En el rodeo chileno en una medialuna dos personas montadas a caballo intentan detener a un novillo azotándolo contra un muro, pudiendo obtener de cero a cuatro puntos. La embestida del novillo configura maltrato. El novillo es golpeado y se resiste a seguir corriendo y se arroja sobre sus patas en la arena, los «coleros», que son las personas que están contratadas para levantar al novillo, lo hacen a través de tirones de cola, torceduras de cola, golpes eléctricos y patadas.
En 2016 el municipio de Recoleta fue la primera comuna de Chile en prohibir el rodeo, a través de una ordenanza municipal que impide usar animales en espectáculos de circos y en actividades deportivas o recreativas.
Este año el municipio de Las Condes disminuiría la cantidad de rodeos que, como todos los años, tenía programado para las Fiestas Patrias de septiembre, bajándolos de seis a solo tres.
El municipio de Ñuñoa anunció que por segundo año consecutivo no realizará los rodeos en el Estadio Nacional.
La presión de las organizaciones animalistas del país ha influido en la reducción de los rodeos y buscan que las autoridades tomen en consideración la voz ciudadana para obtener resultados concretos, para que sigan las ordenanzas municipales que disminuyan la práctica del rodeo, o derechamente, que se promulgue una ley nacional que prohíba el rodeo por completo.