¿Alejandro Guillier y MEO apoyarán a Manuel José Ossandón en las primarias del 2 de julio?
Por Jorge del Carmen Ripper
Cuando los rusos lograron detener el asedio a Leningrado, los alemanes se vieron obligados a retroceder. En la ciudad de Kusk , cercana a la frontera con Ucrania, el mariscal de campo alemán, Erich von Manstein, considerado uno de los más grandes estrategas militares de la Alemania nazi, le propuso a Hitler, ante el avance ruso, una estrategia de pinza o envolvimiento, retroceder avanzando. Después de una serie de acaloradas conversaciones sobre la estrategia con Hitler, finalmente, Erich von Manstein fue retirado del frente por órdenes de Hitler.
La idea de von Manstein era retroceder pero avanzando por los flancos, de ese modo aprovechaba el amplio espacio del frente de batalla. Era, en resumen, retroceder, sí, pero a las espaldas de los rusos. Si las pinzas atacantes se encuentran en la retaguardia del enemigo, entonces el enemigo está envuelto. Von Manstein lo discutió largamente con Hitler. Hitler no tenía la pericia militar del mariscal. Para él no había más que avanzar o retroceder. Así, Hitler perdió la guerra, por obstuso, por simple. Los rusos no se detuvieron hasta llegar a Berlín.
El primer deber de un político es tener una estrategia, su fidelidad a una forma de hacer el camino de acumular fuerza. El político es una persona que lo único que tiene que pensar es en sus instrumentos. Todo su estilo es algo más que su retórica, es una manera de pensar y por lo tanto un juicio específico e implícito de la realidad que lo circunda.
La Nueva Mayoría ya no tiene participación en la primarias legales del domingo 2 de Julio. Y la estrategia que han aplicado después de eso, es la estrategia obtusa, de abandonar la iniciativa. Alejandro Guillier se fue a las plazas a buscar firmas y Goic, no se sabe bien dónde. Sin flexibilidad, y sobre todo sin ingenio político, abandonan la realidad política. Sin jugar el juego político, que es un juego de posiciones frente a un contendor dejan el espacio para que avancen las tropas enemigas.
Esto ha provocado inquietud en la cercanía del candidato a presidente Alejandro Guillier
Los hechos son estadísticas básicas que un político debe revisar. Las estadísticas dicen que los que tienen derecho a votar en las primarias son alrededor de 13,5 millones de chilenos, los que podrían ejercer su derecho en casi 2 mil locales. En tanto, en el exterior los electores superan los 21 mil.
Por otro lado, los únicos que no tienen derecho a votar son los militantes de los partidos que no van a primarias. Es decir, no tiene derecho a voto en las primarias los militantes DC, PS, PR, PPD, ni los militantes del PRO de Meo.
Surgen voces que piensan que perfectamente los independiente que van a votar por Guillier, o por Meo en la primera vuelta, si pueden votar en las primarias del 2 de julio.
Podrían ir a votar por el candidato independiente Manuel José Ossandón, por ejemplo.
¿Por qué?
Porque sería la aplicación de la estrategia del mariscal alemán: reagruparse pero avanzando sobre las espaldas de Piñera.
¿Para qué?
Para comerle las espaldas a Piñera, para ponerlo nervioso, para desgastarlo a la eventual primera vuelta.
Aunque hay más que eso.
¿Sería esto legal?
Sí, es legal. Es ejercer un derecho electoral.
¿Es legítimo?
Sí, es legítimo.
Es política.
Se piensa que si los partidarios de Guillier o de Meo no salen a jugar sus cartas ahora, a un mes y medio de las primarias, le puede pasar lo que le pasó al mostrenco de Hitler, serán derrotados antes de tiempo.
Si no son capaces de ser flexibles quedarán paralizados.
Para eso se necesita un poco de osadía, actuar políticamente.
¿Para qué hicieron una ley de primarias, si no son capaces de usarla?
El asunto se plantea como un asunto del ABC de la política moderna: esto es, establecer una adecuada política de alianzas, reconocer los puntos que los unen y no los puntos que dispersan.
En eso hay que partir reconociendo que con Manuel José Ossandón tienen más puntos de acuerdo que con Piñera.
¿Entonces?
¿Por qué no reconocerlo públicamente? Por qué no valorar sus méritos, tal como lo ha hecho el excelente escritor chileno Antonio Gil, en una columna de Las Últimas Noticias. Ossandón es una fuerza nueva y tiene méritos.
¿Por qué no reconocerlo?
¿Falta de muñeca política?
¿Anquilosamiento?
¿Por qué negarse a darle a Piñera una lección de flexibilidad política y de ampliación de las fronteras hacia el centro político?
En los círculos políticos se reconoce que el discurso de Ossandón se parece al discurso de Beatriz Sánchez, y se parece también al discurso de Guillier y de MEO. No en lo valórico, quizás. Pero sí en los temas de la pobreza y de los abusos empresariales. En varios de esos puntos esenciales podría haber un acuerdo, o al menos, importantes puntos de coincidencias.
Llamar a votar en primera vuelta por Ossandón le daría una nueva utilidad política a las primarias.
Sería una oportunidad para construir un frente verdaderamente amplio por los cambios.
Se recuerda que el proyecto de Salvador Allende y de Radomiro Tomic eran lo mismo. O similares. Sus partidarios lo vinieron a reconocer después, cuando la derrota les hizo comer polvo. No deben cometer el mismo error.
Si Guillier, si Sánchez y si Meo se atreven a reconocer los puntos de acuerdo con Ossandón, estarían indicando cual es el camino real para ganar simpatías con el electorado de “centro”.
Se piensa en esos círculos que ser generoso políticamente hoy traería beneficios para mañana.
Veremos.