yo soy el intocable.
Tuve que colocar algunos palos blancos,
vender cobre a futuro y otros espejismos.
Crucé la cordillera por un paso secreto,
permanecí escondido para evitar un juicio,
40 ruedas de la Bolsa,
40 días igual que siglos,
con 40 de mis socios en un confortable laberinto.
Yo soy el intocable.
Luego vinieron unas guerras urdidas por la CIA,
todas las partes entraron en conflicto.
Mi misión era sembrar caos y alarmismo.
Produje pestes, epidemias, bombas de racimo
…………………… y oculté la mano.
Se hicieron mil denuncias en los altos organismos,
pero nunca encontraron el cuerpo del delito.
Trafiqué con drogas, la panacea del escapismo.
Uno tras otro empezaron a caer connotados adictos.
Yo soy el intocable.
Intentaron asesinar mi imagen
propalando rumores, acusaciones sin destino,
pero yo movía mis peones, jueces venales,
……………………. tontos sumisos.
Yo soy el intocable.
Culturas enteras se prostituyeron,
sectas fanáticas florecieron
en el new age del politeísmo.
Prometían el Cielo en la Tierra,
vendían evasión y conformismo.
Yo soy el intocable.
Me especialicé en el tráfico de órganos,
en los pornovideos y el secuestro de niños.
Yo soy el intocable.
Levanté una candidatura, pagué coimas en efectivo,
y para salir de dudas, volví a untar a intachables ministros.
Yo soy el intocable.
Mejor será que me calle la boca,
parapetarme detrás del paraninfo
y mantenerme en el poder manejando el mundo
………………………………………. con mis invisibles hilos.
Por qué no:
después de todo este modelo es pan comido.
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