Por Jorge del Carmen Ripper.-
El nazismo está de vuelta en el mundo. Los fanáticos de la esvástica quisieran que se trivializara la terrible historia de violencia nazi.
Pero, yo creo que nadie debe tolerar las monstruosidades que salen de la boca de las hordas nazis.
En Chile, la ultraderecha chilena ha intentado en muchas ocasiones trivializar la terrible dictadura de Pinochet. Quieren naturalizar la barbarie. De algún modo lo han logrado. La presencia en la política de los íntimos colaboradores de la bestialidad de Pinochet, lo certifica.
A tal punto llega el descaro que hoy hay un hijo de nazi que se ha presentado a candidato presidencial en Chile. Se llama José Antonio Kast.
¿Es un asunto anodino? Uno no elige los padres que tiene, dicen.
En Chile se ha trivializado el asunto. José Antonio Kast es candidato presidencial sostenido por lo peor de Chile. Los viejos pinochetistas que asolaron Chile. Su padre es hijo de un alemán nazi, con un más que oscuro pasado sangriento y de odio y que se protegió en Chile bajo las faldas de la vieja oligarquía chilena y de sotanas de curas pedófilos.
José Antonio Kast ofrece ahora en su programa llevar las tropas a la Araucanía, a realizar con los mapuches lo que su familia nazi sabe hacer mejor: baños de sangre.
La sangre racista de José Antonio Kast es de color parda nauseabunda.
La historia de su padre Michael Kast ha sido encubierta y la han hecho pasar como la historia de un santo. Pero es un santo sangriento pardo que participó en lo más podrido de la humanidad, el viejo nazismo que incendió el mundo. El periodista Javier Rebolledo ha investigado su historia en el libro «A la sombra de los cuervos». Michael Kast procede de una región que fue la cuna de nazismo. Su ciudad natal es Thalkirchdorf en la región de Bavaria.
Michael Kast ascendió rápidamente a oficial por su militancia en las juventudes nazis. Fue a invadir Rusia por el frente de Crimea en 1943. Allí los nazis cometieron los más grandes crímenes de guerra. Las matanzas fueron amplias. El padre de José Antonio Kast, en el ejército de Hitler participó en la invasión a Rusia, la llamada operación Barbarrosa, por el frente de Crimea. Las masacres que realizaron los nazis como Michael Kast están documentadas como las más bárbaras cometidas por seres humanos. Encerraban a niños y mujeres para quemarlas (como la masacre de Kathyn en 1943, donde 149 personas perdieron la vida, entre ellos 75 niños, algunos de ellos de pocas semanas de vida.). Usaron fosas naturales para fusilar la gente de pueblos enteros. La ideología nazi es y era una ideología de odio.
Cuanto el ejército soviético lanza su ofensiva, Michael Kast escapa de Crimea, lo llevó al norte de Italia, donde fue detenido por el ejército estadounidense. en Rovereto, según cuenta su propia esposa en la biografía «Misión de amor». Llega a Thalkirchdorf y se casa con Olga Rist Hagspiel. Luego Michael Kast logra huir y se refugia en la Ruta de las Ratas, obtuvo documentos de la Cruz Roja y la colaboración de los nazis del vaticano. Michael Kast llegó a Roma donde fue protegido por las cofradías católicas reaccionarias. Salió desde Francia en el transatlántico Lavoisier a Argentina junto a otros criminales de guerra. Desde allí vino a refugiarse en Chile.
Miguel Kast Schindele llegó a Chile en 1951 y con la ayuda de otros nazis se instaló en una parcela en Buin, entre la carretera y el tren. La red de protección nazi tenía como figura de más alto rango al criminal de guerra, Walter Rauff, que inventó los camiones de gas, en los cuales más de 90 mil personas fueron asesinados, tal como lo demuestra la periodista chilena María Soledad de la Cerda Etchevers en su libro «Chile y los hombres del tercer Reich» del año 2001.
En Chile siempre estuvo relacionado con la red de apoyo nazi y de la ultraderecha chilena. Los nazis alemanes, el año 1961 en el sur de Chile, en las inmediaciones de Parral, a 350 kilómetros de Santiago, liderados por el enfermero de la ss -con rango de cabo-Paul Schäefer, fundó un enclave llamado Colonia Dignidad. La Colonia Dignidad se trasformó en un enclave nazi. Después de la caída de la dictadura, en 1990, apareció la siniestra realidad que ocultaba el enclave nazi. En el año 2005, Paul Schaefer fue condenado a 20 años de cárcel por abusos deshonestos y violación sodomítica a 25 menores cautivos en Colonia Dignidad.
El sangriento día 11 de septiembre, 70 ciudadanos de Paine y cercanías, fueron asesinados o permanecían desaparecidos, muertes en las cuales la familia de Michael Kast estuvo involucrada.
Desde entonces, con el golpe militar, la familia Kast fortaleció su posición social y política. Miguel, el mayor de los hijos pasó a ser parte de los civiles que trabajaron para la dictadura. En 1978 asumió como director de la Odeplan; en 1980 fue designado por Augusto Pinochet como ministro del Trabajo y, en 1982, presidente del Banco Central. En 1983 le diagnosticaron cáncer óseo y, finalmente, murió ese mismo año.
La ultraderecha le prendió velas y lo convirtió en una leyenda, ya que junto al ultraderechista Jaime Guzmán había integrado la fundación del Gremialismo, movimiento político facho que sentó las bases de la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido político nacido para dar apoyo social e ideológico a la sangrienta dictadura de Augusto Pinochet y que ahora es la base política del candidato Sebastián Piñera.
El hijo de Miguel Kast, Felipe Kast Sommerhoff, ingeniero de la Universidad Católica, militó en la UDI y, posteriormente, formó Evópoli. Durante el gobierno de Sebastián Piñera fue Ministro de Planificación Social. En las elecciones presidenciales fue jefe de campaña en el comando de la candidata Evelyn Matthei, la hija de un oscuro y mediocre fascista general de aviación.
El 9 de mayo de 2014, Michael Kast Schindele, el nazi básico murió a los 90 años, pero hasta su muerte mantuvo su calidad de inculpado por los crímenes de Paine.
José Antonio Kast es ahora el bastión político y valórico de la ultraderecha y ahora es candidato presidencial con el apoyo de los nazis y de los viejos militares pinochetistas.
El nazismo está de vuelta en el mundo. Los fanáticos de la esvástica han vuelto con su terrible historia de odio y violencia nazi.
