Los dirigentes estudiantiles cuestionaron que el futuro de los jóvenes sea determinado por una prueba que reproduce brechas socioeconómicas y de género.
Santiago, 26 de diciembre de 2017. (radiodelmar.cl)– La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (FEUC), Josefina Canales, cuestionó la continuidad de la PSU, recalcando que es un mecanismo que «segrega no sólo por razones económicas, sino también de género».
Los dirigentes de la CONFECH reclamaron un cambio en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y señalaron que las distintas evaluaciones que se han hecho muestran que es hora de modificar el actual sistema de admisión a la educación superior.
«Lamentamos no tener una noticia distinta. Todos los años es lo mismo, quienes pueden pagar colegios particulares y buenos preuniversitarios tienen mejores resultados. Ya se han hecho muchas evaluaciones que muestran que la PSU es un mecanismo segregador, que no predice el rendimiento de los estudiantes en la universidad» afirmó la presidenta de la FEUC, Josefina Canales.
La dirigente recalcó que «la PSU no sólo segrega por razones económicas, también lo hace en temas de género. Hoy día las mujeres, por ejemplo, tienen menos posibilidades de obtener puntajes nacionales y esto nos parece muy grave. Por eso queremos decirle al Consejo de Rectores que debe dejar la gallinita de oro que es la PSU y escuchar a los estudiantes que piden cambios».
De este modo se refirió al hecho de que este año haya aumentado la brecha de género en la PSU: solo 25 mujeres obtuvieron puntajes nacionales frente a 118 hombres, pese a que ellas tienen un mejor rendimiento escolar.
En tanto el presidente de la FECH, Alfonso Mohor, señaló que «el carácter segregador de la PSU se ve reflejado en que el 76% de los puntajes nacionales provienen de colegios particulares pagados y muestra una gran brecha entre la educación pública y la educación particular».
Añadió que «hay que avanzar en dos líneas, primero en el fortalecimiento de la educación pública de manera transversal en todo el sistema, como una necesidad urgente; pero también en cambiar este mecanismo de ingreso porque es injusto que el futuro de los jóvenes chilenos dependa de una única prueba estandarizada que reproduce la segregación en el sistema escolar».