Por: Peter Hartmann, Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida
14 de diciembre de 2016
La verdad es que recién cuando fue aprobado nos enteramos por la portada de un diario nacional que era el segundo en tamaño del país, tras HidroAysén, bajo cuya sombra logro ir avanzando sin la oposición que concitaba aquel. Así es como este peligroso y destructivo proyecto logro ser aprobado en las instancias administrativas, como si no fuese parte de la Patagonia sin Represas, aquella por la cual se pronunció tres cuartas partes de los chilenos en el 2011 y hasta pensábamos era parte del compromiso del actual gobierno. Tras el rechazo del proyecto HidroAysén por parte del Comité de Ministros, la mayor parte de los chilenos, inclusive las organizaciones de la campaña Patagonia sin Represas, celebraron la victoria y olvidaron que había otro proyecto más en camino. Y claro, también está el tema de los derechos de agua concentrados en pocas empresas, que debieran constituir todo un desafío nacional para recuperarlos. Pensamos que el actual gobierno termino por darle el pase al proyecto del Cuervo precisamente porque ya no concitaba tanta oposición y porque el ministerio de energía está propiciando aumentar la hidroelectricidad en la matriz, sin distinción de si son de represa u otras, camufladas como «renovables». Además esta propiciando la desconcentración del sector eléctrico y Energía Austral, cumple con ese requisito. Así es como incluso ha estado intentando blindar a este proyecto en el debate sobre la política energética regional y de mantener abierta la posibilidad de la exportación eléctrica. ¿Y habrá además algún lobby político de por medio? No olvidemos que este proyecto fue iniciado por la familia Walker y el senador don Patricio, si bien en algún momento expreso dudas respecto a él, luego ha mantenido un discreto y diplomático silencio. Es más, hay rumores de que estarían facilitando la venta de Energía Austral a los chinos.
Por otra parte, el que apareciera el corrupto y bajo arresto ex ministro y ex senador Longueira asesorando un posible nuevo megaproyecto que incluye al del Cuervo, parece haber logrado condimentar apropiadamente el tema y volverlo políticamente interesante. La cuestión es que pareciese que «hacer pebre» un área prístina y de altísimo valor ambiental y poner en riesgo el fiordo y Puerto Aisén, fueran temas menos importantes que la política contingente.
Esto de que los proyectos necesitan padrinos políticos y «pitutos» en la administración de nuestra institucionalidad, es algo conocido. Pasa a ser parte del cuadro de contubernio o corrupción dinero-política. Los niños bajo cuidado estatal, por desgracia, no son las únicas víctimas de redes de prostitución. El saqueo del patrimonio público y abuso de la institucionalidad para fines particulares y mantenerse en el poder, parecen ser de lo más normal.
Y he aquí el meollo del asunto. Si analizamos el proyecto Río Cuervo, inclusive sumado al de los Galilea-Longueira, estos no tienen mucho como para ser viables. Aparte de la inviabilidad geológica y ambiental, la última licitación eléctrica del gobierno dejó en claro que este tipo de proyecto ya no tiene cabida. Y menos aun, al estar tan lejanos a los lugares de demanda donde existen alternativas no convencionales mas económicas cercanas. Entonces, nuestro temor es que los «oscuros» de alguna forma lo hagan viable a costas del Estado. No sería la primera vez que ocurre algo así (vale recordar la famosa «carretera eléctrica»). Por eso que sí vale poner atención y develar las movidas de estos personajes acostumbrados a lucrar a costas de todos los chilenos, prostituir los bienes comunes, violar hasta lo más sagrado y propiciar la destrucción del planeta.