19 - septiembre - 2024

Critica de Cine: Paterson la belleza de lo cotidiano y de la gente normal

La película Paterson, del director Jim Jarmusch, logra aterrizar a los espectadores y les dice que su vida normal es la de la mayoría. Que la vida es bella y está en todas partes. Lo otro es pura farándula y fuegos artificiales de la industria cinematográfica y la televisión.


 


Por: Patricio Melillanca
29 de junio de 2017
radiodelmar.cl



Fuera de las luces, de la espectacularidad, fuera de los políticos, de los traficantes, del robo de cuello y corbata, de las persecuciones de automóviles, de los disparos, de las guerras y las intrigas, traiciones y malas pasiones, y fuera del 90 por ciento de lo que se ve en las pantallas de cine, Paterson es una oda al buen gusto del sentido común, a la belleza de la cotidianidad, ¡¡¡y por fin!!!… a presentar personas comunes y corrientes que no son histéricas, no se vuelven locas por algún problema y que los solucionan porque cada día nuevamente sale el sol. Todo eso acompañado de poesía, pero no una exaltación de la poesía, una poesía de las cosas simples, de la belleza normal que está en la casa y a la vuelta de la esquina, es parte de este film.

La película Paterson, del director Jim Jarmusch (Dead Man, Coffee and Cigarettes) logra aterrizar a los espectadores y les dice que su vida normal es la de la mayoría.

El film muestra la vida de un chofer de bus urbano (Adam Driver), que escribe, lee y sabe de poesía; de su pareja que quiere aprender guitarra y ser una cantante de música country mientras pinta telas y hace exquisitos queques (Cupcake). La trama se desarrolla en la ciudad de Paterson, en New Jersey, antes llamada Silk City por su importante industria de la seda a fines del siglo 19. Una ciudad de unos 150 mil habitantes en la costa este de Estados Unidos, la cual a través de los recorridos del personaje principal, que además se llama Paterson, se muestra como una típica ciudad normal, con historias comunes, con calles de medianos comerciantes y con sus hitos paisajísticos como son las cascadas y el puente en el rio Passaic.

Paterson en sus horarios libres lee y escribe poesía. Lleva una libreta secreta. No publica y Laura, su pareja, le pide que fotocopie sus poemas para asegurarlos y luego publicarlos pues valen la pena y son hermosos.

Un sábado, Laura tiene una venta de cupcake en la cual pone todo su trabajo e ilusión para que le vaya bien en ese negocio. Así ocurre, y en la noche del sábado salen a comer y al cine. Paga Laura. Cuando vuelven, el perro ha destrozado en miles de pedazos la libreta secreta de poesía de Paterson. ¿Qué ocurrirá…? ¿Matarán al perro, Paterson entrara en una crisis de ira, comenzará a llorar por la pérdida de los poemas, se generara violencia, venganza o histeria?… Pues nada de eso ocurre. Se lo toman con calma, como regularmente ocurre en muchos casos. Claro que hay pena, pero no es para morirse ni para armar escándalo.

Adam Driver de las películas de Star Wars «The Force Awaken» y en la próxima «The Last Jedi», además de la genial «Silence» de Martin Scorsese, logra entregar la intimidad y tranquilidad de una persona común y corriente, que conoce cómo funciona el mundo, -cuando le responde a Laura que el transporte público no cambiará-, pero que mantiene una calma, un realismo y un comportamiento de la gente normal, es decir, mañana hay que seguir trabajando, y si se rompe lo que estás construyendo por causas fortuitas, hay que volver a reconstruir y a trabajar por esos sueños.

La película son fragmentos de cada día de la semana, ¿“otro día igual a otro día igual”?… Claro, así se podría decir desde la gente importante, desde las luces y la espectacularidad. Pero todos los días tienen sus diferencias y su afán. Paterson tiene una vida rutinaria, pero la aprovecha para buscar la belleza a través de la poesía.

Los poemas que aparecen en la película son del poeta y escritor Ron Padget, cuyos poemas están traducidos al español en internet y uno de los más famosos es Como ser perfecto (O instrucciones para ser perfecto):

«Contempla que todo es posible.

Si de pronto te da miedo nadar muy lejos océano adentro, da la vuelta y regresa al barco.

Respira.

Recuerda que la belleza existe y que la verdad no existe. Nota que la idea de verdad es tan

poderosa como la de belleza»

De este tipo de poesía lee y vive el autobusero Paterson y varias veces cita a William Carlos William, uno de sus favoritos. La música, en segundo plano, es el country, el rap y el soul, la que se escucha en el bar donde cada noche bebe una cerveza mientras seguirá paseando al Bull dog inglés que le destrozó completamente de la libreta secreta de poemas.

La vida continúa y con poesía la belleza existe.

Aquí algunos poemas de Ron Padget que aparecen en la película

 

 

Otro más.

Cuando eres niño aprendes que hay tres dimensiones:
Alto, ancho y profundidad.
Como una caja de zapatos.
Luego, escuchas que existe una cuarta dimensión: El tiempo.
Hmm… Entonces, alguien dice
que puede haber un quinto, sexto, séptimo…
Me retiro del trabajo, bebo una cerveza en el bar.
Miro abajo al vaso, y me siento feliz.

 

 

Un poema de amor

Tenemos un montón de fósforos en nuestra casa.
Los tenemos a mano, siempre.
Actualmente, nuestra marca favorita es "Ohio Cabeza Azul",
aunque solíamos preferir la marca "Diamante".
Eso fue antes de descubrir "Ohio Cabeza Azul."
Ellos están muy bien empaquetados, robustas cajas pequeñas.
con azul oscuro y claro, y la marca escrita en blanco,
con letras escritas en la forma de un megáfono,
cómo si quisiera decirle más duro al mundo,
«Aquí está el fósforo más bello del mundo,
de una pulgada y media de suave vástago de pino
cubierto por una granulada cabeza púrpura oscuro,
Muy sobrio y furioso,
y obstinadamente listo para explotar en fuego
prendiendo, quizás, el cigarrillo de la mujer que amas,
por primera vez,
y nunca fue lo mismo después.
Todo eso te daremos»

Eso fue lo que me diste: Yo me convertí
en cigarrillo, y tú en fósforo,
o yo en fósforo, y tú en cigarrillo,
brillando con besos ardiendo hacia el cielo.

 

 

Arde

Cuando despierto primero que tú
y tú estás volteada hacia mí,
cara sobre la almohada y el pelo disperso,
Me aferro a ese momento, y te observo,
asombrado en amor y temeroso
que puedas abrir tus ojos, y que la luz del día huya de ti.
Pero tal vez, ida la luz del día,
verás cuanto mi pecho y mi cabeza
implosionan por ti,
sus voces atrapadas adentro
como niños no nacidos
que temen que nunca verán la luz del día.
La hendidura en la pared, ahora arde oscura.
Es lluvioso y azul.
Me amarro los zapatos, y bajo para hacer el café.

 

 

Poema.

Estoy en casa.
Afuera está agradable: Tibio
El sol sobre la nieve fría.
El primero de la primavera,
o el último del invierno.
Mis piernas suben las escaleras y salen por la puerta,
mi mitad superior, aquí escribiendo.

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