21 - septiembre - 2024

El rodeo, los dueños de fundo y el fanatismo de las chinas y el huaserío chileno

Cuando en septiembre de 2009, cuatro activistas de la organización EligeVeganismo irrumpieron en la Medialuna del rodeo del Estadio Nacional, el silencio del público y los organizadores del evento fue absoluto. Nadie entendía lo que estaba pasando, y tuvieron que pasar por lo menos dos años, para que organizaciones y manifestantes independientes pudieran hacerse una idea del impacto que este acto de desobediencia civil estaba provocando.



Ese fue el tímido comienzo de una tradición animalista que aumentaría dramáticamente en participantes, violencia e instancias en cada nuevo septiembre a lo largo del país.
El debate había comenzando.

«Quizás por lo sorpresivo que fue para los asistentes y los encargados, ese fue el único año en que no vimos violencia» – cuenta Isabel Collao, vocera y fundadora de EligeVeganismo – «Para el años siguiente ya contábamos activistas golpeados y a una chica laceada en ese mismo recinto. Desde entonces tuvimos que tomar más y mejores resguardos respecto a los activistas y al plan de acción para que la manifestación fuera exitosa.»

Y es que los saltos al rodeo instalaron una polémica que hasta entonces ningún otro tipo de protesta había logrado. Inspirados por el activismo contra la tauromaquia en España, decidieron replicarlo en Chile sin imaginar el impacto que generaría; sumando manifestantes cada septiembre y apasionadas discusiones – con simpatizantes y detractores – que con los años ha inclinado la balanza notoriamente a favor de los animalistas.

Desde la contratación de guardias especiales para los recintos en 2011, la cancelación de los rodeos en el Estadio Nacional, hasta la reducción este 2017 en el Parque Intercomunal de La Reina, parecen una muestra tangible de cómo el debate ético respecto al maltrato animal ha pesado más que la pasión de muchos por esta fiesta costumbrista. «Hemos visto un creciente interés de la sociedad chilena en el bienestar de novillos y caballos y un cuestionamiento profundo sobre porqué pesaría más una tradición que el sufrimiento de los animales. Eso nos tiene contentos; la posición se ha ido volviendo tan clara que las autoridades no han tenido más opción que responder a esta demanda social: muy bien por ellos. Nos hace muy felices mirar atrás hoy y ver que los riesgos que tantos activistas tomaron en su momento, han valido la pena.»Señala Collao.

Y no es sólo en esta materia que las organizaciones en defensa de los animales se sienten satisfechos, han sumado espacios en otros temas controversiales que también se reflejan en las fiestas dieciocheras. «2009 fue también el año en que vimos fondas vegetarianas por primera vez en Santiago. Hoy las alternativas se han multiplicado y cada vez aumentan en número y calidad las opciones para quiénes quieren celebrar sin comer animales. Hay fondas vegetarianas en ciudades como Árica, Antofagasta, Valparaíso, Temuco o Puerto Montt, cosa que alguna vez nos pareció impensable y que hoy nos llena de felicidad, esperando que en el futuro sean aún más. Finalmente, son los animales quiénes ganan con esto.» Aseguran desde EligeVeganismo.

 

Un trabajo que, piensan, ha dado sus frutos tras años dedicados a investigaciones, rescates de animales, educación en calle y colegios y actos de desobediencia civil que han hecho un llamado constante a ser más empáticos con quiénes no pertenecen a la especie humana, pero sientes y sufren como nosotros.

 

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