Carta de la presidenta Michelle Bachelet a su madre Angela Jeria en el Día de la Madre.
Mamá
Te mando este abrazo grande y apretado, sabiendo que no siempre podemos compartir el tiempo que quisiéramos, ese tiempo de conversas que tanto nos gusta. Pero sé que el cariño enorme que nos vincula sigue intacto. Eres un pilar en mi existencia y lo seguirás siendo. Las primeras semillas de mi vocación por el bienestar de las personas fueron sembradas en casa. Tanto de ti como del papá aprendí a conmoverme con la injusticia. En cada conversación, en cada juego, en cada lección, la vocación familiar por estar al servicio de los demás se fue haciendo más fuerte. En cada acto tuyo y del papá aprendí valores y principios sociales, aprendí a respetar los derechos y hacerme cargo de los deberes, aprendí a no pensar sólo en mí, sino en el colectivo. Y, sobre todo, aprendí de ustedes que en darse hay una enorme fuente de alegría. Sé que no siempre ha sido fácil ser mi madre, y que la vida discreta y austera que sé que prefieres, a ratos se ve remecida por el camino que yo he elegido. Agradezco que, a pesar de eso, estés siempre junto a mí. Agradezco que hayas sido mi compañera más cercana en los mejores momentos y también en los más angustiosos. Una compañera inspiradora, fuerte, digna y resiliente, pero también una presencia cercana, cariñosa y apoyadora con la que he compartido los grandes procesos de la vida, los estudios, la maternidad, la vida pública. Como para tantas mujeres, sin el apoyo familiar habría sido muy difícil mi desarrollo profesional y político. Agradezco tu inteligencia y tu asertividad, tu lucidez, tu honestidad y tu coraje, pero más que nada tu amor sin condiciones. Agradezco, en definitiva, que los grandes viajes, literales y simbólicos, los hayamos emprendido juntas.
¡Feliz día!
Michelle Bachelet
Revista Caras