Texto y fotos: Omar Pérez Santiago
Como cientos de turistas cada día, me acerqué al balcón desde donde se ve la asombrosa ciudadela de Machu Picchu y abajo la curva del río torrentoso Urubamba o Willcamayu (que significa en quechua “río del Sol”, río que va a dar en la Amazonía, que es el morir).
-Oh, suspiré como cientos de turistas cada día.
La imagen es prodigiosa y, como cientos de turistas cada día, caigo rendido ante la locura de la montaña y la construcción de los incas.
Todos los años aumenta la cantidad de turistas, a pesar que no es fácil llegar aquí. Desde un hotel del Cusco histórico un auto nos trajo de madrugada a Ollataytamba en una hora y cuarenta minutos. Allí esperamos el tren que nos llevó hasta Machu Picchu pueblo o Aguas Calientes, un peculiar rincón turístico entre montañas verdes. En Aguas Calientes un bus nos subió hasta las puertas de la ciudadela por un peludo camino en zig-zag de quince planos inclinados sucesivos, a 700 metros de altura desde allí.
Neruda
Hace 75 años, digamos en octubre del año 1943, el año de la cabra según el Horóscopo Chino, el poeta Pablo Neruda habría visitado Machu Picchu. Según él, habría sido una revelación mágica que lo transformó como hombre y como poeta. Una conversión poética, política y religiosa. En 1945 publicaría Alturas de Machu Picchu, uno de sus poemas más conocidos y que en 1950 se integrarían al libro Canto General.
Una pregunta me surge espontáneamente:
¿Cómo llegó Pablo Neruda a la ciudadela de Machu Picchu?
Luis Nieto Degregori, uno de los actuales y más destacados escritores cusqueños, ha investigado la historia de la visita de Pablo Neruda a Machu Picchu. Su padre, Luis Nieto Miranda, el «Cholo Nieto», estuvo con Pablo Neruda en el Cusco en 1943. Latinoamérica era ya global y estaba animado por las empatías y simpatías de esos aventureros solidarios.
Afirma Nieto Degregori, en su crónica publicada el año 2004, titulada «Neruda en Machu Picchu», que Neruda y su esposa Delia del Carril llegaron al Cusco en la tarde del día martes 26 de octubre de 1943. Bajaron en la estación de trenes del Cusco, una ciudad a 3.500 metros de altura y que si no te cuidas, te apunas.
El Informe Nieto indica que acompañaban a Pablo Neruda el poeta Esteban Pavletich, un intelectual peruano, y Director de Prensa y Propaganda del Ministerio de Gobierno y el escritor y senador socialista por el Cusco, Uriel García.
Cusco no era una Mecca turística, como lo es hoy.
Cusco tenía cerca de 45 mil habitantes, que en su mayoría hablaban quechua y llegaban a la Plaza de Armas con sus sombreros monteras, ponchos coloridos y sus llamas a vender sus productos agrícolas y artesanías, mientras mantenían en la boca un bulo de hojas de coca.
Huésped Ilustre
La misma noche del martes 26 de octubre de 1943, Pablo Neruda fue al salón consistorial del Consejo Provincial, en la Plaza Regocijo, a dos pasos de la Plaza de Armas. En una ceremonia, el alcalde del Cusco, el dr. Óscar Saldívar lo declaró Huésped Ilustre.
Domingo en Teatro Municipal
El domingo 31 por la mañana, en el Teatro Municipal del Cusco, hubo otro homenaje. Instituciones culturales, gremios de artistas y de trabajadores del Cusco rinden homenaje a Neruda. Las palabras de saludo corren a cargo de su amigo, el poeta cusqueño Luis Nieto Miranda. Su discurso fue publicado en la Revista Municipal del Cusco en 1945, titulado, «Pablo Neruda, Miliciano corazón de América». Nieto Miranda había conocido a Neruda durante los 8 años que pasó desterrado en Chile.
Dijo Nieto Miranda el domingo 31 de octubre en el Cusco:
«Me habéis pedido que salude a este poeta combatiente, a este corazón hecho con el aceroblindado de la mañana. Miradlo, ahí lo tenéis».
Ovación.
Esa mañana en el Cusco, Neruda declamó dos de los Veinte poemas de amor y algunos poemas de España en el corazón y Residencia en la tierra. Se despidió del público, tras más de una hora de lectura, con su inédito Nuevo canto de amor a Stalingrado.
LEYENDAS PLAUSIBLES
Visita a Chichería
Escucho en el Cusco unas sabrosas leyendas sin confirmar. Por ejemplo, Luis Nieto Miranda, un comunista creador del himno del Cusco, habría llevado a Pablo Neruda a la chichería ‘La Chola’ que estaba en la calle Pumakurko, subiendo algunas cuadras desde la Plaza de Armas. Hoy es el hotel Cartagena. El viajero que osaba internarse en la célebre chichería se veía tentado quizá a comer sabrosos cuyes asados, un exquisito plato típico, y a beber chicha y frutilladas mientras, tal vez, hablaban de aparecidos, de cábalas o de las cicatrices de sus recuerdos.
Las chicherías o picanterías eran espacios que el investigador cusqueño Uriel García bautizó como “cavernas de la peruanidad” y “escuelas democráticas del país”. En esos espacios confluían los grandes escritores y políticos cusqueños.
Hoy se calcula que en el Cusco moderno sobreviven alrededor de 20 chicherías y picanterías tradicionales.
