24 - noviembre - 2024

Aquí mira y Lee el último discurso de Lula, antes de entregarse a la justicia

 

https://youtu.be/Z2VsiKSF_4M

 

En 1979, este sindicato hizo una de las huelgas más extraordinarias.
Nosotros conseguimos hacer un acuerdo con la industria automotriz
que fue tal vez el mejor posible. Yo tenía un comité de fábrica con
300 trabajadores. El acuerdo era bueno. Y resolví llevar el acuerdo
para la asamblea. Y resolví pedir al comité de fábrica ir más
temprano para hablar con la peonada. Hacía la asamblea a la
mañana para evitar que el personal bebiera un poquito a la tarde,
porque cuando bebemos un poquito, nos volvemos más osados.
Aún así no lo evitaba porque los compañeros llevaban un litro de
coñac dentro de la valija, y cuando yo pasaba, me tomaba una copita
para que la garganta quede mejor, cosa que hoy no sucedió.
Pero bien, nosotros comenzamos a tratar el acuerdo en una votación
y las 100 mil personas en el Estadio de Villa Euclides no aceptaban el
acuerdo. Era el mejor posible. No perdíamos el día de vacaciones, no
perdíamos el aguinaldo y teníamos el 15% de aumento. Pero la
peonada estaba radicalizada, y estaba tan radicalizada que quería el
83% o nada. Lo conseguimos. Y pasamos un año siendo llamados
«traidores» por los trabajadores.

Lo que les estaba diciendo era que no conseguimos aprobar la
propuesta que consideraba buena. Y la gente entonces pasó a
desacreditar a la dirigencia del sindicato. Y yo iba a la puerta de la
fábrica y nadie paraba, y la prensa escribía: «Lula habla para los
oídos sordos de los trabajadores».
Nosotros tardamos un año para recuperar nuestro prestigio en la
categoría y me quedé pensando con un aire vengativo: «los
trabajadores dicen que pueden hacer 100 días de huelga, 400 días
de huelga, que ellos van hasta el final, pues voy a ponerlos a prueba
en 1980».

E hicimos la mayor huelga de nuestra historia, la mayor huelga: 41
días de huelga. A los 17 días de la huelga voy preso, y los
trabajadores comenzaron, después de algunos días, a pinchar la
huelga. Y nosotros entonces,… yo sé que (el comisario Romeu)
Tuma, sé que el doctor Almir (Pazzianotto), sé que el doctor
(Teotônio) Vilela cuando venían a la cárcel y me decían: «ey, Lula,
tenés que levantar la huelga, usted tiene que aconsejarles para
levantar la huelga». Y yo les decía: «no voy a levantar la huelga, los
trabajadores lo van a decidir por cuenta propia’.
El dato concreto es que nadie aguantó 41 días, porque, en la
práctica, el compañero tenía que pagar la leche, tenía que pagar la
cuenta de la luz, tenía que pagar el gas. La mujer comenzó a
reclamar el dinero del pan, entonces él comenzó a sufrir presión y no
aguantó.
Pero es curioso porque, en la derrota, ganamos mucho más, sin
ganar económicamente, que cuando ganamos económicamente.
Significa que no es el dinero que resuelve el problema de una huelga.
No es el 5%, no es el 10%, es lo que está metido de teoría política,
de conocimiento político, y de tesis política en una huelga.
Ahora nosotros estamos casi en la misma situación. Casi en la misma
situación. Me están procesando y he dicho claramente: «En el
proceso del apartamento, yo soy el único ser humano procesado por
un apartamento que no es mío». Y ellos saben que O Globo mintió
cuando dijo que era mío. La Policía Federal del Lava Jato, cuando
hizo la investigación, mintió que era mío. El Ministerio Público,
cuando hizo la acusación, mintió cuando dijo que era mío. Y yo pensé
que (el juez) Moro lo iba a resolver, y el mintió diciendo que era mío.
Y me condenó a nueve años de cárcel.
Es por eso que yo soy un ciudadano indignado. Porque yo ya hice
muchas cosas a mis 72 años, pero no les perdono por haber
instalado en la sociedad la idea de que soy un ladrón.
Dieron prioridad a los delincuentes que hicieron (al muñeco)
«Pixuleco» y lo pasearon por el Brasil entero. Dieron prioridad a los delincuentes que nos decían (el insulto) «petralhas» . Dieron prioridad
a la creación de un clima de guerra negando la política en este país.
Y yo digo todos los días: ni uno de ellos, ni uno de ellos, tiene el
coraje o duerme con la conciencia tranquila de la honestidad, de la
inocencia con la que yo duermo. ¡Ni uno de ellos! [aplausos].
Yo no estoy por encima de la Justicia. Si no creyera en la Justicia, no
habría hecho un partido político. Yo habría propuesto una revolución
en este país.
Pero yo creo en la Justicia. En una Justicia justa, en una Justicia que
somete a votación un proceso basado en autos de procesamiento,
basado en informaciones de las acusaciones, de las defensas, y en
pruebas concretas sobre el «arma del crimen».

