No es nueva esta cercana relación entre el estado y el empresariado. Que el yerno del general Pinochet haya financiado a toda la plana mayor de la Concertación y la Alianza, fue solo la punta del iceberg que demostró que, en Chile, los que concentran la riqueza hacen las leyes, algo preocupante en uno de los países con mayor desigualdad del mundo.
“Sin crecimiento no hay desarrollo social” dijo hace algunos días la presidenta Michelle Bachelet, pero ¿quién crece en Chile cuando hay “crecimiento económico”? ¿puede el promedio hacernos menos pobres, sobre todo si hay algunos que corren con amplias ventajas?
SE REMATA LA PRECORILLERA AL MEJOR POSTOR
La precordillera de Santiago es un inmenso territorio de 40.000 hectáreas, cubierta de bellos bosques nativos y quebradas. Estos bosques son vitales para la existencia de los seres humanos, y entre sus múltiples beneficios, destaca su rol en la purificación del aire y el smog, la absorción de aguas lluvias, la contención de aluviones, y las áreas verdes que entrega, conformando un importante lugar de esparcimiento.
Este estratégico territorio se ha convertido en el lugar más apetecido por las inmobiliarias para construir, lo que ha sido permitido por todos los gobiernos hasta la fecha.
LA HISTORIA ES MÁS O MENOS LA SIGUIENTE
La Concertación de Patricio Aylwin -convencida de que la ciudad debía llegar a los 10 millones de habitantes al año 2020- generó, en 1994, el Plan Regulador Metropolitano de Santiago (PRMS). Este plan expandió la ciudad, permitiendo la construcción de megaproyectos en plena precordillera nativa. Este proceso en la Florida produjo airadas manifestaciones en su contra.
Casualmente, muchos de estos predios cordilleranos ya habían sido comprados a precios ridículamente bajos por algunas inmobiliarias, con anterioridad a los cambios normativos, algo parecido al caso Caval, pero sin testigos. Otros predios habían sido regalados (privatizados) en dictadura, como el fundo Panul en la Florida.
Esta “información privilegiada” de saber para donde crecerá la ciudad vale oro, siendo uno de los negocios más lucrativos y oscuros que corroen la administración pública, sobre todo porque nunca se tendrá certeza de cuanto es el monto robado a la sociedad.
PROYECTO MACALTO
Uno de estos “buenos negocios” fue la compra del Fundo Macalto, en la precordillera de La Florida, el año 1993.
Este fundo de 250 hectáreas fue adquirido a muy bajo precio por cuatro influyentes grupos empresariales: el clan Cueto (LAN, LATAM), Grupo Sarquis (Pesquera el Golfo, hoy Blumar, se vió beneficiada con la ley de pesca gracias al lobby a su favor del ex ministro Longueira), Alberto Kassis (el “rey de la cecinas”, dueño de la Preferida, Cecinas Winter, San Jorge, etc, y del 16% de COPESA), y la familia Zalaquett (Pablo Zalaquett, quien fuera alcalde en La Florida por dos períodos, es hoy investigado por financiamiento irregular).
La familia Sarquis y Alberto Kassis son muy amigos de la presidenta Michelle Bachelet, visitándose de vez en cuando en sus parcelas del lago Caburga. El “rey de las cecinas” es financista de la campaña de Bachelet, y también financista y miembro de la Fundación Pinochet. (En la foto de portada, Kassis recibiendo el premio a “empresa del año”, 2014, de manos de Bachelet).
La presidenta conoce perfectamente el conflicto por el bosque Panul. En el 2007, durante su primer mandato, asistió a un encuentro ciudadano organizado en La Florida, donde se comprometió a iniciar gestiones para su protección. A cambio recibió de los vecinos un boldo y luego una carta.
El proyecto Macalto consiguió rápidamente los permisos ambientales y de construcción, a pesar de que estaba cubierto por bosque nativo.
Pero estos permisos no estuvieron exentos de polémica. Mientras a nivel local el conflicto se judicializaba, otro tanto ocurría en el gobierno. Varios organismos estatales rechazaron el proyecto con contundentes observaciones, sobre la importancia de la vegetación nativa y lo peligroso de vivir en el lugar. Sin embargo, el proyecto fue aprobado por el director de la CONAMA Metropolitana, Clemente Pérez, el que también desestimó medidas de mitigación por posibles aluviones e inundaciones solicitadas por el Ministerio de Obras Públicas y el Sernageomin, entre otros.
Esto es a tal punto grave, que hoy día hay casas construidas por donde pasó el aluvión de la Quebrada de Macul (1993), evento que cobró 23 víctimas y destruyó 400 casas. Este aluvión tiene una recurrencia de 20 años, pudiendo ser de mayor intensidad que el anterior.
¿Clemencia para Clemente?
Clemente Pérez es abogado y militante democratacristiano, y cuenta con una larga trayectoria en el sector público y privado.
Luego de trabajar en el Banco Mundial y en Banco Interamericano de Desarrollo -como asesor en políticas urbanas y ambientales- desembarcó en la CONAMA. En paralelo fundó la consultora Sustentable S.A. Luego fue subsecretario de Obras Públicas de Ricardo Lagos y presidente del Metro bajo el primer gobierno de Michelle Bachelet.
Como funcionario público y como asesor privado no ha sido precisamente sustentable.
Primero, como director de la CONAMA aprobó Macalto, lo que significó la tala de la mitad de la precordillera de la comuna de La Florida.
Luego, como consultor privado, trabajó para los dueños del Fundo Panul, realizando a través de su empresa Sustentable S.A. el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto inmobiliario, en el momento más álgido de la lucha por su conservación.
Además realizó un estudio ambiental para Aguas Andinas de su planta ubicada en la Florida, pagos sospechosos que fueron investigados por CIPER.
Clemente Pérez tiene muy buenos amigos. Uno de ellos es el actual Intendente de Santiago, Claudio Orrego.