20 - septiembre - 2024

Urbanismo, Ética e Institucionalidad

Marco Muñoz Ortiz, Arquitecto Enero  2012
En estos últimos años se han conocido una serie de palabras complementarias para referirnos al Urbanismo:  Sustentable, Participativo, Inclusivo, Táctico, Ciudadano,  de Mercado. Todos respondiendo  a ciertas características contextuales, distintos modelos de gestión, distintos tipos de participación, distintos beneficiarios, e incluso distintas rentabilidades, las que muchas veces, mas que ser un aporte a la ciudad o la solución a un problema urbano, son maniobras  especulativas del valor del  suelo
En este tiempo de nuevos paradigmas en relación a los Planeamientos Urbanos, todos y cada uno de los tópicos tienen asidero.  No es el momento de negarse a ninguna de las formas, escalas, usos, ni modelos de desarrollo urbano. Ya que esto, solo estancará el proceso evolutivo de ciertos asentamientos o de ciertas condiciones inherentes y aspiracionales de las sociedades modernas.
Pero como podemos hacer converger las nuevas teorías urbanas en concordancia en ciertos territorios, sin avasallar con los distintos aspectos societales, patrimoniales, culturales, económicos de cada región. Entendiendo que cada ciudad o nuevo asentamiento debe poseer todas las características y servicios que haga posible la vida de manera armónica.
Creo que existen 2 tópicos o variables que de manera tácita podrían dar luces a la solución y quizás marcar un camino en el desarrollo urbano de nuestras ciudades. Sin ser escollo en aspectos de Mercado, ni menos el cercenamiento de ciertas particularidades urbanas, edilicias y estilísticas que poseen los territorios.
Primero mencionare una premisa individual la cual involucra directamente a él o los planificadores involucrados en el desarrollo de un proyecto Urbano. Y luego su aplicación por parte del Estado y sus Instituciones secundarias y terciarias en el control, regulación y fiscalización de dichos proyectos.
En consecuencia, la premisa a utilizar que debe ser accionada por los planificadores, será la Ética. Con esto no me refiero, a la ética personal o profesional de cada planificador. Sino a la ética proyectual,la cual a través de los tiempos, ha dado ciertas características y pasos a seguir en él o los análisis y estudios previos que sustentan a toda propuesta de Inversión Urbana.
Estudios convergentes que incursionan en distintas áreas del conocimiento, refiriéndome con esto, a aspectos sociológicos, culturales, ambientales, económicos, políticos, y de mercado.
Para este caso, a la palabra ética, le pondremos un complemento para darle un cierto peso especifico en relación al desarrollo de la ciudad Denominándola “Ética de Desarrollo Urbano”. la cual en el momento de planificar un proyecto se debe apelar de manera eficiente y sin dobles intenciones con fines particulares impuesto por el mandante. Sino mas bien, responder a las Premisas esenciales de la planificación urbana. Las que muchas veces los planeadores obvian en función de un bien particular haciendo caso omiso y sabiendo que están en contra de todo principio teórico que establece la literatura especifica. Sin importar los afectados. A quienes solo se les contempla en las soluciones mitigadoras relacionadas al impacto del proyecto.
Por consiguiente, si entendemos que el territorio posee una variedad de escalas políticas de asentamiento Urbanos: Barrios, Comunas, Distritos, Ciudades, Regiones. Dirigidos por diferentes instituciones involucradas, con sus respectivos ordenes de regulación e instrumentos de planificación. La aplicación por parte de los planificadores, reguladores y fiscalizadores del concepto de “Ética de Desarrollo Urbano” será la variable esencial para la constitución de ciudades inclusivas, participativas y progresistas. Aunando de excelente manera, Ciudadano, Identidad, Mercado inmobiliario y Progreso Equitativo.

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