Lo que no puedo admitir es un fiscal que hizo un PowerPoint y fue a
la televisión a decir que el PT es una organización criminal, que nació
para robar al Brasil y que Lula, por ser la figura más importante del
partido, es el jefe. Y, por lo tanto, si Lula es el jefe, (no puedo admitir)
que el fiscal diga: «Yo no necesito de pruebas, yo tengo la
convicción».
Yo quiero que él guarde esa convicción suya para sus compinches.
¡Para los secuaces de ellos, y no para mí! ¡No para mí!
Ciertamente, un ladrón no exigiría pruebas. Estaría comprometido,
con la boca cerrada, escurriéndose para que la prensa no hable de
su nombre.
Yo tengo más de 70 horas de noticieros triturándome. Yo tengo más
de 70 tapas de revistas atacándome. Yo tengo más de un millar de
páginas de diarios y noticias atacándome. Tengo también (al canal)
«Record» atacándome. Tengo a (la red televisiva) «Bandeirantes»
atacándome. Tengo también a las radios del interior. Y lo que ellos no se dan cuenta es que mientras más me atacan, ¡más crece mi
relación con el pueblo brasilero!
No les tengo miedo. Ya dije que me gustaría hacer un debate con el
juez Moro sobre la denuncia que me hizo. ¡Me gustaría que me
muestre algún tipo de prueba! Ya desafié a los jueces del tribunal
TRF-4: ¡que vayan a un debate a la universidad que quieran, con el
público que quieran, para que prueben cuál es el crimen que cometí
en este país!
A veces tengo la impresión, y la tengo porque soy un constructor de
sueños… Hace mucho tiempo atrás soñé que era posible gobernar el
país incluyendo a millones de personas pobres en la economía,
incluyendo a millones de personas en las universidades, creando
millones y millones de empleos en el país.
Yo soñé.
Yo soñé que era posible que un metalúrgico, sin diploma en la
universidad, cuidaría más la educación que los diplomados y
egresados que gobernaron este país.
Yo soñé que era posible disminuir la mortalidad infantil llevando
leche, «feijão» y arroz para que los niños pudiesen comer todos los
días.
Yo soñé que era posible llegar a los estudiantes de las periferias y
ubicarlos en las mejores universidades del país. Para que la gente no
tenga… para que no tengamos jueces y fiscales solo de la élite.
De aquí a poco vamos a tener jueces y fiscales nacidos en la favela
de Heliópolis, nacidos en Itaquera, nacido en la periferia… Vamos a
tener mucha gente del Movimiento Sin Tierra, vamos a tener mucha
gente del MTST (Movimiento de los Trabajadores Sin Techo) y de
CUT (Central Única de los Trabajadores) graduados.

Ese crimen cometí y es ese crimen el que ellos no quieren que
cometa más. Es por culpa de ese crimen que ya tengo unos diez
procesos contra mí. Y si es por esos crímenes, de colocar pobres en
la universidad, negros en la universidad, a los pobres a comer carne,
a comprar coche, a viajar en avión, a hacer su pequeña agricultura,
ser microemprendedor, tener su casa propia… Si ese es el crimen
que he cometido, quiero decir que voy a seguir siendo criminal en ese
país porque voy a hacer mucho más. Voy a hacer mucho más.
[Cántico: «Lula, guerrero, del pueblo brasileño»]
Compañeros y compañeras, En 1990, en 1986, fui el diputado
constituyente más votado en la historia del país. Y nosotros,
descubrimos, que dentro del PT -Manuela, compañeros, Ivan era del
PT en esa época-, había una desconfianza que sólo tenía poder en el
PT quien tenía mandato. Quien no tuviera mandato era tenido…
Entonces, compañeros, cuando me di cuenta de que el pueblo
desconfiaba, que sólo tenía valor en el PT quien era diputado,
Manoela [D’Avila] y Guilherme [Boulos], ¿saben lo que hice? Dejé de
ser diputado. Porque yo quería probar al PT que iba a seguir siendo
la figura más importante del PT sin tener mandato. Porque si alguien
quiere ganarme a mí en el PT, sólo tiene una manera: trabajar más
que yo y gustarle al pueblo más que yo. Porque si no le gusta, no va
a ganar.
Pues bien: ahora estamos en un trabajo delicado. Yo tal vez viva el
momento de mayor indignación que un ser humano vive. No es fácil
lo que sufre mi familia. No es fácil lo que sufren mis hijos. No es fácil
lo que sufrió Marisa y yo quiero decir que la anticipación de la muerte
de Marisa fue la desfachatez y la maldad que la prensa y el Ministerio
Público cometieron contra ella. Estoy seguro. Esta gente creo que no
tiene hijo, no tiene alma y no tiene noción de lo que siente una madre
o un padre cuando ve a un hijo masacrado, cuando ve a un hijo
siendo atacado.

