Amnistía Internacional ha lanzado la plataforma “¡Alza la voz por los defensores y defensoras!” que expone decenas de casos de activistas ambientales de todos los rincones de América que han sufrido acoso, amenazas, ataques, encarcelamiento injusto e incluso homicidio como castigo por su trabajo para proteger el medio ambiente.
Según Amnistía Internacional los casos expuestos en la plataforma no son más que la punta del iceberg. La nueva herramienta pretende arrojar luz sobre una crisis invisible y sobre las historias de quienes trabajan contra poderosos intereses políticos y económicos para proteger los recursos sin los cuales ninguno de nosotros podríamos vivir.
¡ALZA LA VOZ Y FIRMA POR VÍCTOR QUEIPUL!
Aquí puedes revisar la petición específica que realizaremos a las autoridades
Víctor Queipul Hueiquil, lonko de la Comunidad Autónoma de Temucuicui, ha trabajado por la reivindicación de los territorios ancestrales mapuche, la protección de su identidad cultural y espiritual, y por su autodeterminación. Durante años, integrantes de esta comunidad han denunciado que han sufrido violencia policial, malos tratos y tortura, persecución judicial, estigmatización y criminalización por su trabajo a favor de los derechos humanos.
El 14 de junio de 2016, un grupo de carabineros realizó un operativo policial en el territorio de la Comunidad Autónoma de Temucuicui. Los carabineros dispararon gases lacrimógenos y usaron armas antidisturbios. El entorno y el interior de la casa del lonko se llenaron de gases lacrimógenos, afectando a varios niños y niñas presentes, incluyendo a una bebé de 3 meses. Cuando el lonko salió de su casa para averiguar lo que sucedía, le fue disparada una bomba lacrimógena que estalló en su pecho, dejándolo momentáneamente incapacitado. En ese momento dos hombres no uniformados se le acercaron y le dijeron que le ayudarían. Estas personas lo alejaron del lugar y lo llevaron a un vehículo donde se encontraba una tercera persona.
El lonko estuvo en poder de estas tres personas y en contra de su voluntad, entre aproximadamente las 8 de la noche del 14 de junio y las 4 de la mañana del día siguiente. Durante este tiempo le vendaron los ojos y lo amarraron. Los hombres lo golpearon con sus manos y piernas, así como con objetos, múltiples veces en distintas partes del cuerpo. Lo sentaron a la fuerza y le abrieron las piernas para provocarle dolor. Mientras estuvo retenido, los hombres le pidieron información sobre la ubicación de supuestas armas en poder de la comunidad, le reprocharon su trabajo con las comunidades Mapuche y su apoyo a una machi que está siendo criminalizada y le exigieron dejar su trabajo por los derechos indígenas. Los hombres amenazaron con asesinar al lonko en distintas ocasiones, señalando que lo dejarían libre si se comprometía a cesar sus labores de defensa. El lonko simplemente se negó.
Finalmente, los hombres dejaron abandonado al lonko. Él caminó desorientado hasta que llegó a Traiguén, un poblado que se encuentra a aproximadamente 50 km de su casa.
El lonko denunció el hecho ante la Comisaría de Traiguén y posteriormente interpuso una querella formal por los mismos hechos. Sin embargo, hasta el momento no han existido avances en la investigación. El lonko tiene escasa confianza en que la investigación tenga resultados.