Comunidades chilenas se movilizan contra el despido del director de un Museo en la Patagonia que se opuso a las salmoneras, mientras las organizaciones ciudadanas rechazan la expansión y contaminación de esta industria en el sur de Chile y Argentina.
Santiago, 28 de marzo de 2019. (Ecoceanos News).- El despido del director del emblemático Museo Martín Gusinde, en la Patagonia Chilena, por rechazar la instalación de la industria salmonera en el Canal del Beagle, le está agüando la fiesta a los reyes de Noruega que esta semana visitan Chile para celebrar 100 años de relaciones diplomáticas entre ambos países y potenciar la inversión nórdica en áreas de la acuicultura en el Cono Sur de América.
Llamó la atención que en la reunión con el mundo de la cultura de Chile no estuvieran presentes los grandes e históricos protagonistas de la música, el teatro, la literatura o las artes. Ni menos los representantes de los pueblos indígenas. También se observó que la reunión se retrasó por casi una hora por las protestas frente a la Biblioteca Nacional, lugar donde se realizó la monárquica reunión.
>El gobierno de Sebastián Piñera preparó una reunión con el Rey Harald V y el mundo de la cultura, pero ocurrieron tres hechos anecdóticos: una manifestación ciudadana contra las salmoneras en el frontis de la Biblioteca Nacional, un rechazo al despido del director del Museo Martín Gusinde, Alberto Serrano, profesional que se opone a la instalación de las salmoneras, y una pregunta acerca de qué artistas, poetas, escritores, pintores o cineastas estuvieron en la reunión con la monarquía nórdica.
En la protesta ocurrida fuera de la Biblioteca Nacional participaron los dirigentes de los trabajadores del Servicio Nacional del Patrimonio y fueron respaldados por una declaración firmada por 19 directores de los principales museos del país, la cual denunciaba el despido injustificado y sin causa del director del museo Martín Gusinde de Puerto Williams, Patagonia chilena.
La causa del abusivo despido serían las presiones ejercida por la industria del salmón sobre las autoridades locales para impedir que Serrano pudiese manifestar frente a la delegación noruega su rechazo a los impactos que esta destructiva industria transnacional genera en las áreas costeras y territorios ancestrales de los pueblos canoeros nómades Yaganes y Kawésqar.
Ecocéanos: Fuera la industria salmonera de la Patagonia Sudamericana
En la actividad ciudadana estuvo el Centro Ecocéanos, organización que denunció los “dobles estándares” sanitarios, ambientales y sociales de las transnacionales salmoneras de capital noruego Mozi -ex Marine Harvest- y Nova Austral.
Ecocéanos, comunidades costeras, pueblos indígenas y empresas de turismo, junto a organizaciones de la Patagonia argentina, rechazan la expansión territorial de estos destructivos monocultivos industriales en las prístinas aguas en Tierra del Fuego.
La visita del rey Harald V y la reina Sonja a la Patagonia chilena, más allá de los aspectos protocolares, científicos y de lobby pro-salmonero, posee un alto valor simbólico y estratégico para los intereses y la política polar de Noruega.
La mega industria salmonera se encuentra en un activo proceso de expansión territorial en la región de Magallanes, con un exponencial crecimiento productivo que proyecta alcanzar las 140.000 tons el 2024, y contribuir con la meta de lograr el 1,2 millones de toneladas de salmón en Chile para el 2032.
De manera sincronizada, el Estado noruego también busca extender y consolidar su presencia en las aguas de la Patagonia argentina. Así lo demuestra la visita realizada en marzo del 2018 por el rey Harald V, donde funcionarios argentinos firmaron un convenio de cooperación con Innovation Norway para establecer monocultivos de salmón en el canal de Beagle y el litoral de Santa Cruz, Tierra del Fuego.
La salmo-industrialización de la Patagonia sudamericana busca que las inversiones noruegas puedan acceder a nuevas áreas de pristinidad sanitaria-ambiental, que les permitan asegurar un crecimiento continuo de este billonario negocio exportador, que en el caso chileno supera los 5 billardos (5 mil millones de dólares anuales).