Entonces, compañeros, yo resolví levantar la cabeza. No piensen que
estoy contra el Lava Jato, no. El Lava Jato, si atrapa a delincuentes,
tiene que agarrar al delincuente que robó y arrestarlo. Todos nosotros
queremos eso. Todos nosotros decíamos: «La Justicia sólo atrapa a
los pobres, no atrapa a los ricos». Todos lo decíamos. Y quiero que
continúe atrapando ricos. Yo quiero. Ahora, ¿cuál es el problema? Es
que usted no puede hacer juicio subordinado a la prensa. Porque en
el fondo, en el fondo, usted destruye a las personas en la sociedad,
en la imagen de la gente, y luego los jueces van a juzgar y van a
decir «yo no puedo ir contra la opinión pública, porque la opinión
pública está pidiendo una cacería».
Quien quiera votar sobre la base de la opinión pública, suelte la toga
y vaya a ser candidato a diputado, escoja un partido político y vaya a
ser candidato. Ahora bien, la toga es el empleo vitalicio. El ciudadano
tiene que votar sólo con base en los autos del proceso, por lo demás
creo que un ministro de la Corte Suprema no debería dar declaración
de cómo va a votar. En los Estados Unidos termina la votación y
usted no sabe por quién votó un ciudadano exactamente para que él
no sea víctima de presión.
Imagina a una persona siendo acusada de homicidio y no fue el
asesino. ¿Qué quiere la familia del muerto? Que esté muerto, que
sea condenado. Entonces el juez tiene que tener, a diferencia de
nosotros, la cabeza más fría, más responsabilidad de hacer la
acusación o de condenar. El Ministerio Público es una institución muy
fuerte. Por eso esos chicos que entran muy jóvenes hacen un curso
de derecho y después hacen tres años de concurso porque el padre
puede pagar, esos chicos necesitaban conocer un poco de la vida, un
poco de política para hacer lo que ellos hacen en la sociedad
brasileña. Hay una cosa llamada responsabilidad.
Y no piensen que cuando hablo así, estoy en contra. Yo fui
presidente y nombré a cuatro fiscales, e hice discurso en todas las
tomas de posesión diciendo: «Cuanto más fuerte sea la institución,
más responsable de sus miembros tiene que ser. Ustedes no pueden
condenar a la persona por la prensa para después juzgarla». Ustedes
estarán recordando que cuando fui a declarar allá a Curitiba, le dije al

