La batalla emprendida por la defensa de Aysén, permitio la unificación de los criterios de desarrollo y que Aysén debe ser defendida y preservada dadas sus ventajas comparativas en pos de la sustentabilidad del país y se logró su reconocimiento como territorio sustentable. En la actualidad de norte a sur y de cordillera a mar, la actividad turística y la ganadería se han posicionado como formas económicas de base; la pobreza que se vivía en los años 90 al quebrar el mundo ganadero ha disminuido considerablemente. En la actualidad las nuevas generaciones de ayseninos tienen orgullo de su región, cuando los jóvenes salen fuera de la región a estudiar se transforman en líderes, usan boinas, juegan al truco, toman matte y son admirados por sus pares por el orgullo que sienten por lo que son y representan como cultura. En la actualidad vivir en Aysén se ha transformado en un sueño y no en un castigo como en el pasado y eso en si mismo es fantástico.
Por Andrés Gillmore
HidroAysén consiguió lo que hasta ese entonces no estaba claro en Aysén y si existía estaba oculto, la unión de la región como un todo en pos de un gran objetivo: salvar el territorio de las garras de la transnacional y sentir orgullo por la cultura que habían dejado los colonos a principios del siglo 20, que no habían conseguido las otras grandes batallas ambientales desarrolladas en Aysén, en contra de Alumisa en Puerto Aysén y la que dio la Corporación Costa Carrera (Agrupación de empresarios turísticos y pobladores del lago General Carrera) en contra de los salmoneros, cuando quisieron intervenir los lagos General Carrera y Bertrand y el maravilloso río Baker; ambas intenciones finalmente desestimadas.
Hasta antes de HidroAysén, el vasto territorio estaba desestructurado culturalmente dado su gran tamaño, que es el equivalente a Holanda y Bélgica juntas, produciendo que los pobladores del norte de la región, (La Junta-Puyuhuapi-Cisnes) poco sabían de los del sur, (Villa Cerro Castillo-Murta-Río Tranquilo-Puerto Guadal-Cochrane) que les pasaba lo mismo con respecto a los del norte, que a su vez poco conocían a los del centro (Mañihuales-Coyhaique-Valle Simpson-El Blanco-Balmaceda) que a su vez sabían poco del norte y del sur. Con la llegada de la transnacional a la cuenca del Baker, se tomó conciencia cultural y territorial de la existencia del sur profundo de Caleta Tortel, Villa O’higgins y del río Pascua y Aysén se hizo uno solo ante la emergencia.
En ese entonces cuando la belleza de Aysén era mucho más salvaje y primorosa de lo que es en la actualidad con la llegada de la “civilización” y esto no me lo contó nadie, porque lo viví en la práctica desde mi llegada a la región en 1983( como alumno de sociología en pos de su tesis de grado y futuro poblador de la cuenca del Baker) no se tenia conciencia del significado de la región y lo que representaba en la proyección del futuro de Chile. No se entendía que era una de las últimas reservas ambientales del país y del planeta, sustentado por sus magníficos escenarios naturales, del norte con su esplendorosa costa de mar, con grandes bosques y formidables fiordos, a diferencia del centro, donde imperan los grandes valles y las magníficas planicies y que en el sur se vivía en la costa de vastos campos de hielos (norte y sur), glaciares y estruendosos ríos y que en este territorio se encuentra la segunda reserva de agua dulce del planeta (campos de hielo norte) y el segundo lago más grande de latinoamérica (General Carrera) renombrado por el mundo turístico hace unos años como “Chelenko” por su pasado Tehuelche y que se llegaba al mar también por Río Tranquilo cerca del Parque Nacional San Rafael y Caleta Tortel.
Vivir en Aysén hasta ese entonces a mediados de los años 90, era considerado a nivel nacional un destino inexorable y el mundo rural vivía una crisis existencial de proporciones históricas, al perderse los poderes de compra de lana y ganado en 1993 por la asociación de Chile al Mercosur. Una situación que había estado en ebullición empobreciendo a los pobladores y haberse dejado a la región a su suerte por los gobiernos de turno desde Patricio Aylwin, sin proporcionarle ningún tipo de ayuda a los pobladores para reinsertarse en el medio productivo. Pero sin querer queriendo la región se estaba reinventando a si misma, proyectándose en lo que más tenia a la mano y no tenia que pedirlo a nadie, su magnífica calidad escénica y ambiental, que dio pie para que comenzara la proyección de un gran desarrollo turístico y precisamente en la cuenca del Baker; que era lo que quería intervenir HidroAysén con sus cinco represas, que de haberse concretado hubiera destruido esa magnífica proyección de desarrollo y Aysén sería en la actualidad una región intervenida y sin futuro para sus habitantes.
La Carretera Austral fue construida básicamente por el Cuerpo Militar del Trabajo (CMT) para que pasaran tanques y tropas. Nunca tuvo como objetivo estar dentro de un plan de desarrollo económico, productivo y social para las comunidades de Aysén ni nada parecido; solo fue posible construir esta tremenda obra de un poco más de 800 kilómetros de extensión, porque fue una decisión Geopolítica tomada por la dictadura en los años 80; estoy seguro que si en esos años hubiese existido un Congreso como el actual, la Carretera Austral no hubiese contado con el financiamiento para ser construida…. y la región simplemente se hubiera concesionado al mejor postor como ocurre en la actualidad con las carreteras, hospitales, etc . Como se pretendio cuando el gobierno japonés presentó un proyecto de arrendamiento por 20 años en 1980 para explotar los recursos naturales de Aysén y se comprometían a construir la Carretera Austral y los puentes. Por suerte el proyecto fue desestimado en ese entonces.
