Celebran 70 años del destacado poeta Sergio Badilla en el Torremolinos

El poeta Sergio Badilla Castillo nació un 30 de noviembre de 1947 en Valparaíso. En el bar Torremolinos del Barrio Lastarria de Santiago, los amigos celebrarán los 70 años del insigne poeta,  el jueves 30 de noviembre.

“Pueden haber más bellos tiempos, pero éste es el nuestro”, afirma Sergio Badilla Castillo en esta entrevista con RdM.

El poeta chileno Sergio Badilla Castillo es creador de la corriente literaria, Transrealismo poético y considerado el escritor chileno vivo, más solicitado a través de la web en base a una investigación realizada por el MIT de Massachussets.

Badilla Castillo, nacido en Valparaíso, proveniente de una familia de clase media, tradicional, con un padre marino y una madre dedicada a las labores domésticas, creció. como él mismo ha indicado en diversas ocasiones, en un barrio de la Playa Ancha central, del puerto, rodeado de otros adolescentes con afinidades culturales manifiestas, como Gitano Rodríguez, Payo Grondon, los hermanos Mc Iver, del primer grupo rockero chileno, Los Macs, como asimismo el primer actor de las películas de Aldo Francia, Arnaldo Berríos.

«Nos reuníamos en El Bómbolo,  una fuente de soda moderna para esos años ubicada en plena avenida Playa Ancha.»

Posteriormente ya en su período universitario, establecerá contactos con los poetas emergentes, Juan Cámeron y Raúl Zurita.

«Los finales de la década de los sesenta serán años de mucha bohemia, lecturas y aprendizaje. Los textos que escribía eran vivenciales, trazados sobre servilletas de papel  porque parecía que el tiempo se acababa, porque me consideraba un poeta maldito.»

Durante la administración de la Unidad Popular, Badilla Castillo, ya egresado de la universidad, trabajará en el diario El Popular de Valparaíso, un diario afecto al gobierno de Allende, al mismo tiempo que es elegido presidente de la Sociedad de Escritores de su ciudad natal.

En esas circunstancias sobrevendrá el golpe de estado y él será perseguido y detenido, así saldrá a la Argentina bajo la protección del Consejo Mundial de Iglesias, el dos de marzo de 1974, dejando tras de sí, una hija recién nacida, Giovanna, de sólo un mes y medio.

EL COMIENZO DE LA DIÁSPORA

En Buenos Aires, ciudad donde naciera su abuela materna, Domitila, permanecerá más de un año, realizando una infinidad de trabajos menores: que irán desde vendedor de publicidad a periodista experto en motonáutica, Es este período cuando entabla relaciones literarias con poetas tales como, Osvaldo Lamborghini y Néstor Perlongher, asimismo con su compatriota Antonio Skármeta y con el pintor argentino, Luis Felipe Noé.

Debido al clima de inestabilidad que se cernía sobre Argentina, a mediados de los años setenta, Badilla Castillo debe abandonar el país y su nuevo domicilio será Bucarest, en Rumanía, donde permanecerá más de un año. Durante esa fase de tiempo, el poeta logrará volver a reunirse con su hija y su mujer Wladia Ayala: también será un momento cuando él dedique más tiempo a la literatura y leer a escritores rumanos, destacándose la amistad que traba con el poeta Marin Sorescu. Allí también se relacionará con los autores chilenos, Omar Lara, Alfonso Alcalde y Tito Valenzuela.

EL POETA EN EL BÁLTICO

Badilla Castillo se avecina posteriormente, en 1976, en Estocolmo, donde decide estudiar Antropología social, porque está interesado en profundizar en sus razonamientos sobre el mito, es en esa etapa de su vida cuando se incorpora al Grupo Taller, que integraban los poetas. Sergio Infante, Adrián Santini y Carlos Geywitz. Será un período creativo en abundancia, por las exigencias que se propone el colectivo y de mucha actividad social y de trabajo.

Los contactos con escritores suecos serán profusos y sostenidos, sobre todo con la célebre, Sun Axelsson, vinculada a Chile por Nicanor Parra, con el poeta Willy Granqvist, con el que después será premio Nobel, Tomas Tranströmer y con el miembro de la Academia sueca, Östen Sjöstrand. El poeta se casará de nuevo, ahora con la sueca, Carina Söderqvist y al poco tiempo nacerá su hijo, Jonathan, también comienza a laborar de periodista en Radio Nacional de Suecia y además publica su segundo libro: La Morada del Signo.

Los primeros años de la década del ochenta serán fructíferos para el vate, porque es ahora cuando publicará, Cantonírico y Reverberaciones de Piedras Acuáticas, sin embargo, los vientos a favor en el Báltico amainan y después de una crisis matrimonial, el bardo se divorcia, por segunda vez y comienza una nueva etapa de bohemia dura y disconformidad con la vida, que se hace peor aún, cuando muere en París su hermano menor, José.

«Este será uno de las ciclos más tenebrosos de mi existencia, pensaba todo el tiempo que me iba a morir, por el exceso de alcohol, de anfetaminas y de relaciones sexuales con mujeres de diferentes nacionalidades.»

Al final sale del laberinto, cuando conoce a la periodista finlandesa, Riitta Alanen con quien se casa en Helsinki y posteriormente tendrá dos hijas, Rebecca y Amanda, Es ahora cuando saca a luz también, su libro Terrenalis.

LA VUELTA DE UN AFUERINO

Con la recuperación democrática en Chile, Badilla Castillo, decide con su familia afincarse en Santiago, ciudad que siempre ha considerado hostil con el afuerino. Volverá a ser parcialmente periodista en varios medios, como Chilevisión o como corresponsal de su antigua casa de noticias, de la misma forma será docente académico en universidades, La República y la Santo Tomás. Decide dar a la luz su poemario, Saga Nórdica, acogida como una obra sublime para algunos críticos, y también sus preciadas obras La Mirada temerosa del bastardo y Poemas transreales y algunos evangelios. pero el poeta no se siente conforme, se entristece, añora ser diferente, una suerte de ciudadano sin patria, por eso sale a menudo del país y se encamina hacia otras latitudes y será así como conocerá a la periodista Claudia Olguín con quien tendrá su quinto hijo, Jeremías. El bardo vuelve entonces, a un transcurso creativo de excelencia y emergerán sus libros Ok Atacama, Transtierra y El año del reptil.

«Vivo ahora un tiempo de silencio y reflexión, mis amigos son escritores y personajes creativos y sensibles, tales como los novelistas Jorge Calvo Rojas y Omar Pérez Santiago o el hombre de leyes, Raúl Aedo  y afirmar entonces como decía Sartre “pueden haber más bellos tiempos, pero éste es el nuestro”.