Es bueno repetir que es imperativo una regulación exhaustiva a las salmoneras, pasando por una moratoria inmediata a las concesiones, hasta no conocer el estado del fondo marino y de la columna de agua. Si Chiloé va a ser el cuarto destino turístico internacional de Chile, no solo “tenemos que parecerlo”, sino que tenemos que SERLO ¡
Por Juan Carlos Viveros
09 de septiembre de 2018
Esta semana recibimos una gran noticia para quienes defendemos identidad, medioambiente y cultura chilota única en el mundo. El turismo, como actividad económica, por primera vez en la historia de Chile, supera en el PIB a las contaminantes salmoneras. “La industria sin chimeneas” deja de ser promesa y se convierte en realidad. En los últimos 6 años ha sido el sector que más ha crecido en la economía nacional, alcanzando los 4.200 millones de dólares en exportaciones en el PIB, ocupando el cuarto lugar país, desplazando a nuestros malagradecidos “amigos” salmoneros.
Creo que, a nivel país, dentro de las causas principales del logro, están el permanente trabajo de articulación público/privada, la promoción nacional e internacional, el reconocimiento de los propios chilenos a la riqueza y diversidad cultural y por supuesto la inmensa valoración a la sustentabilidad. A nivel provincial, entonces, tenemos la paradoja de contar con 2 sectores, turismo y salmoneras, que generan actividad económica, pero en escenarios totalmente diferentes. Hay que señalar tajantemente que “la cancha no ha sido pareja”. ¡Mientras las salmoneras reciben todo tipo de apoyo gubernamental y financiero, con subsidios y salvatajes gigantescos, a pesar de su historial de desastres ambientales; los micro y pequeños emprendedores del turismo NO!
¿Qué podemos hacer ante esta inmensa desigualdad y oportunidad? Necesitamos que el sector público empuje de verdad al turismo, que “al menos “iguale la cancha”, con políticas concretas, sostenibles, con instrumentos de apoyo permanente, tal como hacen con las salmoneras. Ejemplo: incentivos/subsidios directos a inversiones y una reforma de raíz al Sernatur, que ya no cumple el rol que antaño tuvo.
Es bueno repetir que es imperativo una regulación exhaustiva a las salmoneras, pasando por una moratoria inmediata a las concesiones, hasta no conocer el estado del fondo marino y de la columna de agua. Si Chiloé va a ser el cuarto destino turístico internacional de Chile, no solo “tenemos que parecerlo”, sino que tenemos que SERLO ¡