Estas protestas pasaron de ser contra el alza del precio del pasaje en la red de transporte santiaguino, al rechazo a la presencia militar, y a la corrupta clase política que ha vendido los servicios fiscales, la infraestructura estatal, los recursos naturales y la dignidad de los pueblos de Chile.
Por: Radiodelmar.cl
19 deoctubre de 2019
Desde el medio día de este sábado la protesta social en Santiago se reactivó con caceroleos, toques de bocina e intenso flujo en redes sociales, mientras el gobierno se respaldaba en el «Estado de Emergencia», y la cuestionada fuerza militar cuyos principales generales en los últimos años están judicializados por usar de mala forma los dineros fiscales y otros milicos más viejos están encarcelados por violar los derechos humanos.
¿La decisión militar de Piñera, basada en una dictatorial Constitución de 1980, avalada por una corrupta clase política podrá disparar a las cacerolas y al sistema ciudadano de mensajes de internet que reactivan a cada momento protestas en varios lugares de la ciudad?
En Santiago, este sábado, mientras en las principales avenidas, los coroneles, los mayores, los suboficiales mandan -con dudas- a la tropa de jóvenes conscriptos reclutados en los sectores pobres; en el Palacio de Gobierno, en La Moneda, existe desgobierno.
Estas protestas pasaron de ser contra el alza del precio del pasaje en la red de transporte, al rechazo a la presencia militar y a la corrupta clase política que ha vendido los servicios fiscales, la infraestructura estatal, los recursos naturales y la dignidad de los pueblos de Chile.
El cartel de un adulto en que daba las gracias a los estudiantes secundarios por no tener miedo y protestar, ahora se hace patente. EL miedo en Chile para varias generaciones aún está latente, pues enfrentaron la más criminal y cruel dictadura cívico militar, y al pedir investigación, verdad y juicio a los culpables, obtuvieron una respuesta pusilánime y cómplice de los Presidentes: «Justicia en la medida de lo posible».
Pero las protestas de ahora son diferentes. Quizás hay una nueva generación, y para mal o o para bien, no hay partidos que la dirijan, ni grupos de la política mafiosa que puedan cooptar a los que aparecen hablando por la gente.
En definitiva, la clase militar, que vive donde viven los dueños de las empresas, han ocupado las calles de Santiago. En el Palacio de Gobierno, la familia Piñera – Echeñike – Chadwik, y sus socios que evadieron los impuestos, incluidos los gobiernos de socialistas y democristianos,están viendo que unas clases de Ética no les será suficiente.
¿Piñera terminará su gobierno?
