La Marina de Estados Unidos ha realizado ejercicios de guerra en sus aguas locales durante décadas, y en el proceso ha dejado toneladas de desechos de bombas, metales pesados, misiles, boyas sonares, explosivos y municiones de uranio empobrecido que son extremadamente dañinos para los humanos y la vida marina.
El sitio web truth-out.org, informó recientemente que la Marina ha admitido la liberación de productos químicos en los océanos, así como haber dejado grandes cantidades de uranio empobrecido en aguas costeras de Estados Unidos. Ahora, los propios documentos de la Armada revelan que también planea usar 20.000 toneladas de metales pesados, plásticos y otros compuestos altamente tóxicos durante las próximas dos décadas en los océanos donde realiza sus juegos bélicos en el mundo.
De acuerdo con la declaración de impacto ambiental (EIS) de la Armada de 2015, en las actividades de «pruebas y entrenamientos» de guerra cada año, 200.000 «estresores» (refiriéndose a factores que causan estress en la fauna marina), se generan por el uso de misiles, torpedos, cañones y otros disparos explosivos en Las aguas de Estados Unidos. Estos «factores de estrés», junto con los aviones no tripulados, los buques, los depósitos, las baterías, los componentes electrónicos y los compuestos anticorrosivos que recubren superficies metálicas externas de los artefactos marinos son las vías por los cuales la Marina introducirá metales pesados y compuestos altamente tóxicos en el medio ambiente.
Algunos de los compuestos peligrosos que la Marina inyectará en el ambiente durante sus ejercicios son: perclorato de amonio, ácido pícrico, nitrobenceno, litio de baterías sonobuyas, plomo, manganeso, fósforo, azufre, cobre, níquel, tungsteno, cromo, molibdeno, Vanadio, trinitrotolueno (TNT), RDX [Royal Demolition eXplosive] y HMX [High Melting eXplosive], entre muchos otros.
Karen Sullivan, una bióloga especialista en especies en peligro de extinción que cofundó la Alianza de Acción de la Costa Oeste, que actúa como observador de las actividades navales en el Noroeste del Pacífico, dijo a Truthout: «Ninguno de ellos pertenece a la red de alimentos del océano. Ni la Marina estará dispuesta a limpiarla, ni siquiera a contribuir a los exámenes médicos para las personas que puedan sufrir impactos en su salud».
Un ejemplo preocupante de este hecho: En agosto de este año, un legislador en Pennsylvania instó a 70.000 residentes en tres condados cuyo agua potable fue contaminada por la Marina a demandar a esta institución naval.
Otros ejemplos de ciudadanos estadounidenses que son tratados con daños colaterales abundan. Sólo en octubre, la BBC informó sobre una base de la Fuerza Aérea con fugas de productos químicos tóxicos en el sistema de alcantarillado, y el puerto de San Diego presentó una demanda federal contra la Marina por inyectar una pluma subterránea de productos químicos tóxicos que amenaza con contaminar toda la bahía.
Pero historias como estas son sólo la punta de un iceberg inminente. Expertos dijeron a Truthout.org que si la Marina consigue su camino, los próximos 20 años los verán causando mucho más degradación ambiental y destrucción hacia arriba y abajo de las zonas costeras de EE.UU. a través de contaminación química y tóxica generalizada.
El articulo con más detalles está en este link (en ingles)
http://www.truth-out.org/news/item/38374-us-military-plans-to-dump-20-000-tons-of-heavy-metals-and-explosives-into-the-oceans
15 de noviembre de 2016
