CERTIFICAR LEÑA no es la solución y nunca lo será. Pero el negocio es tan grande, que la industria forestal esta haciendo lobby para entrar en la región de Aysén a reforestar un millón de hectáreas con Pino y Eucaliptus.
Por Andrés Gillmore
31 de mayo de 2018
En la última década la preocupación por la contaminación ambiental ha crecido de manera importante en el centro sur austral de nuestro querido Chile y muchas de sus ciudades han tenido que empezar a convivir con niveles de contaminación impensados hasta hace pocos años atrás, ante un cambio climático que ha producido sequía en invierno como nunca antes, con grandes periodos de presión alta, produciendo el efecto invernadero por semanas, que no deja que el humo producido por la quema de leña salga a la atmósfera y quede flotando a pocos metros del suelo. Ciudades como Coyhaique, Valdivia, Osorno, Temuco y Rancagua que históricamente funcionaron a leña, en la actualidad tienen índices altísimos de contaminación por ese efecto invernadero y todas estas ciudades tienen como denominador común el uso de LEÑA como fuente de energía de uso domiciliario, que más que un problema de contaminación se ha transformado con el pasar de los años en un problema de salud pública.
En pleno siglo XXI las soluciones que se han estado implementado para resolver el problema, inexplicablemente van por más de lo mismo: CERTIFICAR LEÑA; olvidando que el costo ambiental de seguir usando LEÑA no es una solución sustentable dada la realidad actual. En primera instancia por la deforestación de las montañas aledañas de las ciudades mencionadas, que en si mismo termina produciendo un impacto ambiental negativo de grandes proporciones, sumándose al costo social que significa que el precio del metro de LEÑA CERTIFICADA suba a niveles prohibitivos para la familia media y que muchas veces lo que se vende no es tan certificada y se confunde con LEÑA OREADA, que los obliga a comprar leña verde y clandestina para mejorar el rendimiento y al final se termina contaminando más y lo que se supone es una solución, termina ahondando la problemática. CERTIFICAR LEÑA no es la solución y nunca lo será, por todo lo negativo que eso implica; el negocio es tan grande, que la industria forestal esta haciendo lobby en estos momentos para entrar en la región de Aysén a reforestar un millón de hectáreas con Pino y Eucaliptus, lo que seria una aberración ambiental de grandes proporciones que no se puede permitir.
Las empresas representantes de la producción de carbón, gas, diésel, hidroeléctricas y las forestales están en contra de las Energías Renovables no Convencionales (ERNC: solar, eólica, geotérmica y mareomotriz) utilizando el discurso del alto costo y la dependencia ante las condiciones climática, temas que con el paso de los años y el desarrollo de la tecnología de baterías con más capacidad de almacenamiento han ido resolviendo y los costos han bajado sustancialmente. Los países desarrollados en la actualidad invierten grandes sumas de dinero al año para resolver el tema del almacenamiento de energía y la solución esta en nuestro mismo Chile, ya que toda solución se basa en el uso del litio; mineral abundante en el norte grande, que permitiría desarrollar soluciones para mejorar la capacidad de almacenamiento aquí mismo en Chile.
La investigación de las tecnologías ERNC como estrategia de desarrollo sustentable es un camino donde Chile tiene todas las ventajas comparativas y en la actualidad es fundamental para la proyección del Chile del Futuro. Una manera de hacerlo, es realizando proyectos de desarrollo que permitan resolver el problema energético de uso domiciliario y la tremenda contaminación que viven en la actualidad las ciudades del centro-sur-austral. Pero se necesita audacia y visión de Estado para realizarlo.
La curva de aprendizaje para desarrollar estas tecnologías, requiere de tiempo, financiación y esfuerzos considerables en investigación y mucha dedicación. Por estas razones mientras antes se comience a desarrollar esta tecnología de acuerdo con las necesidades que tenemos como país, antes podremos resolver el problema de la contaminación y para ello se necesita arrojo para ir en busca de las soluciones y no seguir utilizando paliativos como es CERTIFICAR LEÑA, que no resuelven nada, implementando proyectos de uso domiciliario en ERNC en estas ciudades y dejar de usar herramientas del pasado en el mundo del futuro como ocurre en la actualidad.
Chile, tiene uno de los potenciales más ricos en ERNC del planeta, que se lo querrían países desarrollados, que dependen del gas natural a gran distancia de sus países y de plantas nucleares, con todo el riesgo que ello implica, como ocurre en Francia, Alemania, Italia y Inglaterra.
Si ponemos en carpeta que en el norte grande contamos con territorios inhabitados con el mejor sol del planeta a 3.600 metros sobre el nivel del mar para desarrollar grandes centrales solares; que en el resto del país tenemos vientos para desarrollar energía eólica, un vasto mar para implementar energía mareomotriz, que tenemos a lo largo de todo Chile, una amplia red de volcanes en actividad para producir energía Geotérmica, que además en la cota de los 1.200 metros sobre el nivel del mar, contamos con cauces de aguas que permitirían construir centrales de paso que podrían generar energía por gravedad, es indudable que la oportunidad de transformarse en un país emprendedor en lo que a ERNC se refiere esta a la vuelta de la esquina y lo único que falta es tomar la determinación y la problemática se transforma inmediatamente en una magnífica oportunidad de transformarnos en un país líder en desarrollo sustentable y marcar nuestra denominación de origen con un sello verde de calidad..