J.C. Ripper.- Un 64 % de los chilenos no aman a Piñera. Sebastián Piñera sacó una votación absolutamente insuficiente, un 36,%. Es todo. A pesar que Piñera gastó sumas estratosféricas en su campaña. El cotillón de Piñera, el escenario gigante en un lujoso camión y un discurso empalagoso que tenía preparado para celebrar el triunfo se esfumó. Todo se tuvo que desmontar.
Pero, luego de los resultados de la elección de la primera vuelta, Sebastián Piñera no acepta esa realidad.
Piñera no quiere ver las cifras.
Hubo un rey que fue convencido por unos estúpidos que su traje era suave y delicado, pero era transparente, y que solo los idiotas no lo podían ver. El rey se paseaba desnudo. Sus asesores no le podían decir la verdad, para no quedar como idiotas. El rey se paseaba desnudo hasta que un niño dijo:
«¡Pero si va desnudo!»
Piñera se pasea desnudo y sus asesores o cotilleros, como Cecilia Pérez, Catalina Parot o Gonzalo Cordero, insisten en la tele en que Piñera va vestido.
Primero, la gente quiere gente nueva y Piñera es un actor viejo.
Segundo, sus asesores no reparan que se instalado en mucha gente una pésima imagen de Piñera. La gente lo trata de ladrón, fresco y sinvergüenza. Todos los días esa imagen se ve ratificada con memes, chistes, fotos, bromas, y caricaturas. Eso es masivo y abrumante. Aun algunos partidarios reconocen abiertamente que Piñera es ladrón. Aunque los medios tradicionales no lo muestren, esos chistes degradantes sobre Piñera tienen una alta permanencia en las redes sociales y se viralizan rápidamente.
Como por ejemplo, el empujón que Piñera le pega a su señora Cecilia Morel, frente a las cámaras, el mismo día de las elecciones. Es imposible no verlo. «Córrete más allá».
https://www.youtube.com/watch?v=HBL0JTzIY7k
La mente humana no es sólo racional y lógica, la mente humana es también emotiva. Y chascarros vergonzosos como estos influyen en la mente de la gente. Lo que puede ser un logro, preparado con mucha antelación, es malogrado por un casi imperceptible gesto de mala educación de Piñera con su propia mujer, Cecilia, la que se supone que es la persona que él más estima.
La intuición emotiva de la gente es muy importante. La emoción y las elecciones intuitivas está muy presente en la compresión de nuestras decisiones. Es el efecto de halo negativo que persigue a Piñera. Esto ha permanecido por tanto tiempo, que ya es muy difícil que la percepción negativa que la gente tiene de Piñera, cambie. La gente tiene ya un alto punto de anclaje sobre lo negativo que se puede esperar de Piñera.
Lo extraño y sorprendente es que los asesores no reparen que eso afecta realmente en las intenciones de voto de la gente. Es algo del ABC de una campaña o de la venta de un producto.
Es difícil vender un perfume sobre el cual la gente tiene una idea de que huele mal.
Y para muchos chilenos Piñera huele a caca.
Los asesores se dedican a controlar las encuestas y todos los medios de comunicación posibles. Pero en una época de redes sociales, el mal olor de Piñera se ventila igual.
Los resultados de las elecciones demuestran más claramente lo que piensa la gente en la calle. La mayoría de los chilenos no aman a Piñera. Dicho de otro modo: No les gusta el olor a caca.