Café Extra
Otra leyenda también comenta que Pablo Neruda visitó el Café Extra en la calle Espaderos, a un costado de la Plaza de Armas, cuando el Café era muy conocido por los viajeros.
Ahora existe allí el restaurante cultural Tinta, donde cuelgan obras de arte de estudiantes de la Universidad del Cusco. Una mañana de febrero conversé allí con su joven dueño, Walter Herencia Pilco. Walter afirma que la leyenda que dice que Neruda visitó el Café Extra, es una leyenda plausible. Tal como es posible que el joven Ché Guevara estuvo en ese café en 1953, afirma Walter.
Regreso a Arequipa
El lunes uno de noviembre de 1943, el día de Todos los Santos, Neruda y su esposa abordaron el tren para emprender viaje a Arequipa y continuar camino a Chile. En la estación de ferrocarril el visitante fue despedido por comisiones de instituciones culturales
y de los sindicatos de la ciudad.
MISTERIO MACHU PICCHU
Sostiene Nieto Digregori que la prensa cusqueña no da cuenta del viaje que realizó el poeta a Machu Picchu.
Entonces…
El viaje de Pablo Neruda a Machu Pichu debería haber ocurrido entre el día miércoles 27 y el sábado 30 de octubre de 1943.
«Entonces subimos por senderos ásperos y a lomo de mulo hasta la ciudad perdida y añorada: Machu Picchu, la misteriosa.» (Neruda, Condé sur Iton (Francia), enero 1972)
«Me detuve en el Perú y subí hasta las ruinas de Macchu Picchu. Ascendimos a caballo. Por entonces no había carretera. Desde lo alto vi las antiguas construcciones de piedra rodeadas por las altísimas cumbres de los Andes verdes. « (Neruda, Confieso que he vivido)-
No hay datos sobre su viaje a Machu Picchu, me confirma Nieto Degregorio, cuando le escribo para consultarle.
Se dice que el organizador del viaje a Machu Pichu fue Esteban Pavletich, (1906-1981) un escritor y activista político e indigenista peruano. También había estado exiliado en Chile a comienzos de los años 30, donde conoció a Pablo Neruda. Pavletich tenía en 1943, 37 años y poseía experiencia en subir montes, pues a los 22 años se había integrado a la guerrilla de Cesar Sandino y Farabundo Martí en Nicaragua en el año 1928.
¿El misterio es cómo subió Pablo Neruda a Machu Pichu?
En el año 1943, la única vía posible a Machu Pichu era El Camino del Inca.
Recién el año 1948 se inauguró el camino zigzageante desde Aguas Calientes a Machu Picchu, la llamada Carretera Hiram Bingham. Y es sólo en los años 50 que Machu Picchu fue abierto al turista.
El tren de trocha angosta llegaba a Aguas Calientes y se adentraba hasta Quillabamba. Los viajeros debían bajarse en el kilómetro 84, donde hoy está la Hidroeléctrica, y de allí cruzar un puente colgante y peatonal para subir a Machu Pichu, en un ascenso del llamado Camino del Inca, monumental construcción vial de piedra de los incas.
Es difícil el Camino del Inca.
Todo los testigos que han hecho el Camino de Inca a Macchu Picchu confirman que es una de las travesías más famosas, imponentes y retadoras del planeta. El arriscado camino es duro y escalonado y tiene 40 km de longitud. La caminata se da entre montañas, en prehispánicas y empinadas escaleras de piedras. Se pasa por varios sorprendentes centros arqueológicos incas y túneles labrados en la piedra de la montaña. Toma cuatro días y tres noches y se llega a una altura de 4.200, de aires gélidos donde uno, si tuviera unas alas, quizá hasta podría volar, pues eso es el cielo. Los riesgos del mal de altura o soroche pueden causar dolores de cabeza, náuseas, pérdida de apetito y dificultad para dormir. Puede complicarse si no se atiende a tiempo. Obviamente se requiere una preparación física antes del viaje. Hay que tomar abundante mate de coca. Es un tramo aventurero y emocionante.
La otra vía era llegar por Aguas Calientes. El tren llegaba hasta allí desde el año 1934. Desde allí se hacia el camino en mula. Es probable que este sea el camino que tomó Neruda. Aún así el camino debe haber sido bastante trabajoso.
El día en que visité Machu Picchu, por la tarde se puso a llover torrencialmente. Bajamos a cenar a Aguas Calientes y antes de bebernos el aperitivo de Pisco Sour, la lluvia con rayos y truenos arrasó.
Desde la terraza del restaurante vi que los turistas gringos, alemanes, italianos, franceses y españoles seguían llegando a Machu Picchu. ¿Qué idioma hablan los gringos? No importa. Lo seguro es que ninguno de ellos se extravía ahora. Están bien informados. Los mapas los traen en sus Iphone.
Todos los turistas venían con protectores de agua, gorros y botas.
Esos turistas van a la guerra, pienso.
Lo que quiero decir con esto es que aún hoy para los turistas más preparados y por el camino más seguro, el viaje a Machu Picchu puede llegar a ser impredecible.
Y la incógnita persiste.
Pablo Neruda era esencialmente un poeta flâneur, más que un Indiana Jones. Pablo Neruda tenía la mística del paseante citadino, del vagabundeo dandi de ciudad, un urbanita ligero y hedonista, no del trekking.
¿Subiría Neruda en lomo de mula hasta Machu Picchu?
No se ha podido confirmar.