Éramos testigos y partícipes de la primera “minga” rebelde del pueblo chilote. Luego de la agitada llegada nos organizamos, y calmando los ánimos con buenas dosis de mates, asambleas y café, nos dimos la tarea de resistir en este espacio, organizamos turnos, bandererxs, vocerxs, cocinerxs, etc. De forma horizontal enfrentamos cada uno de los problemas que aparecieron en el transcurso de los días. Organizamos grupos para participar en cuanta asamblea social se armaba en esos días…
Por: Mauricio Enrikez Barría
17 de mayo de 2017
Esperábamos expectantes las horas que anticipaban las movilizaciones de los primeros días de mayo.
Seba, el compañero de Lemuy había llegado a nuestra casa y analizábamos con ansias los acontecimientos de ese día cuando supimos que se convocaba a una marcha para apoyar a los pescadores. Ellos pedían al gobierno un bono para poder compensar la incapacidad de extraer mariscos o pescados debido al fenómeno de la Marea Roja que además se vio agravado por el vertimiento de 9 mil toneladas de salmón descompuesto por parte de los salmoneros. Los que aumentaron al correr de los días hasta llegar a la criminal cifra de 40 mil toneladas de salmón macerado en ácido fórmico y otros pebres químicos vertidos en nuestras costas.
Mariscos, peces, lobos marinos y aves aparecían muertos en las costas de Chilwe.
Esa tarde bajábamos ansiosos a Punta de Diamante, entrada norte de Castro, banderas negras adornaban enfurecidas las calles antes indiferentes de la capital provincial. Los gritos pedían justicia y reconocimiento hacia nuestra condición de marginados en las decisiones centralistas del gobierno, “Chiloé, escucha, estamos en la lucha”.
Se sumaron la gente de la Feria Yumbel y al llegar a la Gobernación Provincial se acordó tener otra asamblea mas tarde para decidir el paro, ya que los pescadores habían tomado el norte de la isla por Ancud y el sur por Quellón, pero al no encontrar “autoridad” alguna en el edificio se decidió tomar el acceso norte de la ciudad.
Nos fuimos todos y todas las y los “privaos”, y como por arte de magia, esa que sobra por acá, llegaron los neumáticos y se prendieron las primeras barricadas, que pronto fueron cinco y mas tarde siete, ocho, etc. Se decide cerrar el acceso principal del lado norte, sector nombrado “La Chichería” con otra barricada, para poder repeler el posible ataque de las fuerzas especiales de carabineros.
Éramos testigos y partícipes de la primera “minga” rebelde del pueblo chilote.
Los primeros dos días prestamos ayuda solidaria en la entrada norte de Castro pero luego nos preocupamos del acceso sur, había que cerrar igual, para evitar el normal funcionamiento de la ciudad y evitar o retrasar la posible llegada de la represión. Nos trasladamos al puente ubicado en la única entrada por el sur, el barrio Gamboa. Mágicamente otra vez teníamos buena dotación de caucho y nos posicionamos en éste lugar, el que sería nuestro bastión de democracia directa, solidaridad, conversas, mates, encuentros y desencuentros por los siguientes 12 días.
Las primeras noches nos vimos sobrepasados por ese espíritu rebelde que vive libre en nuestros y nuestras jóvenes, pero pudimos organizarnos y concluir que nada haríamos sin la aprobación del comité de barricadas formado para la ocasión. Se construyo el espacio definido para la cocina, se levantaron 2 barricadas en ambos extremos del puente Gamboa, llegaron vecinos y vecinas, pescadores, obreros y obreras del salmón, pobladoras, y reconocimos ideales afines, nuestrxs compañerxs.
Luego de la agitada llegada nos organizamos, y calmando los ánimos con buenas dosis de mates, asambleas y café, nos dimos la tarea de resistir en este espacio, organizamos turnos, bandererxs, vocerxs, cocinerxs, etc. De forma horizontal enfrentamos cada uno de los problemas que aparecieron en el transcurso de los días. Organizamos grupos para participar en cuanta asamblea social se armaba en esos días, también armamos grupos de apoyo para entregar el exceso de donaciones que recibíamos cada día, ahí comenzaron los primeros problemas. Nos enfrentábamos, además de la contingencia, a las viejas formas de organización de la isla, donde aquellxs dirigentes tenían que encarar a esas personas a las que nunca veían o escuchaban y se encontraban con que, en el Corte Gamboa Toma Chilwe, la asamblea era soberana e irreductible.
Se comenzaba a dar forma al “mentado” “Mayo Chilote”.
