La devoción al Nazareno de Caguach es más rica que lo que aparenta en la actualidad. Comprende una serie de reuniones y celebraciones que se extienden por una buena parte del año y se intensifican en las vísperas y en la celebración de los encuentros del invierno y del verano.
Por: Asociación para la Defensa del Ambiente y la Cultura de Chiloé (ADAC).
Hace mas de 200 años (1778) que Fray Hilarión Martínez invitó a los habitantes de los Cinco Pueblos (mayoritariamente weliche) a venerar la imagen de Jesus Nazareno en la Isla de Caguach (la que ellos mismos escogieron). En unos pocos años (1782) construyeron un templo de madera de alerce y ciprés de las Guaitecas con su propio aporte y talentos de carpintería, y no dudaron de reconstruirlo dos veces (1880, 1925), cuando por descuido de los propios devotos se produjo un incendio.
Esta devoción inicial en torno a la imagen del Nazareno, y a la Fe y valores del cristianismo bajo la orientación del Obispado de San Carlos de Ancud se fue enriqueciendo con el tiempo a través de las iniciativas de los propios habitantes de los Cinco Pueblos (de las islas Alao, Apiao, Caguach, Chaulinec y Tac). Al igual que en otras comunidades insulares se formó un Cabildo presidido por un Supremo apoyado por gobernadores, alcaldes, ministros, cabos, alféreces, suprema y princesas con responsabilidades muy específicas; entre ellas la de la organización de las actividades en el templo durante las celebraciones a cargo del Patrono.
La devoción al Nazareno de Caguach es mas rica que lo que aparenta en la actualidad. En primer lugar comprende una serie de reuniones y celebraciones que se extienden por una buena parte del año y se intensifican en las vísperas y en la celebración de los encuentros del invierno (a fines de agosto, desde 1778), y del verano (a fines de enero desde 1978). Entre éstas, están las reuniones de Nombramiento o Nombración, en la cual se establece la sucesión de cargos para el nuevo año patronal, Almuerzo que el cabildo ofrece en casa del Supremo; entre las manifestaciones estrictamente religioso culturales están el Novenario al Nazareno, la Regata de la Isla Apiao a la Isla Caguach, Procesiones como los Rodeos del Cabildo, de las Banderas, y desde luego la invitación al cura párroco u obispo a la celebraciones de la Eucaristía. (Refs. Cárdenas, R y Trujillo, C.1986. Caguach, Isla de la Devoción. Editorial LAR, 125 pp; Contreras, V. 1996. Pasacalles de Chiloé.).
Por tanto, esta devoción a Jesus Nazareno de Caguach es única en la Iglesia Católica y en la cultura de Chile, y surge y se mantiene en toda su integridad, identidad y riqueza gracias a 2 componentes esenciales: los fieles de los Cinco Pueblos y especialmente de la Is. Caguach, que han aportado y aportan con su cultura , tradiciones, y esfuerzos a la mantención y desarrollo de esta tradición religiosa, y la jerarquía católica que acoge y orienta estas tradiciones en torno a la Fe y ritos cristianos.
A éstos, se suman otros componentes principales como son el templo mismo, la infraestructura y las organizaciones que sustentan esta devoción, y los fieles cristianos de otros pueblos o peregrinos, que son invitados a compartir estas celebraciones y que también contribuyen con su fe, apoyo y donaciones.
A éstos que consideramos como los componentes esenciales y principales se suman otros de carácter secundario, que comparten estas celebraciones e inversiones pero que su ausencia no las abortaría, ni sería significativa. Entre éstos, están: a). los turistas y los expertos que se interesan en esta expresión cultural y religiosa, o por simple curiosidad o esparcimiento, b). las organizaciones de promoción del bienestar, turismo y cultura, como son la Municipalidad de Quinchao, la Conadi, los servicios de gobierno provincial etc., y c), los comerciantes y otros prestadores de servicios (e.g. transporte, alimentación, etc.). Sin duda que estas comunidades insulares sufren de deficiencias socio-económicas por lo cual se podría esperar un programa de desarrollo integral, coordinado entre las muy diversas reparticiones de gobierno (y el apoyo parlamentario y judicial), que potenciara la cultura insular (trueque, minga, cooperativismo), y agregara valor a los productos tradicionales de la agricultura, ganadería, pesca, artesanía, construcción de ribera etc etc.); pero otro asunto es la Devoción a Jesus Nazareno.
En la actualidad y progresivamente en las últimas décadas, los componentes secundarios han ido ganando mayor influencia en el desarrollo de estas celebraciones, lo cual ha ido distorsionando su origen y esencia para transformarlas en un evento mas bien de atracción turística, y de interés político. En función del interés de promover el turismo se ha facilitado el acceso de un número casi ilimitado de turistas en un período de 1-2 días en una isla cuya población y facilidades no lo permiten (e.g. alojamiento, servicios sanitarios, alimentación, esparcimiento etc). En función de mejorar su imagen y justificar sus funciones, organizaciones y representantes de gobierno han prestado ayuda condicionada. En función del mero interés económico por permisos, y donaciones al templo se ha incentivado el acceso casi ilimitado a comerciantes, prestadores de servicio y turistas. En función del crecimiento económico de la acuicultura se ha autorizado concesiones alrededor de la isla, e incluso hasta el área marina inmediatamente adyacente al templo. Ante ello, en octubre-noviembre de 2018, la comunidad insular en conjunto con el párroco rechazó espontánea y unánimemente este intento de ocupación, (como lo habían hecho organizaciones ciudadanas y el Obispo de San Carlos de Ancud) y ante la presencia del mismo Obispo, del Alcalde de Quinchao y de los representantes de la empresa Trusal.
Estos intereses particulares que provocan una distorsión progresiva de la esencia de las celebraciones y de un menoscabo en las responsabilidades de los componentes esenciales, debe mitigarse y detenerse.
Tanto las comunidades de Isla Caguach y de los otros cuatro Pueblos, en conjunto con la jerarquía eclesial deben examinar el estado actual del desarrollo de esta devoción y evaluarlo en el contexto de ser un patrimonio religioso-cultural integrado, y capital espiritual para todo el pueblo de Chile. Este diálogo fraterno de las comunidades y la jerarquía católica debe tratar en consecuencia, y en detalle:
a).- problemas concretos (e.g. la restauración y mantención del templo y áreas circundantes),
b).-la forma de resolverlos,
c).- los aportes y recursos necesarios y
d).- los recursos que se dispone y su adecuada administración.
Este diálogo muy esperado por la ciudadanía y por las organizaciones que promueven la Defensa del Ambiente y la Cultura de Chiloe (e.g. ADAC -Chiloe) debiera promover y garantizar la recuperación y potenciación de las responsabilidades y funciones protagónicas de las comunidades insulares que han gestado la tradición e historia de esta Devoción a Jesus Nazareno en Isla Caguach, y que no sean utilizadas como un mero adorno y casi exótico, y dentro de su propio territorio ancestral.
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