«Un tema que es bien reiterativo es que los papás y las mamás vienen a atención con su hijo salientes del turno de noche, osea son personas que trabajaron desde las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana, llegaron a sus casas, ven un rato a sus hijos, toman desayuno y se vienen a la sesión. Entonces son personas que no han dormido y que muchas veces me ha tocado estar con ellos y verlos cabecear y con mucho cansancio, sin capacidad de retener lo que se está conversando en el espacio interventivo. Entonces es bien crudo el tema».
Por: Patricio Melillanca
Castro/Chiloé, 08 de marzo de 2019. (Ecoceanos News)– ¿Quién cuida a los niños y niñas cuando las mamás están fileteando el salmón de exportación?… La respuesta es horrorosa, es precisamente en estas horas donde se han registrado altos índices de abuso y violencia sexual a la infancia de Chiloé. Esta es una faceta desconocida del sistema de producción, procesamiento y exportación del salmón, donde más de la mitad de la mano de obra es femenina, mujeres y hombres que trabajan en turnos rotativos, día y noche, especialmente en las temporadas de cosecha.
El trabajador Social e investigador del Centro de Estudios Sociales de Chiloé (CESCH), Adolfo Mariñanco, ha trabajado en estos difíciles temas en el archipiélago y ha puesto en la mesa de discusión y de propuestas de investigación este relación entre el trabajo en este tipo de industrias y lo que sucede al interior de la familia y comuidades, especialmente con la infancia. Su investigación fue publicada con el título “El precio familiar del salmón”, que es parte del recién publicado libro «Archipiélago de Chiloé: Nuevas lecturas de un territorio en movimiento».
En este ensayo Mariñanco le pregunta a un Fiscal que ha investigado casos de abuso sexual a niños y niñas, acerca de la influencia del sistema laboral salmonero, la familia y el abuso sexual en Chiloé. La respuesta es “Creo que es uno de los fenómenos que explica la existencia de delitos sexuales, sin duda es una realidad que viven muchas familias de Chiloé, es una realidad que está y aparece de manera constante”.
Esta pionera investigación ha sido recibida con interés y preocupación por diferentes sectores, no solo los que trabajan en el área de protección de la infancia o en temas salmoneros, ya que tal como dice Mariñanco «el abuso a niños, niñas y adolescentes, es una realidad visibilizada por los que trabajamos en el área pero que aún nadie había investigado y que dará pie para otras investigaciones psicosociales a nivel provincial».
Aquí Adolfo Mariñanco Riffo profundiza en estos temas:
– ¿El abuso sexual a niños, niñas y adolescentes, hijos de madres y padres que trabajan en la industria del salmón, ha sido abordado por las empresas o sus equipos encargados de Responsabilidad social empresarial?
– En mi experiencia y de mis colegas que nos hemos vinculado con los encargados de bienestar de las empresas, puedo decir que no problematizan la situación en general. No creo que las empresas se hagan cargo o hagan algo o tengan visualizado que existe esta problemática. Yo creo que lo ven como una situación que le ocurre a algunas familias, pero no creo que lo alcancen a problematizar. En cuanto a cómo lo abordan las empresas, a gran diferencias con otras empresas de otros rubros del país…, por ejemplo en Chiloé no existe una experiencia donde existan jardines infantiles dentro de las fábricas por ejemplo, lo que también sería un acercamiento de las mujeres con sus propios hijos en los espacios laborales. Lo que si existen son enfermerías en las más grandes. Temas como la lactancia materna, como las horas de fuero, yo creo que son poco respetadas porque estas empresas se ubican en sectores rurales de Chiloé y distantes de las ciudades. Por ejemplo entre la empresa Salmones Antártica y el centro de Chonchi hay a lo menos 10 kilómetros. Y tenemos que entender que es gente obrera que no tiene para transportarse por sus propios medios. Entonces el hecho de que por ejemplo una mamá tenga 1 hora de lactancia dentro de su jornada laboral, mientras su hijo aún no cumple 2 años, es un tema que no es respetado, porque en la práctica si sale una hora no va a alcanzar a estar a tiempo con su hijo. Y tampoco creo que le otorguen un transporte especializado para eso.
– ¿Se puede afirmar que en esta situación (de abuso a hijos de trabajadoras del salmón) tiene responsabilidad la industria salmonera, sus políticas de trabajo, o simplemente es una responsabilidad del Estado que incentiva este tipo de trabajo?