juez Moro: «Usted no tiene condiciones de absolverme porque
O’Globo está exigiendo que usted me condene y usted me
condenará».
Pues bien, creo que tanto el TRF4, como Moro, el Lava Jato y
O’Globo, tienen un sueño recurrente. El sueño es que primero el
golpe no terminó con Dilma. El golpe sólo va a concluir cuando ellos
logren convencer de que Lula no pueda ser candidato a la
presidencia de la república en 2018. No es que yo voy a ser… Ellos
no quieren que participe porque existe la posibilidad de que cada uno
elija… Ellos no quieren a Lula de vuelta porque el pobre en su
cabeza no puede tener derecho. El pobre no puede comer carne de
primera. El pobre no puede viajar en avión. El pobre no puede ir a la
universidad. El pobre nació, según su lógica, para comer y tener
cosas de segunda categoría.
Entonces, compañeros y compañeras, el otro sueño recurrente de
ellos es la fotografía de Lula preso. Ah… Yo me imagino la excitación
de la revista Veja poniendo la portada conmigo preso. Me imagino la
excitación de O’Globo poniendo mi fotografía preso. Van a tener
orgasmos múltiples.
Ellos decretaron mi prisión. Y déjenme contarles una cosa: yo voy a
cumplir el mandato de ellos. Y voy a cumplir porque quiero hacer una
transferencia de responsabilidad. Ellos creen que todo lo que sucede
en este país, sucede por mi causa. Yo ya fui condenado a tres años
de cárcel porque un juez de Manaos entendió que yo no preciso
armas, tengo una lengua hiriente, entonces precisan hacerme callar,
porque si no me callan, continuaré diciendo cosas como «está
llegando la hora de que la pantera beba el agua», y si los campesinos
mataran a un terrateniente, ellos creían que esa frase mía era la
contraseña…
¿Por qué yo quiero transferir mi responsabilidad? Ellos ya intentaron
arrestarme por obstrucción de justicia, no funcionó. Ahora quieren
arrestarme en una prisión preventiva, que es una cosa más grave,
porque no tiene habeas corpus. Vaccari ya está preso desde hace
tres años. Marcelo Odebrecht gastó 400 millones de reales y no tuvo
habeas corpus. Yo no voy a gastar un centavo. Pero voy con la
siguiente creencia: van a descubrir por primera vez lo que he dicho
todos los días. Ellos no saben que el problema de este país no se
llama Lula, el problema de este país son ustedes, la conciencia del
pueblo, el Partido de los Trabajadores, el PCdoB, el MST, el MTST,
ellos saben que hay mucha gente.
Y lo que nuestra pastora dijo, y yo he dicho en todo discurso: no sirve
de nada intentar impedirme que ande por este país, porque hay
millones y millones de Boulos, de Manuelas, de Dilma Rousseff para
andar por mí.
No sirve de nada intentar acabar con mis ideas, ellas ya están
flotando en el aire y no tienen cómo encarcelarlas.
No sirve de nada intentar frenar mis sueños, porque cuando deje de
soñar, yo soñaré a través de sus cabezas y de sus sueños.
No parece que todo vaya a parar el día que Lula tenga un infarto, es
tonto, porque mi corazón latirá en los corazones de ustedes, y son
millones de corazones brasileños.
No basta que piensen que van a hacer que me detenga, yo no pararé
porque yo no soy un ser humano, soy una idea, una idea mezclada
con la idea de ustedes, y estoy seguro de que compañeros como los
Sin Tierra, el MTST, los compañeros de la CUT y del movimiento
sindical saben, y esta es una prueba, que yo voy a cumplir el
mandado. Y ustedes van a tener que transformarse, cada uno de
ustedes, ustedes no van a llamarse Chiquinho, Zijito, Joaocito,
Albertinho… Todos ustedes, de aquí en adelante, se convertirán en
Lula y van a andar por este país haciendo lo que ustedes tienen que
hacer, ¡y es todo el día! ¡Todos los días!
Ellos tienen que saber que la muerte de un combatiente no para la
revolución.

