Conversamos hace algunos meses con dos reconocidas lawentuchefes del territorio de Tirúa, ellas son, Albertina Lihuenpi Huenupil del sector Los Chilcos y Rosa Cayupe del sector Ponotro. Los lawentuchefes son conocidos en español como “agentes de salud”, “médicas o médicos” y “hierbateros”, su rol dentro de la cultura mapuche es curar a través del lawen, por medio de su capacidad de soñar el remedio indicado para cada persona.
En el libro Lawentuwun trurwa mapu mew/ la salud en el territorio de Tirua publicado durante este año por el servicio de salud de la comuna, definen al lawen de esta manera: “Lawen a su vez tiene una serie de definiciones, no solamente es la planta, la hierba o el aspecto material de eso-como comúnmente se trata de significar-, sino que conlleva una explicación más profunda, más trascendente, más elemental de lo que hay detrás o dentro de cada planta, de cada espacio, haciendo referencia a lo esencial, a las energías que contiene”.
El mismo libro señala al lawentuwunzugu como el modelo de salud mapuche, donde se da la interacción entre el kutran (enfermedad/enfermo) y el los lawentuwugelu (agentes de salud), donde se ubican a los roles de machis, lawentuchefes, puñelchefe (parteras) y gutanchefes (componedores de huesos). Estas personas son poseedoras de un don que proviene muchas veces de herencia, y que les permite aprender de sus sueños para atender a los distintos kutran. Sobre este conocimiento conversamos con Albertina y Rosa, quienes desde hace años desempeñan el rol de lawentuchefes para sanar.
¿Cómo comenzaron con el camino de ser lawentuchefes y conocer las hierbas medicinales?
Albertina: Yo por mi parte, fue porque fui una yancan de una machi, fui la acompañante de una machi cuando hay Guillatun, machitunes, desde los 8 años; igual me crié con mi abuela, y por parte de mi abuela igual aprendí y ahora no tengo nada, no tengo machi, no tengo abuela, no tengo mamá pero sigo aprendiendo sola porque me sueño de los remedios, de los enfermos que van a llegar, he hecho mucho remedio a mucha gente.
¿Usted lamuen que más me puede contar de cómo fue este comienzo?
Rosa: Mi papá era mapuche, mi mamá igual, yo era así una persona nomas pero era mapuche, después yo crecí, yo me casé y mi suegra era machi y ahí yo empecé a ser yancan como la lamuen igual, servirle a la machi, yo estuve 14 años junto con ellos, y ahí hacíamos los remedios. Después ella falleció, y yo para hacer remedios tengo que soñar primero los enfermos y ahí se que remedios tengo que darle a la persona y me dirijo yo a buscar los remedios, antes de eso no puedo darles remedios, aunque llegue un enfermo no puedo decirle voy a darte este vaso de remedio si yo no sé que se va a aliviar, no todas las personas tienen el mismo síntoma, ahí personas que les duele una cosa y a otros otra, y así no puedo tener remedios determinados para darle a cada persona. Eso puedo decirle porque uno no puede decir todas las cosas, porque los grandes farmacéuticos se van a enterar y el gran empresario no quiere perder. Pero nosotros sabemos de toda la cultura.
¿Cuál es el trabajo que están desempeñando en Tirúa, trabajando en conjunto con otros lawentuwugelu, compartiendo y aprendiendo? ¿Se imaginaban esto, les gusta?
Rosa: Contenta porque menos mal hay más personas, porque yo nomas ando con chamal y cuando veo otras con chamal me alegro, a mis hijos les hablo puro en mapuche, mis hermanas no saben hablar mapuche pero yo si sé gracias a dios, igual uno aunque sea mapuche, la juventud habla en castellano, y si te escuchan hablar dicen: -Miren como habló y sueltan la risa calladita-, pero son los ignorantes, dicen:- Hace tanta calor y anda con chamal-, todavía hay gente así pero son los más ignorantes. Para mi ojalá toda la gente hablara mapuche para rogar a su diosito, saber hacer sus rogativas y para poder hacer una rogativa antes de invierno para pasar un buen invierno, y ahora la gente dice la cosecha se atizonó y yo les digo que ese es puro mal que están enviando porque la gente no es como antes ya no hacen Guillatun, van a comprar químicos, y por eso está pasando esto. Ojalá que no falte el alimento, pero si seguimos como vamos va haber plata pero no agua ni alimento.