– Creo que no podríamos decantar toda la responsabilidad en las empresas salmoneras, pero sí en un modelo laboral y que en labores industriales de este tipo se agudizan más y visualizan mucho más que en otras. La empresa se preocupa de dar lo mínimo que exige la legalidad que tiene que ver con el tema de las salas cuna para los niños hasta los dos años. En cuanto a esa doble función de madre o padre de familia y trabajador, no es visualizada. Yo creo que lo único que hacen las empresas son acciones como de fiestas de navidad, y cosas de ese tipo, pero enfocarse a las necesidades de un papá por ejemplo, es difícil que lo vean. En mi experiencia laboral también muchas familias estaban muy atemorizadas acerca de cuanto iban a demorar los procesos interventivos de los niños y como estos tiempos iban a chocar un poco con sus responsabilidades laborales. En mi desenvolver como trabajador social en un programa de reparación, me ha tocado muchas veces calendarizar sus horas de atención en relación a sus turnos. Y un tema que es bien reiterativo es que los papás y las mamás vienen a atención con su hijo salientes del turno de noche, osea son personas que trabajaron desde las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana, llegaron a sus casas, ven un rato a sus hijos, toman desayuno y se vienen a la sesión. Entonces son personas que no han dormido y que muchas veces me ha tocado estar con ellos y verlos cabecear y con mucho cansancio, sin capacidad de retener lo que se está conversando en el espacio interventivo. Entonces es bien crudo el tema. Ahora hay veces que nos ha tocado como institución, muchas veces, oficiar al Tribunal de Familia para que comunique al empleador la necesidad de que la persona esté presente en estas sesiones, dándole así las significancia a las medidas de protección. Hay sí empresas que ceden más que otras, pero siempre la relación empresas,familia y relación terapéutica de nuestros programas es tensa porque no se le da la importancia a este espacio.
– ¿Existen propuestas para enfrentar esta situación, que al parecer hasta ahora ha estado escondida?
– Creo que esto no es visualizado ni siquiera por los servicios específicos que trabajan en temas de infancia. Creo que el Sename (la oficina estatal sobre temas de infancia), no ve las particularidades de los territorios, por ejemplo en lo que nos compete a nosotros como Programa de Reparación al Maltrato, nos guiamos por lineamientos técnicos que son a nivel nacional, es decir el programa nuestro es igual y funciona de la misma forma que en Arica, Iquique o Valparaíso. No hay particularidades territoriales en su forma de trabajar, no hay una visualización de la temática. Ahora, a nivel estadístico, tampoco este tipo de triangulación que se hace es vista en particular por los programas que estamos en el archipiélago de Chiloé y los profesionales que trabajamos directamente con las familias. Pero, en las entrevistas si se pudo recabar datos acerca de lo que opinaban el magistrado del Juzgado de Familia como así Fiscales que son persecutores de estos delitos en el territorio, entonces es una realidad que existe pero no hay propuestas de trabajo para enfrentar esta situación. Yo creo que es una temática amplia a conversar, que debería abordarse a nivel provincial, como Región de Los Lagos, porque también en Puerto Montt deben haber situaciones similares, y no solamente en empresas ligadas al salmón sino que también el cultivo de choritos y con todos esos procesos de trabajo que están ligados al mar.
– ¿Conoces otros estudios que vinculen esas variabales (Abuso infantil, horario de las madres trabajadoras)?
– Respecto a si existen otros estudios al respecto, el único que yo manejo y que es parte de la bibliografía de mi artículo «El precio familiar del salmón», es el libro «Trabajo y familia en el neoliberalismo», que habla sobre la gente que trabaja como temporero en La Uva, gente que trabaja en el Cobre, y tiene un acápite del salmón que habla de Quellón, en específico, como territorio marcado por este rubro. Temáticas a investigar hay muchas, el tema del salmón y la familia, o el salmón y la ciudadanía, da para largo, dentro del trabajo que yo he podido realizar me he encontrado con muchas mujeres con problemas en sus manos, que han estado mucho tiempo expuestas al frio o a expuestas a una posición física determinada. La área de salud mental también se ve dañada por esta rotación de turnos, el desgastes que genera en la persona durante un mes al estar en tres turnos consecutivos es nocivo a nivel fisico y familiar. Lo que tiene que ver con las relaciones familiares, el consumo de alcohol, la violencia intrafamiliar. Entonces el trabajo media la forma de como se relacionan las familias en Chiloe, cómo se da esa dinámica de las familias, me ha tocado escuchar casos en que a la mamá le toco el turno de noche y al papá el de la mañana en las salmoneras, y hay un rango de una hora en que los niños permanecen solos en las mañanas porque estos buses de acercamiento, si uno entra a las 8 de la mañana, ese bus de acercamiento pasa cerca de su casa 1 hora y media antes incluso hasta 2 horas antes. Entonces existen brechas de tiempo en que los niños quedan con nadie y donde también para no generar faltas en el trabajo decae esta responsabilidad en personas que no son los más adecuados y se generan este tipo de vulneraciones o se generan estas guarderías informales donde vecinos se hacen cargo de los niños y una serie de situaciones que se exponen en el artículo.