“Nosotros creemos que hubo un genocidio, pero no nos extinguieron. Estamos vivos, y con el paso de los años hemos acumulado pruebas que así lo acreditan”.
Punta Arenas. 11 de marzo 2019. (Ecocéanos News).- La Cámara de Diputados aprobó el 7 de marzo un proyecto de ley que reconoce el genocidio de los pueblos Selknam y Aónikenk por parte del Estado chileno. Los descendientes Selknam señalan que este es “un nuevo genocidio” de carácter legal, con la aprobación del Congreso,ya que el proyecto al considerarlos extintos, busca negarles el reconocimiento legal como Pueblos Originarios.
La presidenta de la Corporación Selknam Chile, Hemany Molina, señaló a El Desconcierto que “El proyecto de ley, que se encuentra en sus trámites finales en el Congreso, tiene como fundamento el prejuicio instalado en el Informe de Nuevo Trato del ex Presidente Ricardo Lagos, que nos declaraba extintos. Nosotros creemos que hubo un genocidio, pero no nos extinguieron. Estamos vivos, y con el paso de los años hemos acumulado pruebas que así lo acreditan”
“El Estado ha reconocido nuestra existencia, pues hemos logrado participar en las consultas indígenas de Ministerio de las Culturas, la consulta indígena del Ministerio de Salud, y del Proceso Constituyente Indígena. Incluso el Estado ha financiado estudios para determinar las líneas genealógicas ininterrumpidas desde las matanzas y persecusiones, hasta la venta o adopción ilegal de nuestros abuelos y bisabuelos. Hemos logrado seguirles el rastro, y es indesmentible que quedaron descendientes, niños perdidos, que alguna memoria transmitieron a sus hijos y nietos, y aquí estamos hoy, luchando porque se nos reconozca vivos y no muertos o extintos”, agregó Molina.
Asimilación cultural y genocidio legal para apropiarse de las tierras y el patrimonio de los pueblos originarios
La presidenta de la Corporación Selknam Chile denunció que la decisión del Estado chileno busca que existan legalmente menos pueblos indígenas, y así usurpar el territorio, los recursos naturales y el patrimonio indígena. “El interés del Estado siempre es que existan menos indígenas. Lo mismo que las empresas que quieren los recursos de nuestros territorios. Así también los académicos que usurpan nuestro patrimonio arqueológico, fotografías, diseños y ceremonias. Nosotros queremos que se nos reconozca como pueblos originarios. Tenemos derechos, y por eso pedimos al Congreso que paralice el proyecto de ley, pero también acudiremos a instancias internacionales por esta agresión que estamos sufriendo”.
El territorio de los Selkam (Onas) -pueblo nómade, cazador y recolector marino- es la isla Grande de Tierra del Fuego, Patagonia sudamericana. Por su parte, los Aonikenk (Tehuelches) habitan los espacios terrestres ubicados entre el Estrecho de Magallanes (Chile) y Santa Cruz en territorio argentino.
A partir de 1880, con la llegada de buscadores de oro como Julius Popper, el establecimiento de grandes estancias ovejeras y el arribo de la congregación de los sacerdotes salesianos, quienes comenzaron a ocupar miles de hectáreas de concesiones de tierras otorgadas por los Estados de Argentina y Chile, se dio inicio al exterminio sistemático de los pueblos originarios de la Patagonia.
Los estancieron ingleses, chilenos y escoceses contrataron a cuadrillas de “cazadores de indios”, en su mayoría británico, para asesinar o capturar a las familias indígenas.
En 1890, por un acuerdo con la orden salesiana, se dio inicio a una política de deportación y asimilación cultural utilizando para ello a las misiones, donde las enfermedades introducidas (especialmente la tuberculosis) acabaron con la mayoría de los internados e internadas.
Expansión territorial de la industria salmonera: El genocidio indígena continúa en la Patagonia
Con la firma de un decreto supremo, la presidenta Michele Bachelet creó en 2018 el denominado Parque Nacional Kawésqar de 2,8 millones de hectáreas de superficie terrestre, siendo el más extenso, biodiverso y polémico de la red nacional de diez parques de la Patagonia y de la Región de Magallanes y Antártica chilena.
Con la creación de esta mega área protegida en una de las regiones más prístinas del planeta, el denominado “Consejo de Ministros de la Sustentabilidad” (sic) le excluyó legalmente su mar adyacente. Con ello, el Estado chileno intenta eliminar la base material y espiritual de la cosmovisión, identidad cultural, saberes y prácticas ancestrales de pesca, caza y recolección de las comunidades canoeras Kawésqar, y permitir la sostenida expansión de los monocultivos industriales de salmónidos para la exportación en Magallanes.
En la actualidad existen 27 concesiones de cultivo industrial de salmónidos en las aguas que rodean al parque nacional Kawésqar, mientras otras 146 nuevas solicitudes de acuicultura intensiva se encuentran en trámite en el Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca). De ellas, 118 son de salmones, 22 de mitílidos y seis de algas.