La Antártida es el escenario de una ‘guerra por la comida’ entre pingüinos y ballenas con la industria pesquera a cuenta del kril, un diminuto crustáceo parecido al camarón que es la base de la alimentación de todos los animales que habitan en tierras antárticas, desde las ballenas azules hasta los pingüinos Adelaida.
Publicado en teintera.es 13 de marzo de 2018
Así lo asegura Greenpeace en su informe ‘Licencia para el kril: el mundo poco conocido de la pesca en la Antártida’, hecho público este martes tras una investigación de cinco años sobre la industria pesquera de esos crustáceos en una de las regiones más prístinas del planeta.
El informe indica que el kril se ha convertido en los últimos años en reclamo para la venta de productos como el aceite de kril o las pastillas de Omega-3, harina de pescado para granjas de acuicultura o incluso comida para mascotas.
Greenpeace afirma que la pesca intensiva que se lleva a cabo en las inmediaciones de la zona de alimentación de la fauna antártica, como ballenas y pingüinos, genera una competencia directa por el alimento.
Además, datos de seguimiento satelital que sugieren que los buques de pesca han fondeado cerca de áreas especialmente protegidas, a pesar del impacto potencial a la vida silvestre y el fondo marino.
El informe menciona actividades que indican prácticas pesqueras muy arriesgadas, como la transferencia de capturas a grandes buques contenedores refrigerados con largas listas de infracciones previas (registros deficientes de seguridad y estándares bajos en la gestión de la contaminación, tanto de sentinas como del gasóleo).
También alude al potencial efecto devastador que provocaría un accidente marítimo (vertido de petróleo, incendios o barcos encallados…) en las aguas prístinas de la Antártida.
SANTUARIO OCEÁNICO
La responsable de Biodiversidad de Greenpeace España Pilar Marcos, señaló que el sector pesquero de kril en la Antártida se presenta como “una industria limpia y transparente, pero la realidad es que es una turbia red de barcos que pescan la base de la cadena alimenticia cerca de las zonas de alimentación de ballenas, pingüinos y otros animales”.
“Esto provoca una guerra por la comida entre la fauna de la región en un área que ya está implicada en otra lucha: el cambio climático está impactando en la biomasa de kril y la vida salvaje antártica y esta fauna no deberían tener que competir directamente por la comida con arrastreros sólo para que estas compañías puedan vender pastillas para la salud en el otro lado del mundo”, añadió.
Greenpeace hizo un llamamiento a la industria de la pesca de kril para que suspenda “inmediatamente” todas las actividades pesqueras en áreas que se están considerando para su protección por parte de la Comisión del Océano Antártico y para que todas las empresas que compran productos derivados del kril cesen sus vínculos con los barcos que pescan en estas áreas.
“Si la industria del kril quiere demostrar su responsabilidad, debería salir voluntariamente de cualquier área que se proponga como un santuario oceánico y respaldar la protección de estas aguas de la Antártida”, concluyó Marcos.
Fuente: http://www.teinteresa.es/espana/ANTARTIDA-COMIDA-PINGUINOS-BALLENAS-PESCADORES_0_1977402684.html