21 - enero - 2025

¿Qué te pasó Ricardo Lagos? Triste Réquiem para una derrota de baja intensidad política

Por J.C. Ripper.-
Charles de Gaulle  ocupó la presidencia de Francia desde 1958 hasta 1969 para salvar a la «grandeza» histórica de Francia. Su conservadurismo económico y social produjo el «mayo francés», un estallido de descontento obrero y juvenil que en 1968 amenazó los fundamentos de su régimen. De Gaulle intentó recomponer la situación sometiendo a referéndum un proyecto de reforma constitucional. Fue derrotado y él dimitió como presidente.
Un derrota política pura.
Winston Churchill, el día de la victoria aliada,  entró al Parlamento y recibió una histórica ovación. Churchill permaneció inmóvil, mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas y sus manos se aferraban temblorosas a su sombrero. A pesar de la enorme popularidad alcanzada durante la guerra, dos meses después, en julio de 1945,    el voto de los ingleses lo depuso de su cargo. Churchill dimitió inmediatamente después de que sus rivales socialistas ganaran por aplastante mayoría con 159 escaños.
Esas fueron dos derrotas políticas  tumultuosas de dos gigantes del siglo XX.
Hoy, en cambio, hoy 9 de abril, Ricardo Lagos ha sido derrotado por una asamblea de poco más de 100 hombres y mujeres del partido socialista, de los cuales 67  votaron secretamente en su contra.
A diferencia de las derrotas de Churchill o de Gaulle,  la del chileno Ricardo Lagos hoy es una derrota  silenciosa, sin grandes titulares, ni grandes enemigos, ni grandes culpables. Más que derrota es una emulsión. Una trama final en disolución, algo mediocre, sin grandes antagonistas, donde él ni siquiera estuvo presente.
Hay alguna gente que públicamente le dice «Presidente Lagos». Lo hacen hinchando los cachetes para que la cosa resuene. Creen que es un gesto «republicano».
Ninguno de esos de cachete inflado ha realizado un mínimo de análisis de los cambios que se han producido en la sociedad. Los cambios de estructura de la población y los cambios de mentalidad.
Y se atoran y hablan de violencia cuando ocurren episodios donde algún indignado le echa una chuchada en la cara a un ministro, en un lugar de comida rápida del centro de Santiago.
No entienden.
Ahora los viudos y las viudas de Ricardo Lagos, recién hoy, ahora esta noche de abril, recién empiezan a darse cuenta que las cosas ya no son como antes.
El líder  está derrotado, sin poder haber dado ninguna pelea relevante.
Abril es un mes cruel para Ricardo Lagos. Sus raíces no arraigan.
Mientras yo escribo este Réquiem, el ciudadano Ricardo Lagos seguramente repasa a esta hora de la noche, las palabras que dirá el  lunes por la mañana. Seguramente se le cae alguna lágrima.
Charles de Gaulle bebía cognac Louis XIII o champagne Drappier, para celebrar o para absorber mejor las derrotas. Winston Churchill controlaba su intensidad con Scotch  Whisky Johnnie Walker, etiqueta negra como roja.
¿Y Ricardo Lagos?
No. El chileno no bebe alcohol, según se sabe.
De tal modo, que Ricardo Lagos vive en estos momentos su pequeña pero clara derrota quizá con una taza de té.
Mientras bebe su té, quizá él piensa en este fin, en este fin que le pusieron 67 votos del partido socialista,  sin que él mismo pueda situar bien las causas y el momento en que se quebró su voluntad política de ser.
Quizá bebe té con su controlado sentido de pasión y tratando de entender aún qué realidad es ésta, y cómo entender la política hoy, que lo ha derrotado en la cocina del partido socialista.
No logra entender que el constante fracaso de su intento razonado de figurarse   o proyectarse en un orden  completo y perfecto– y no entender que, en cambio, está entre los escombros del mundo político que tiene las raíces podridas.
Es Abril, Presidente, el mes más cruel.

 

 

[gs-fb-comments]
spot_img

Últimas Informaciones

Artículos Relacionados