“Le llamaron seminario, pero es una pantalla, porque no tuvo más de 25 asistentes. Más encima el subsecretario estaba en corral ajeno, porque a un lado tenía a los dueños de Camanchaca y Blumar y al otro a los presidentes de Sonapesca y Asipes, y sus respectivos abogados asesores en la confección de la Ley Longueira: el estudio Quiroz y Asociados y Claro y Compañía”
Por: Federación de Pescadores Artesanales del Bio Bio (Fedepes Bio Bio)
No cayó bien en el sector artesanal que los dueños de compañías de la industria pesquera se reunieran el viernes en un seminario a puertas cerradas en el Hotel Kennedy de Santiago junto al subsecretario de Pesca, Eduardo Riquelme, para quejarse de la reforma de la Ley Longueira (http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=514640).
“¿Por qué los industriales se siguen juntando entre cuatro paredes con el subsecretario de Pesca? ¿Por qué no le piden una reunión por Ley de Lobby? ¿Por qué tienen que arrinconar a la autoridad en un hotel del barrio alto? ¿Cómo es que el representante del gobierno se presta para ir toda una mañana, almuerzo incluido, a que los abogados de la industria le digan lo que tiene y lo que no tiene que hacer? ¿Acaso tenemos oportunidad de hacer lo mismo nosotros?”, dijo Rosendo Arroyo, presidente de la Federación de Pescadores Artesanales del Bio Bio (Fedepes Bio Bio).
El dirigente coronelino dijo que es un escándalo que mientras el Ministerio Público lleva tres años investigando a los gremios de la industria pesquera, como también a sus empresas socias por pagos irregulares a parlamentarios, éstos tengan el descaro de armar este tipo de “encerronas”.
“Le llamaron seminario, pero es una pantalla, porque no tuvo más de 25 asistentes. Más encima el subsecretario estaba en corral ajeno, porque a un lado tenía a los dueños de Camanchaca y Blumar y al otro a los presidentes de Sonapesca y Asipes, y sus respectivos abogados asesores en la confección de la Ley Longueira: el estudio Quiroz y Asociados y Claro y Compañía”, recalcó Arroyo.
El presidente de Fedepes Bio Bio recordó que precisamente así fue como se hizo la ley de 2013, que terminó regalándole la pesca a los industriales por 25 años: “Pablo Longueira inventó una Mesa de Pesca en 2012, nos vendió la pomada de que los industriales nos entregarían recurso pesquero avaluado en 35 millones de dólares. ¿Y qué tenemos ahora? Que en la Octava Región los artesanales ya no podemos pescar 630 mil toneladas de sardina y anchoa como hasta 2012, sino que un tope de 250 mil. Así que ya se pueden imaginar lo que va a salir de estos seminarios como le llaman ahora”.