Ellos tienen que saber. Ellos tienen que saber que vamos a hacer
definitivamente una regulación de los medios de comunicación para
que el pueblo no sea víctima de las mentiras todo santo día.
Ellos tienen que saber que ustedes, quién sabe, son incluso más
inteligentes que yo, y quemarán neumáticos que tanto queman, harán
marchas, ocupaciones en el campo y en la ciudad. Parecía difícil la
ocupación de San Bernardo, y mañana ustedes van a recibir la
noticia que ustedes ganaron el terreno que ustedes invadieron.
Yo tuve la oportunidad ahora, cuando estuve en Uruguay, entre
Livramento y Vera, y la gente decía «Lula, usted finja que va a
comprar un whiskicito, y se va a Uruguay con Pepe Mujica y no
vuelve más, y pide asilo político». O «Lula, usted puede ir en la
Embajada de Bolivia, puede ir a la Embajada del Uruguay, o Lula va a
la Embajada de Rusia, y desde allá usted sigue hablando…»
Yo les dije: Yo no tengo más edad para eso… A mi edad voy a
enfrentarlos con el ojo por ojo, y voy a hacer frente a ellos aceptando
el cumplimiento de la orden.
Yo quiero saber cuántos días ellos piensan encarcelarme. Y cuantos
más días me dejen encerrado, más Lulas van a nacer en este país y
más gente va a querer luchar en este país, porque la democracia no
tiene límite, no hay plazos para luchar.
Por eso estoy haciendo una cosa muy consciente. Yo le dije a mis
compañeros: si dependiera de mi voluntad, no me presentaba, pero
me presentaré porque ellos pueden decir a partir de mañana que soy
un fugitivo, que Lula está escondido, ¡y no! No estoy escondido, voy
hasta allá para que sepan que no tengo miedo, que no voy a huir,
para que sepan que probaré mi inocencia. Ellos tienen que saber
eso. Y que ellos hagan lo quieran.
Voy a citar una frase que escuché a una niña de 10 años en
Catanduva en 1982, esta frase no tiene un autor. Los poderosos
pueden matar una, dos o tres rosas, pero nunca podrán detener la
primavera. ¡Y nuestra lucha es en busca de la primavera! Ellos tienen que saber que queremos más viviendas, más escuelas, menos
mortalidad, no queremos que se repita la barbaridad que aconteció
con Marielle en Río de Janeiro, no queremos repetir las barbaridades
que suceden con los niños negros de la periferia de este país. No
queremos más mortalidad por desnutrición. No queremos más que
los jóvenes no tengan esperanza de entrar en la universidad porque
este país es tan necio que fue el último país del mundo en tener
universidades. ¡El último! Todos los países más pobres tuvieron
universidades antes, pero ellos no querían que la juventud brasileña
estudiase. Y decían que costaba mucho, hay que preguntarse cuánto
costó no crear universidades 50 años atrás.
Quiero que sepan que tengo mucho orgullo, profundo orgullo, de
haber sido el único presidente de la República sin un diploma
universitario, pero fui el presidente de la República que más
universidades creó en la historia de este país para mostrar a esa
gente que no confunda inteligencia con la cantidad de años de
escolaridad. Eso no es inteligencia, es conocimiento. Inteligencia es
cuando sabes tomar decisiones, inteligencia es cuando usted no
tiene miedo de discutir con los compañeros cuáles son las
prioridades, y la prioridad es garantizar que este país vuelva a tener
una ciudadanía. ¡No venderán Petrobras! ¡Vamos a hacer una nueva
Constituyente! ¡Vamos a revocar la ley del petróleo que están
haciendo! ¡No vamos a permitir la venta del BNDES, de la Caja
Económica, no vamos a permitir que se destruya el Banco de Brasil!
Y vamos a fortalecer la agricultura familiar, que es la responsable del
70% de los alimentos que comemos en este país.
Y con esta creencia, compañeros, con la cabeza erguida, del mismo
modo que estoy aquí hablando con ustedes, llegaré allá y voy a decir
al delegado: estoy a su disposición. Y la historia, dentro de pocos
días, probará que quien ha cometido un crimen fue el delegado que
me acusó, fue el juez que me juzgó y fue el Ministerio Público que fue
liviano conmigo.
Por eso, compañeros, no hay lugar en mi corazón para todo el
mundo, pero quiero que ustedes sepan que si hay una cosa que
aprendí a disfrutar en este mundo es mi relación con el pueblo.

Cuando sostengo la mano de alguno de ustedes, cuando los
abrazo… porque ahora beso a hombres y mujeres igualito… Cuando
beso a alguno de ustedes, no lo hago con segundas intenciones, los
beso porque cuando era presidente, decía: volveré al lugar de donde
he venido. Yo sé quiénes son mis amigos eternos y quiénes son
amigos eventuales. Los que llevan corbatas, que iban detrás mío,
ahora desaparecieron. Y quienes están conmigo son mis compañeros
que eran amigos de antes de que fuera presidente de la República.
Son aquellos que comían rabo de buey conmigo en Zelão, que
comían polenta con pollo en Demarchi, que tomaban caldo de
mocotó en Zelão. Esos siguen siendo mis amigos. Son aquellos que
tienen el coraje de invadir terrenos para construir viviendas, son los
que tienen el coraje de organizar una huelga contra la reforma de las
pensiones, son aquellos que ocupan el campo para crear haciendas
productivas. Aquellos que de verdad precisan del Estado.
Compañeros, voy a decirles algo. Ustedes van a percibir que voy a
salir de esta situación mucho mayor, más fuerte, más verdadero, e
inocente, porque quiero probar que ellos son los que cometieron un
crimen, el crimen político de perseguir a un hombre que tiene 50 años
de historia política, por mi historia estoy muy agradecido. No tengo
cómo pagar la gratitud, el cariño y el respeto que ustedes me
dedicaron durante todos esos años. Quiero decirles a ustedes,
Guilherme [Boulos] y Manuela [D’Ávila], a los dos, que para mí es
motivo de orgullo pertenecer a una generación, que ya está en el final
de una era, viendo nacer a dos jóvenes en este país disputando el
derecho de ser presidente de la República.
Por eso compañeros, un gran abrazo, y sepan que este cuello aquí
no se baja, porque voy a salir con la cabeza erguida y con el pecho
en alto porque voy a probar mi inocencia. Un abrazo, compañeros,
gracias, muchas gracias, a todos ustedes por todo lo que me
ayudaron. ¡Un beso con cariño, muchas gracias!

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