El Centro Ecocéanos y la coalición “Salmón Químico Fuera de Nuestro Menú y del Mar”, constituida por 20 organizaciones sociales, indígenas y de trabajadores, está llamando a no consumir, ni comprar salmón proveniente de Chile.
Bruselas, 13 de Mayo del 2019 (Ecocéanos News). Ubicado en el océano Pacífico sur oriental, Chile es el segundo productor mundial de salmón del Atlántico, detrás de Noruega. Los monocultivos industriales de esta especie exótica en aguas australes, junto al salmón Coho y trucha arcoíris, representan la segunda mayor exportación del país sudamericano después del cobre, según datos de ProChile, la oficina de promoción de la exportaciones chilenas que hace unos días invitó a los empresarios salmoneros a la feria Seafood Expo Global en Bruselas.
Allí, Arturo Clément, presidente de la patronal SalmónChile informó que la industria chilena de salmón obtuvo en el 2018 “los mejores resultados productivos de la historia del salmón en Chile», precisando que los «pesos promedios son mayores que los noruegos» y las mortalidades, las «menores» jamás registradas en Chile, y «más bajas que las de Noruega».
Salmoneras billonarias
Durante el 2018, industria del salmón establecida en Chile obtuvo retornos de US$ 5,180 millones (5,1 billones de dólares). De ellos, US$ 1,800 millones provinieron de los Estados Unidos, US$ 1,076 millones de Japón, US$ 581 millones de Brasil, US$ 444 millones de Rusia y US$ 285 millones de China, según ProChile.
Para Clément, sus principales objetivo actuales son: consolidar las exportaciones a Estados Unidos, centrarse en China, Brasil y países asiáticos. Indicó además que es difícil competir en Europa -mercado que representa ventas del 5% de la industria chilena-, «cuando Noruega está al lado»
Salmones de sangre del sur de Chile
El lado B de la “exitosa” industria salmonera chilena lo constituye el abusivo uso de antibióticos y antiparasitarios, los altos niveles de eutroficación de los fondos marinos donde operan las granjas salmoneras y los masivos escapes de éstos peces carnívoros introducidos en los ecosistemas acuáticos chilenos. Sin embargo, entre las prioridades de la industria salmonera transnacional, no cuenta la escandalosa tasa de mortalidad de sus trabajadores.
El Centro Ecocéanos entregó el 1 de mayo el reporte “Salmones de sangre del sur del mundo”. Allí se documenta la muerte en faenas de 41 trabajadores entre el 2013 y 2019. Esta realidad del tercer mundo se viene incrementando entre marzo del 2016 a mayo del 2019, período en que han fallecido de manera sucesiva 32 trabajadores y trabajadoras, principalmente buzos, y obreros del transporte marítimo y terrestre, de centros de cultivo y plantas procesadoras.
Casi un 60% de éstas muertes han ocurrido en la región de Los Lagos/archipiélago de Chiloé, 20% en Magallanes y un 18% en Aysén. Las principales causas son la precarización del empleo de los trabajadores a partir del 2016, los altos niveles de subcontratación, la creciente firma de contratos temporales, los bajo salarios y las extensa horas de trabajo. Todo esto en el contexto de un acelerado proceso de expansión territorial y productivo en las regiones del pueblo mapuche en Bío Bío, Araucanía, Los Ríos, y las australes regiones patagónicas de Aysén y Magallanes.
Ecocéanos: Consumidores y el movimiento social pueden detener la destructiva expansión del salmón en Chile
El Centro Ecocéanos y la coalición “Salmón Químico Fuera de Nuestro Menú y del Nuestro”, constituida por 20 organizaciones ciudadanas, de movimientos sociales, comunidades de pueblos originarios y chefs, están llamando a la ciudadanía de Chile, Estados Unidos y Argentina a impulsar un activo boicot al consumo de salmón proveniente de granjas industriales del sur de Chile para presionar a los Estados de Chile y Noruega a que detengan la destructiva expansión de esta industria transnacional en la Patagonia y defender el medio ambiente acuático y la salud pública.