Ballenas azules. Conocidas por la mayoría de las personas como los animales más grandes que han vivido en el planeta. Sin embargo, se calcula que sólo un uno por ciento de la población humana tiene la oportunidad de ver una ballena azul a lo largo de su vida. Por eso nos sentimos muy afortunados de tener la oportunidad de trabajar cada verano con estos majestuosos mamíferos marinos en la costa noroeste de la Isla Grande de Chiloé.
Visitamos el área por primera vez en 2003 buscando ballenas francas australes. Para nuestra sorpresa, en el último día de nuestra expedición, vimos muchos soplos de ballenas desde un acantilado. Decidimos regresar al año siguiente.
Dieciséis años después, la población de ballenas azules chilenas del sur de Chile es una de las más conocidas en el hemisferio sur gracias a la información científica recopilada por el proyecto Alfaguara. Este era el nombre que los balleneros le daban a la especie en el Pacífico suroriental. Cientos de miles murieron bajo sus arpones, llevando a las ‘alfaguaras’ al borde de la extinción. Hoy, menos del tres por ciento de la población mundial de ballena azul permanece en el océano. El proyecto busca conocer su biología, ecología y amenazas actuales con el objetivo de proponer medidas de conservación que faciliten su recuperación y conservación a largo plazo.
Gracias al trabajo realizado por el equipo de investigación del proyecto Alfaguara, actualmente sabemos que las ballenas azules que llegan a la costa noroccidental de la isla de Chiloé lo hacen para alimentarse de un pequeño crustáceo similar al camarón conocido como kril. A través del análisis de muestras genéticas obtenidas mediante biopsias y ejemplares muertos, también hemos aprendido que estas ballenas son genéticamente distintas a la ballena azul antártica y ballena azul pigmea. Por eso actualmente se las conoce como ‘ballenas azules chilenas’.
A través de la foto identificación individual también hemos encontrado que aproximadamente el 30 por ciento de la población regresa cada año, lo que demuestra una alta fidelidad de estos mamíferos marinos al área.
Más de 15 años de reunir datos científicos también nos ha permitido realizar la primera estimación de abundancia para esta población. Y resulta que es muy pequeña. Sólo 500 a 700 individuos.
La muerte de al menos dos ballenas azules en menos de cuatro años como resultado de colisión con embarcaciones, revela que ésta es una grave amenaza para la recuperación de esta población. También hemos identificado lesiones en la piel y registrado sistemáticamente un número significativo de ballenas azules flacas o mal nutridas. La información recopilada ha sido fundamental para avanzar en el diseño de medidas de conservación que presentamos a nivel nacional e internacional.
Este año, 2019, será nuestra decimosexta temporada del proyecto Alfaguara. La población de ballena azul del sur de Chile es hoy más conocida que nunca, brindándoles la posibilidad de ser sujeta a propuestas científicas orientadas a garantizar su recuperación y conservación a largo plazo.
El apoyo de organizaciones como Pacific Whale Foundation y Global Greengrants Fund ha sido fundamental para permitir la continuidad del proyecto Alfaguara, convirtiéndolo en el programa científico más largo sobre las ballenas azules en el Pacífico Sudeste.
Informando desde el noroeste de la Isla Grande de Chiloé, soy Elsa Cabrera, fundadora y directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetácea.