John Ashbery, el máximo exponente de la escuela poética neoyorquina y el poeta más importante de Estados Unidos, ha muerto de causas naturales en su hogar en Hudson, Nueva york. Ashbery había nacido en 1927. Publicó su primer libro, Some Tress en 1956 y publicó más de 20 libros.
PENSAMIENTOS DE UNA MUCHACHA JOVEN
«Hace un día tan bonito que tenía que escribirte una carta
desde la torre, y para decirte que no estoy enfadada:
lo que pasa es que resbalé en la pastilla de jabón del aire
y me ahogué en la bañera del mundo.
Vales demasiado para llorar mucho por mi causa.
Y ahora renuncio a ti. Firmado, La enana».
Pasé por allí a última hora de la tarde
y la sonrisa todavía iluminaba sus labios
igual que desde hace siglos. Ella siempre sabe
cómo ser absolutamente deliciosa. ¡Oh, hija mía,
preciosa, hija de mi último jefe, princesa,
ojalá no tardes en aparecer!
PARADOJAS Y OXÍMOROS
Este poema tiene que ver con el lenguaje en un nivel muy básico.
Observa cómo se dirige a ti. Tú miras por la ventana
o pretendes juguetear con algo. Lo entiendes, pero no lo entiendes realmente.
No lo captas, o él no te capta a ti. Ninguno de los dos lo capta.
El poema está triste porque le gustaría ser tuyo, pero no puede.
¿Qué es «un nivel muy básico»? Es eso, y también otras cosas,
que forman un sistema que él intenta poner en juego. ¿En juego?
Bueno, la verdad es que sí, aunque yo considero que el juego es
una cosa externa y más profunda, un patrón encontrado en sueños
tal como la división de la gracia de estos largos días de agosto,
sin prueba alguna. Final abierto. Y antes de que te des cuenta
se pierde en el ajetreo ruidoso de las máquinas de escribir.
Te la han jugado una vez más. Yo creo que tú existes solamente
para convencerme de que lo haga, en tu propio nivel, y luego ya no estás allí
o adoptas una actitud diferente. Y el poema
me ha empujado hasta ponerme suavemente a tu lado. El poema eres tú.
UN HUMOR DE TRANQUILA BELLEZA
La luz de la tarde era como miel entre los árboles
cuando me dejaste y caminaste hasta el final de la calle
donde terminaba abruptamente el crepúsculo.
El puente levadizo, similar a un pastel de boda, descendió
hasta la tímida flor del nomeolvides.
Tú subiste a bordo.
Ardientes horizontes pavimentados de pronto con piedras de oro,
sueños que tuve, incluyendo el suicidio,
soplan el globo de aire caliente y lo alejan.
Está reventando, está a punto de reventar
con algo invisible
justo durante estos días.
Nosotros escuchamos, y a veces oímos,
algo que se acerca
y hacemos que la sangre descienda, y cosas así.
Los museos se tornaron entonces generosos, y vivieron en nuestro aliento.