Más de 200 gerentes y directores de medianas y grandes empresas en Chile participaron del estudio exploratorio «Panorámica de la Sostenibilidad en Chile: Desafíos Estratégicos para la Alta Dirección». En este trabajo, los ejecutivos fueron invitados a analizar el grado en que sus respectivas organizaciones se están adaptando a las nuevas demandas del mundo por la sostenibilidad en el largo plazo.
Santiago, 27 de agosto de 2018. (uchile.cl)– Uno de los desafíos para el avance empresarial en contextos cambiantes como los contemporáneos es la inclusión de la sostenibilidad en los estándares de producción. No obstante, el estudio «Panorámica de la Sostenibilidad en Chile: Desafíos Estratégicos para la Alta Dirección», del Observatorio de Sustentabilidad de la Facultad de Economía y Negocios (FEN), indica que todavía cerca de un tercio de las empresas no han considerado necesario ajustar sus modelos de gestión: es decir, todavía consideran que se puede responder a un nuevo contexto de demandas de clientes empoderados, una fuerza laboral multi-generacional y un mercado que compite a nivel global y velocidad digital, repitiendo aquellas prácticas que resultaron exitosas en la década de los noventa y finales del siglo XX.
A juicio de los investigadores y académicos de la FEN, Reinalina Chavarri, Jorge Betzhold y Armando Carvajal, éste es un escenario de peligro para la sostenibilidad de la organización y un riesgo país, pues las empresas punta de lanza de nuestra economía abierta al mundo no resguardan criterios de inversión responsable y competitividad futura, en mercados internacionales más demandantes y consumidores más exigentes.
Al respecto, Chavarri, también directora del Observatorio de Sostenibilidad, señaló que “una economía abierta y pequeña como la chilena compite con economías cuyo tejido empresarial-gubernamental preocupados por su país invierten en I+D; abogan por una gobernanza vigorosa; cooperan con el sector público, invierten en medidas anti corrupción, protegen el medioambiente e impactan positivamente en la sociedad donde operan, es decir, construyen trust».
Otros hallazgos que destacan son la segmentación que ocurre entre gerentes, donde las opiniones sobre el nivel de avance alcanzado por directores y gerentes generales es significativamente superior al que reportan los gerentes de áreas del negocio de una misma empresa.
Al respecto, Jorge Betzhold indicó que “esto da luces de una discrepancia entre lo que cree la Alta Dirección que están implementado sus empresas, y lo que los gerentes responsables saben que ocurre en la realidad. Esta tensión se ha visto en estudios internacionales ocurre por dos factores: Un primer factor es la presión por lograr objetivos anuales que poseen los Gerentes implica aplazar cambios estratégicos que permita a sus empresas ser sostenibles en el largo plazo. Un segundo factor es, si la Alta Dirección no entiende los desafíos de sostenibilidad como un desafío sistémico e integral tiende a delegarlo en funciones específicas que no logran una articulación transversal”.
Un ejemplo de esta discrepancia al interior del equipo estratégico de la empresa se da respecto en el tema de las Relaciones Laborales, donde el 75% de los Directores y Gerentes Generales respondieron que sus actuales formas de gestionar las relaciones laborales consideran un modelo de sostenibilidad a largo plazo del negocio. Sin embargo, los líderes de Recursos Humanos expresaron que esto es así en un 49% de los casos y en un 36% indican que no refleja lo que ocurre, pero se está trabajando para lograrlo.
En un nuevo mundo complejo, las formas de gestionar empresas que permitieron alcanzar el éxito en el pasado dejan de ser adecuadas. Esto a nivel de discurso ejecutivo parece estar instalado. Sin embargo, este estudio revela que existe una importante brecha entre las declaraciones y la acción: no basta identificar compromisos y realizar declaraciones, hay un cambio en el papel de la empresa en la sociedad actual y muy relevante para no restar competitividad al país. La sostenibilidad de las empresas es aspecto en ciernes y requiere urgente alinear estrategias empresariales a los objetivos de sostenibilidad planteados por la Agenda 2030 para Chile, de lo contrario varias pueden pasar hacia mejor vida como es el caso de CIAL, IANSA, entre otras de menor tamaño.