En 1997 el rey noruego pidió perdón oficialmente por el tratamiento del pueblo sami en el país, y dijo que el estado noruego se basa en un territorio y dos pueblos- el noruego y el sami. Esta diferencia puede ser porque Noruega también sabe qué significa sufrir la opresión- a causa de la ocupación nazi-, mientras que Suecia se benefició de la influencia nazi.
Por: Ebba Ohman. 02 de mayo de 2018
ISBCN
Foto: ripan.se
Un concepto sobre el que los suecos están muy orgullosos, es la solidaridad. Todos ayudan a todos (en términos económicos. Entre personas, preferimos hacernos los suecos) y todos son aceptados por todos. Esta solidaridad tiene su base en la “folkhemmet” (casa del Pueblo), el modelo de estado que cambió el país con reformas sociales y económicas, a un estado de bienestar con un pueblo sueco unido.
El problema con este modelo tan exitoso, es algo que no queremos reconocer en Suecia, de lo que no se habla. Su idea se basa en un pueblo física y psicológicamente sano, blanco y sueco. Estos factores implican que hay grupos de personas que no tienen espacio en esta sociedad ideal, (aquí pisamos atrevidamente cerca de la oculta historia nazi de Suecia.)
El problema que surge en este contexto para los Sami, es que no quieren llamarse suecos. Ellos reclaman su país ancestral, Sápmi, que se estrecha desde el norte de Noruega hasta la península de Kola en Rusia. En los países donde hay un pueblo originario, casi siempre existe un conflicto entre dicho pueblo y el estado. A menudo se trata de derechos a su país, y sus actividades ancestrales. En Suecia hay varios ejemplos de este conflicto.
El 11 de abril de 2018, un goahti- una cabaña sami tradicional- de 120 años fue quemado por la junta administrativa del condado, con el apoyo de cuatro policías. Después de la restauración del goahti, la junta había recibido un comunicado anónimo de que una nueva cabaña había sido construida sin permiso. Después de seis años de lucha para salvarla, Anita Gimwall- la dueña del goahti- fue expulsada por la policía del lugar que su familia había utilizado por generaciones como cabaña de caza y pesca. Allí vió su cabaña ancestral arder, junto con unos 20 manifestantes.
Después del evento, la ministra de la democracia y cultura, Alice Bah Kuhnke lo denunció, afirmando que las imágenes del goahti ardiendo no era un evento en el vacío, sino que conlleva un simbolismo que puede colocarse en un contexto histórico.Una historia más grande sobre la lucha por la vida.
La ministra presenta un punto con su declaración. Los sami nunca fueron aceptados en la “folkhemmet”. El movimiento sueco llegó a desilusionar sus ideales con respecto a los sami, simplemente porque no son suecos étnicos. Los sami eran considerados extranjeros raciales de acuerdo con la percepción humana racista prevaleciente.
Además, el estado tenía un instituto de biología racial, dónde, entre 1910-1930, el científico Herman Lundborg midió los cráneos de los sami, para luego llegar a la conclusión de que eran “calaveras cortas”, y por eso, menos desarrollados que las personas de etnia sueca. La intención con estos estudios fue señalar las consecuencias que tenía mezclar razas. Excusado es decir que el instituto fue una gran inspiración para el movimiento nazi en Alemania.
A su vez, la iglesia sueca ha admitido haber utilizado escuelas segregadas para los niños sami durante cincuenta años, hasta la década de los 60. La arzobispo actual, Antje Jackelén, dijo que: “Era una forma de escuela cuya ideología se basaba en ideas racistas de razas superiores e inferiores, y eso le quitaba a muchos sami su idioma, cultura y dignidad humana”. Además, los planes de estudio de las escuelas para niños de pastores de renos sami eran más simples, ya que no se esperaba que alcanzaran el mismo nivel que los niños de etnia sueca.
Pero la marginación de los sami no solamente es un hecho histórico. Como en el resto de Europa, actualmente soplan vientos fascistas en Suecia. El partido político de ultraderecha, las demócratas suecas, quiere quitar a los samis el monopolio del pastoreo de renos. Su excusa es que es discriminatorio reservar un sector económico para un grupo étnico específico. Lo que el partido olvida, es que el pastoreo de renos es una actividad ancestral y la base de la cultura sami.
Helena Omma, miembro del Consejo sami y vicepresidenta de la organización “Pastores de renos del mundo” argumenta que todo el pueblo sami, independientemente de si eres un pastor de renos o no, depende del pastoreo de renos. Sin él, la cultura desaparecerá por completo.
Suecia puede aprender de Noruega, quienes han ratificado el ILO 169 (de hecho fueron el primer país de hacerlo junto con México). Además, en 1997 el rey noruego pidió perdón oficialmente por el tratamiento del pueblo sami en el país, y dijo que el estado noruego se basa en un territorio y dos pueblos- el noruego y el sami. Esta diferencia puede ser porque Noruega también sabe qué significa sufrir la opresión- a causa de la ocupación nazi-, mientras que Suecia se benefició de la influencia nazi.
Cualquiera que sea el motivo, actualmente hay poderes políticos que quieren trabajar para mejorar la situación para el único pueblo originario que hay en Suecia. “Debemos ser muchos los que actuemos para fortalecer los derechos y la autodeterminación de los pueblos indígenas sami. También tengo la intención de seguir presionando para obtener una mayoría en el Parlamento sueco para ratificar ILO 169”, dijo la ministra Bah Kuhnke.
Referencias
http://wwwc.aftonbladet.se/nyheter/9806/08/telegram/inrikes45.html#rubriker
https://www.thelocal.se/20160205/swedish-church-admits-to-racist-sami-schools
https://www.thelocal.se/20160306/sweden-needs-to-face-up-to-colonial-past
https://sverigesradio.se/sida/artikel.aspx?programid=2327&artikel=6930195
https://sverigesradio.se/sida/artikel.aspx?programid=1646&artikel=5775363
https://sverigesradio.se/sida/artikel.aspx?programid=83&artikel=5774474
https://sverigesradio.se/sida/artikel.aspx?programid=2327&artikel=6938907