La industria salmonera chilena muestra otra cara de su desprolijidad e irresponsable actuación al no tener un puerto donde hacer atracar la embarcación que mantiene en su interior una carga tóxica de lo que fueron peces muertos de la compañía Camanchaca. Además, la nave que lo remolcaba tuvo fallas técnicas, y todo el operativo quedo detenido frente a Ancud.
Santiago, 11 de agosto de 2018. (Ecoceanos News) — Luego que este viernes la Corte de Apelaciones de Concepción determinara que el barco Seikongen, que estuvo hundido en Chiloe por 10 meses con miles de peces podridos en su interior, cuya parte de su carga aún mantiene en su interior, no podrá recalar en Talcahuano, comienza a develarse una nueva irresponsabilidad de la industria salmonera, de las autoridades marinas y de las oficinas estatales que tienen jurisdiscción en este sector, el Servicio Nacional de Pesca y las autoridades ambientales.
El Seikongen fue reflotado durante julio frente a las costas de Chonchi donde en octubre de 2017 se hundió con 200 toneladas de salmones vivos y más de 70 mil litros de petroleo. La embarcación prestaba servicios a la compañía Camanchaca que llevaba esos salmones a una factoría en Puerto Montt.
Solo a fines de julio fue reflotado y el martes 7 de agosto por la noche comenzó su travesia hacia el que sería su destino final, Talcahuano. Pero ya esa misma noche su trayecto, seguido de por los radares de los pescadores artesanales, mostró un confuso avance luego de realizar varios giros y una marcha lenta.
El jueves por la noche, frente a Ancud, al norte de Chiloé, el barco con salmones muertos detuvo su marcha, luego que la embarcación, Antuco, que lo remolcaba sufrió fallas técnicas. Entonces se encendieron las alarmas nuevamente en Chiloé por el temor que nuevamente la nave salmonera se hundiera y generara contaminación por su tóxica carga que poseé.
La Armada informó que hoy sábado debería llegar un segundo remolcador, el Tal-Tal, y que si las condiciones meteorológicas lo permiten, se podría realizar una inspección a la embarcación salmonera.
En Talcahuano y la Región del Bio-Bio varias localidades costeras además de rechazar la llegada del «buque salmonero de la muerte», comenzar una campaña para que en esa zona no se instalen centros de crianza de salmón.
En San Pedro de la Paz, Hualpén, Coliumu y Tomé, son algunas de las comunas que ya advirtieron su rechazo a la instalación de las salmoneras.
