El uso de la palabra “crecimiento” es otro ejemplo de la manipulación entre la pre y la post verdad. En Chile debatimos por crecimiento y no por desarrollo. Gobiernos, políticos, periodistas y empresarios utilizan esa acepción, haciéndonos creer que lo que necesitamos es crecer, cuando lo que nos debe interesar como ciudadanos, es desarrollo y no crecimiento.
Por Andrés Gillmore
01 de junio de 2017
La manipulación por si misma involucra poder, se hace para lograr dominación social y influenciar por medio de un discurso ideologizado con objetivos específicos. Los manipuladores determinan que otros crean en determinaciones favorables para el manipulador y perjudiciales para el manipulado. Es una influencia de quien detenta poder, para que posteriormente desde la misma base de sustentación a través del modelo de desarrollo se institucionalice. De hecho, la manipulación se realiza preferentemente por los medios de comunicación, para que adoptemos formas de vida, ideas y conceptos que creemos nos favorecen, pero el único que se favorece es el manipulador.
Sin las asociaciones negativas que comúnmente conllevan la manipulación, la manipulación podría ser considerada como persuasión legítima para un determinado grupo, tal como un padre manipula a su hijo para que estudie. La diferencia crucial esta, en que la persuasión positiva los interlocutores son libres de creer o de actuar como les plazca en determinados parámetros y si aceptan o no los argumentos de quien los esta manipulando. Mientras que en la manipulación negativa, se les asigna un papel pasivo y son transformados en víctimas sin saberlo. La consecuencia negativa del discurso manipulador, se profundiza cuando la ciudadanía no es capaz de comprender las intenciones y las consecuencias de las creencias o acciones estimuladas por el manipulador.
Cuando los manipulados carecen de conocimiento para resistir la manipulación, los grupos dominantes ejercen el poder sin control y dominan a sus anchas, proveyendo información, educación, instrucción y prácticas que tienen como único objetivo, influir en las acciones de la ciudadanía y sus creencias. Tal como hemos estado descubriendo en nuestro querido y amado Chile. Por eso, que en el último tiempo los grupos de poder, les ha dado por adquirir radios, canales de TV abierta, diarios regionales en papel, medios electrónicos y financiando o creando universidades.
La manipulación no es solo desde la pos verdad como se nos ha estado diciendo. La pre-verdad es más transgresora que la misma post verdad y confunde reglas y normas, con la intención de manipular la conciencia social desde la misma base de sustentación en el modelo de desarrollo, al buscar la intervención de la verdad desde su inicio, para favorecer intereses de poder de una de las partes, para perjudicar los intereses de los otros.
En Chile tenemos la tendencia a ser confundidos por los intereses creados con la pre y la post verdad y terminamos no entendiendo nada, haciéndonos perder la capacidad de pensar, empantanandodonos en conceptos del pasado en el mundo del futuro, que favorecen a los dominantes, haciéndonos quedar en la superficialidad de las intenciones y con la tendencia de aceptarlo como verdades absolutas y generar falsas expectativas y discusiones que nos llevan a decisiones estereotipadas, que más que fortalecernos, terminan debilitando lo que somos, al haber manipulado los conceptos en la pre-verdad, determinando lo que somos al ser poco dados a profundizar para quedarnos en la superficie de las formas, que por lógica, termina acarreandonos un sin número de problemas en la proyección de lo que queremos ser y terminamos dominados desde la pre a la pos verdad.
La pre-verdad podría denominarse lo que nos lleva a reaccionar ante ciertos estímulos de una determinada manera, ocultando objetivos subliminales de los intereses creados, que aunque pensemos son propios y procesos decisorios que creemos son tomados en conciencia no lo son y nunca lo serán. En este sentido como sociedad discutimos en base a conceptos que posicionan los intereses creados, que están bajo el alero de las lideranzas que no necesariamente son las propias, determinando lo que somos, lo que queremos ser y lo que es peor: lo que podríamos ser.
Lo que radicaliza el problema, es que tenemos la tendencia a aceptar lo que nos exponen y tomarlo como verdad y si aparece en TV no se discute y termina posicionando conceptos ideologizados, determinando valores que debemos reconocer y caemos en crisis existenciales que coartan el desarrollo al no entender lo que esta pasando.
Nos dicen que la hidroelectricidad es renovable y que no es contaminante y es todo lo contrario. Es muy contaminante, destruye los ríos al intervenirlos por la sedimentación que produce, genera mucho CO2 y destruyen las comunidades de las riberas de los ríos. Es una teoría de los años 70 del siglo pasado y los intereses creados omiten esa verdad y los chilenos influenciados por esa pre-verdad, lo toman como cierto.
El uso de la palabra “crecimiento” es otro ejemplo de la manipulación entre la pre y la post verdad. En Chile debatimos por crecimiento y no por desarrollo. Gobiernos, políticos, periodistas y empresarios utilizan esa acepción, haciéndonos creer que lo que necesitamos es crecer, cuando lo que nos debe interesar como ciudadanos, es desarrollo y no crecimiento.
Los grandes empresarios son a los que les interesa crecer, el desarrollo no esta en su línea de montaje, que debe ser del Estado. El mismo Estado esta confundido al hablar de crecimiento. Crecimiento es cuando los empresarios con un determinado producto o servicio les va bien y obtienen ganancias con un determinado lucro, importante para sus objetivos empresariales y sin relevancia en lo global a nivel País. Desarrollo, es cuando ese crecimiento es traspasado a la sociedad y el empresario al haber podido crecer, mejora las condiciones laborales de sus empleados y la sociedad como un todo se desarrolla. Si no se cumplen estas determinaciones no le sirve al mundo ciudadano. Así de simple.
Lo que se conoce como lucro al ingreso o ganancia no es destructivo per se, también es una pre-verdad que se ha institucionalizado. Lucro es un beneficio que se logra a partir de un determinado producto o actividad. La firmas comerciales tienen como objetivo el lucro, que es lo que se reconoce como beneficio económico dentro de parámetros de bien común. La codicia, es la ambición por conseguir a como de lugar dinero, bienes o cualquier tipo de riqueza, que en muchos casos si sobrepasa límites, puede determinarse como una enfermedad sicologica a los cuales muchos grande empresarios no pueden superar.
En lo que se refiere a los términos lucro y codicia, no hemos tenido la capacidad de haber podido exorcizarlos y entender sus diferencias y nos han dominado la pre y post verdad. El lucro en si mismo no es contraproducente como nos han hecho creer, es lo que mueve la economía y hace que podamos obtener crecimiento y posteriormente transformarlo en desarrollo. El tema se complica, cuando el lucro es vulnerado por la codicia y nos confundimos.