Albertina: Yo siempre quise que se conociera al pueblo mapuche, que también tenemos lawentuchefes y lawen, que los mapuche no sabemos leer mucho pero si sabemos muchas cosas de parte de la cultura mapuche. Me gustaría que hubiera una machi para acá que dios nos diera una machi cerca porque por este lado no hay machi, y cuando uno está enfermo tiene que ir lejos para saber que enfermedad tiene, estamos pobre de eso de machi por lo mismo que decía la lamuen, nunca supieron cuidar una machi, ayudarle a una machi, se burlaban de la machi, se reían.
¿Los winkas?
Albertina: Si los winkas, y no winkas igual, porque decían que la machi era bruja y la machi no es bruja, por eso dios se enojó y retiró a su machi, y quedamos solos ahora.
¿A qué factores puede deberse esta situación?
Albertina: Por el estudio porque nos discriminaron los mayores, como yo misma tengo muchos hijos pero yo no les quise enseñar mapudungun porque yo fui muy discriminada en la escuela, los profesores me decían: -No tiene que hablar así usted china de miércale, cuando va a cortar tu lesera-, y me agarro de la trenza y me llevo adelante a la pizarra, pasa a hacerte una suma y yo le dije ayer no vine profesor porque tenía que cuidar a mi abuela y me pegó tanto, me pegó en la pura boca, me reventó los labios y después me siguió pegando, me pegó en la nariz como saltaba la sangre, y después ya me dio rabia porque yo tenía como doce años, también le pegue y yo le dije:- No porque sea mapuche me va a castigar, todo porque no tengo a nadie que responda por mí, no tengo mamá ni papá, se va a limpiar la mano conmigo-, pero en puro mapudungun le hable porque yo no sabía hablar en castellano, por eso me pegaba y por eso yo a mis hijos no les enseñé, y mis hijas me reclaman; pero por eso no quise porque yo fui castigada, la lloré todavía me acuerdo y me parece que era ayer nomas, yo no pude estudiar por no saber hablar en castellano.
Rosa: También porque después vinieron las empresas salmoneras, cuando nosotros por el mar nos mantenemos, y ahora vienen a decirnos: -Usted no pertenecen, y ahí como vamos a aliviar personas si van a contaminar tanto, algo siquiera que las autoridades se pongan la mano en el corazón que no nos quiten el mar; y si yo miro hay puros eucaliptos moviéndose con el viento, si antes era puro nativo y ahí estaba el lawen, están contaminando y los pobres por más que quieran remedios, no hay remedio, porque lo que uno tiene que darle a la persona lo encuentra solamente en los montes ahora, y si no hay fallecen nomas, así cuanta gente que fallece en otros lados por falta de remedio.
¿Cómo ven ustedes la medicina occidental, como la del hospital que da remedios iguales para todos? ¿Cree que falta otro enfoque u otra mirada donde vean individualidades o identificar de otras maneras las enfermedades?
Albertina: Si, para mí sí. Porque el doctor no conoce todos los kutran (enfermedad), a mí me parece que deberíamos tener una machi más cerca porque la machi sabe que enfermedad tiene, enfermedad buena/ natural o cosas malas, y uno como lawentuchefe no sabemos esas cosas, no somos machis, somos conocedores de los lawen nomas. Si sabemos que tienen esa enfermedad ahí les damos o sino no, tiene que ser el remedio para esa enfermedad para su kutran. Por eso la timidez que tenía yo de que no le hiciera efecto el lawen para su kutran, por eso yo no quería (ríe), ahora me estoy arriesgando de a poco, a darle remedios que les hagan bien.
Rosa: La lamuen dice una machi, ¿y esa donde la vamos a pillar nosotros? Por lo menos nosotros no tenemos machi, y una machi debe ser dedicada por dios, eso lo da él, dios dispone la machi y ahora se están terminando las machi, ¿Por qué? Por nosotros mismos.
¿Creen que es necesario el mapuzungun para conocer los lawenes y poder curar?
Rosa: Sí, para que dios les dé el don, porque aunque uno más sepa hablar el mapuche y sepa las plantas; no puede curar sino tienen el don, no pueden dar remedios, tiene que saber cuáles dar y la mezcla.
Albertina: Hay un equilibrio, entre el don y el remedio; yo una vez me mandaron sola a buscar lawenes, como que yo vi peleando dos toros y dos chucaos peleando, y perdí los sentidos cuando desperté, yo tenía mucho remedio cuando desperté, yo estaba sentada y como uno antes andaba a pata, al lado de mi pie cuando desperté tenia muchos remedios, de todo.
Fuente: Paola Henríquez -mapuexpress.org