Lo que no imaginábamos era que nuestra forma asamblearia de organizarnos, tan natural para muchxs de nosotrxs, era material de especulación para las viejas formas organizativas de Castro, esas viejas elites de tácticas agotadas, esas viejas dirigencias acostumbradas a actuar a espaldas de las asambleas y bañadxs en la auto-referencia de sus feudos políticos y sus sectarias miradas perdidas y sobrepasadas por esta rebelión popular que no le pidió permiso a nadie.
Si hasta un amago de pugilato tuvimos con “don Domingo” de Nercón, el que nuestro compa evadió con movimientos de gambeta, anulando al geriátrico dirigente (Que, seamos claros, no se movía ni en bajada).
Cuando íbamos a pensar nosotrxs, lxs que decidimos apoyar la movilización por convicción de vida, que las serpientes y buitres rondaban nuestro bastión. Si apenas teníamos tiempo de planificar el siguiente paso, entre talleres de remedios naturales, telares, mandalas, rogativas originarias, ciclos de cine documental, batallas de hip hop, comisiones de esto y de esto otro, campeonatos de truco, cantos, música, cultura y territorio, charlas informativas y propaganda.
No, no teníamos tiempo, no teníamos tiempo para circos bien orquestados y no tan bien intencionados. Además, teníamos que estar atentxs a los movimientos gatunos de otro de esos viejos dirigentes, Pato Maldonado de Gamboa, ya que, vuelta que se daba por la toma, nos dejaba sin provisiones, no había guardia o vigía que pudiera frenar al “rápido” dirigente. Él, con esa pachorra que dan los años, decía que : “Estas cosas deben acopiarse en la sede de la parroquia”, para no decirnos que desconfiaba de nosotrxs.
Esa paranoia, la xenofobia, el pseudo-nacionalismo, la consumofobia, la gasolinafobia, LA PUENTEFOBIA, fueron más fuertes.
Enardecidas voces llenas de cristianismo y tradición alzaron la voz desde los barrios lindos del sur de Castro, atormentadxs por la turba de drogadictxs, borrachxs, delincuentes, NO CHILOTES, mariwanerxs, peliteñidxs, lumpen, indixs, aaaanarquistaaaass ¡!!! Gritaban las señoras desde sus Land Rover, lloriqueaban los señores operarios de salmoneras desde las redes sociales. Amenazaban, culpaban, discriminaban, asqueados de tanta paciencia por parte del “público” (ya que no se reconocen ni como pueblo) y de las autoridades, pedían el actuar de las fuerzas represivas con ahínco. Y nos miraron con desprecio, cada día.
Era impensable creer y ver, que el pueblo, lxs vecinxs, estudiantes, trabajadorxs, pescadores, extranjerxs, nacionales, profesionales, chilotxs, no chilotxs, los pobres, nos levantáramos en tal heroico acto por la defensa de nuestro territorio, por justicia, por verdad.
Nosotros no estábamos por bonos o preventas, ni por miserias partidistas, ni por afanes personales mezquinos. Estamos porque creemos que es tiempo de señalar con el dedo y denunciar a lxs culpables de la situación actual de nuestro territorio, estamos por la real defensa de la tierra , el mar y el medio ambiente, pero de verdad, estamos porque siempre estaremos al lado de nuestrxs pares, estamos por el bien común y colectivo, estamos para combatir la depredación, explotación, corrupción, traición y todo lo que en esos 12 días le dijimos a toda la gente.
Y negociaron puras guevás, hay que decirlo. Como dicen los futboleros: “Jugamos como nunca, pero perdimos como siempre”. Y que íbamos a ganar si nuestrxs propixs “delanterxs” nos metieron los goles y nos hicieron las zancadillas …
Bueno, como dijo el viejito Benedetti: “Los pueblos tienen lxs gobernantes que se merecen”.
Pero eso será motivo de otros escritos, otros análisis y otros “alkawetismos”.
Nuestros ideales nos han traído hasta acá, pero por sobre todo, el sentido común, no necesitamos nombres, ni colores, ni protagonismo, ni reconocimiento, no nos interesa. Esta es una tarea mayor y está sobre todas esas categorías y encasillamientos.
Es nuestra tarea fortalecer este movimiento, es nuestra tarea empoderar las asambleas, es nuestra tarea denunciar al corrupto, es nuestra tarea combatir la injusticia, es nuestra tarea defender nuestro territorio, es nuestra tarea ser tu, y tu ser nosotrxs.
Nos enfrentamos al “Alkwetismo Chilote Oscurantista”, pero salimos invictxs y volveremos.