HidroAysén hizo su entrada en la región, sintiéndose dueño de la verdad, entendían que la región estaba a su disposición, para colmo en esos primeros años transitaban agresivamente por la carretera austral con su convoyes de camionetas, transformándose en un peligro para quienes transitábamos por la carretera y para los pobladores que lo hacían a caballo, que les tenían pavor a los convoyes, haciendo que muchas veces sus caballos se encabritaran y que muchas veces terminaran en el suelo y con el caballo desbocado. Los funcionarios de HidroAysén invadían predios para hacer prospecciones sin permiso y su helicóptero aterrizaba con estruendo en los predios como si estos fueran públicos, pensando que todo estaba cocinado, que nada podía hacerse en contra de los intereses de la transnacional y que la región debía entregarse a su designio extractivista y rendirles pleitesía “porque ellos eran desarrollo”.
La forma y el fondo que HidroAysén utilizó para introducirse en el mundo aysenino del sur, fue falto de educación cívica y de buenas costumbres, que inmediatamente generó anticuerpos en el mundo rural, sin siquiera haber entrado en los aspectos técnicos del proyecto. Con el tiempo la altanería fue cimentando las bases para que no se aceptarán los intereses de la transnacional, porque de una cosa siempre se ha tenido certeza en Aysén y que es el legado que dejó la colonización y es su gran valor cultural hasta los días de hoy: que se podía estar en un territorio a tras mano, sin conectividad, agreste y muchas veces dadas las circunstancias con escasa educación escolar y complicado de hacer, pero el respeto por las buenas costumbres y por la palabra empeñada, es la base de sustentación de la cultura y HidroAysén inmediatamente pasó a llevar ese formato.
La batalla emprendida por la defensa de Aysén, permitio la unificación de los criterios de desarrollo y que Aysén debe ser defendida y preservada dadas sus ventajas comparativas en pos de la sustentabilidad del país y se logró su reconocimiento como territorio sustentable. En la actualidad de norte a sur y de cordillera a mar, la actividad turística y la ganadería se han posicionado como formas económicas de base; la pobreza que se vivía en los años 90 al quebrar el mundo ganadero ha disminuido considerablemente, gracias al camino dictaminado al entrar en batalla en contra de HidroAysén, obligando al gobierno a subirse a esta forma de hacer y descartar cualquier intención contraria que perjudique la proyección de futuro de la región.
En la actualidad las nuevas generaciones de ayseninos tienen orgullo de su región, cuando los jóvenes salen fuera de la región a estudiar se transforman en líderes, usan boinas, juegan al truco, toman matte y son admirados por sus pares por el orgullo que sienten por lo que son y representan como cultura. En la actualidad vivir en Aysén se ha transformado en un sueño y no en un castigo como en el pasado y eso en si mismo es fantástico
HidroAysén puso sobre la mesa temas de trascendencia nacional, como los intereses creados que se desarrollaban en Chile y su asociación con los grandes empresarios chilenos y los políticos que dicen representar los intereses de las regiones y esos intereses fueron puestos sobre la mesa, mostrandonos las asociaciones, formas, contextos y manipulaciones secretas que se hicieron por décadas en el país, que terminaron por darle forma el impulso final para que el país entrase en batalla por sus derechos. A partir del año 2011 a la fecha y bajo el ejemplo que dio Aysén, se salió en defensa de los derechos ciudadanos, produciendo un cambio estructural en la forma de hacer política y puso en el tapete público temas de fondo que hasta ese entonces no eran preponderantes aunque se tenia conocimiento de ellos; como Educación, Salud, Fondos de Pensiones, transnacionales, grupos económicos, forma de hacer desarrollo en variados y espinosos temas, regionalización, equidad, calidad de vida, constitución y sustentabilidad regional, que no habrían sido revisados si Aysén no hubiese entrado en batalla en contra de HidroAysén.
Además se demostró fehacientemente con peras y manzanas, como los intereses creados manipulan la opinión pública para lograr sus objetivos, interviniendo el senado y la cámara de diputados, con diversas estrategias comunicacionales. Como olvidar los endiablados discursos de connotados ingenieros al servicio de esos intereses denostando las Energías Renovables, alabando la intervención de los ríos de Aysén con muros de contención y embalses, aduciendo que los ríos son recursos renovables cuando no lo son y que su intervención era el futuro energético y precisamente en Chile, considerado el país con más recursos para desarrollar las energías renovables del planeta. La cantidad de seminarios realizados en prestigiosas universidades para sustentar “verdades mentirosas”, que sin pundonor alguno usaban connotados profesionales, que sustentaban científicamente la imperiosa necesidad de construir HidroAysén, porque era la única manera de lograr el desarrollo de Chile y que sin represar, el país quedaba a oscuras y la verdad no era otra, que esa energía nunca fue proyectada para Aysén o para el país y si para exportarla a Argentina.
Cómo olvidar un hecho que a esta altura es una anécdota más de esos años que causan risa por lo estúpido que fue, cuando me tocó asistir a un encuentro organizado por HidroAysén en la Logia Masónica de Santiago en representación de la Corporación Costa Carrera, donde se supone esta la crema del intelecto profesional Chileno, donde el vice Pdte Ejecutivo de HidroAysén, Daniel Fernández (PPD) (ex Pdte de Metro y ex Director Ejecutivo de TVN) luego de un discurso en contra de las Energías Renovables y lo magnífico de HidroAysén para el desarrollo de Chile, sin decir agua va, se comprometió ante la audiencia expectante, que HidroAysén por ningún motivo inundaría el Parque Nacional Torres del Paine (Parque Nacional ubicado en Magallanes a unas 350 millas náuticas al sur de la cuenca del Baker) y la audiencia lo ovacionó de pie por su promesa. En fin………