¿Las leyes del transporte público, del metro, de los ferrocarriles, serán igual a la corrupta Ley Longueira que privatizó las pesquerías nacionales?
En razón de esta alza, los estudiantes secundarios hace una semana comenzaron a llamar a evadir el pago del pasaje de este servicio. Una táctica usada hace varios años, pero que solo ahora toma masiva concurrencia y aceptación de la ciudadanía. La consigna es “Evadir, no pagar, otra forma de luchar”.
Por: Patricio Melillanca
Radiodemar.cl
Las principales estaciones del tren subterráneo de Santiago de Chile estuvieron toda la tarde de este viernes cerradas. Las líneas que surcan norte-sur y poniente-oriente, que cruzan por el centro comercial y político de la capital, no funcionaron. En las puertas del Metro estaba la policía militarizada. En la calle, carros policiales. Y el repudiado y mediocre Transantiago -los buses que surcan las principales avenidas-, estaban como siempre colapsados. La Alameda, la más importante avenida santiaguina estaba ocupada por las trabajadoras y trabajadores de centros comerciales, administración pública, comercio y empleados de otras faenas. En tanto, para los que no andan regularmente a píe, las avenidas hacia los barrios enriquecidos de Vitacura y Las Condes, estaban también ralentizadas.
Una de las principales razones de este colapso vial es el aumento de tarifas del sistema privado de transporte, que obliga por ley que también suba el precio del estatal metro, el tren metropolitano. En razón de esta alza, los estudiantes secundarios hace una semana comenzaron a llamar a evadir el pago del pasaje de este servicio. Una táctica usada hace varios años, pero que solo ahora toma masiva concurrencia y aceptación de la ciudadanía. La consigna es “Evadir, no pagar, otra forma de luchar”.
Según el respetado grupo de economistas de Fundación Sol, «al hacer una estimación mensual del gasto de una persona, solo en transporte de METRO para ir y volver al trabajo, podría llegar a gastar al menos un 21% ($50.180) del sueldo mínimo actual».
El Transantiasco: mala calidad, y penitenciario
La evasión no solo ha sido implementada como una forma de protesta política y de desobediencia civil, sino que también como malestar cotidiano y acumulado. En varias avenidas, el transporte de buses es a deshora, de mala calidad, inestable en cuanto a su seguridad interior e incluso de estética patibularia. Al sistema de tarjetas electrónicas para pagar la tarifa, se le agregaron torniquetes, un sistema de rejas para acceder a los buses. A esto se suma que en algunas ocasiones estos tiritones móviles son detenidos por los policías para que funcionarios estatales certifiquen que todos los ciudadanos pagaron su pasaje.
El sistema represivo va acompañado de una millonaria campaña de encarcelación a quienes evadan el pago de su pasaje, es decir la certificación de la tarjeta BIP, en los portales de cada autobus. ¿Peró que es esa tarjeta BIP?: pues es solo un plástico que hay que portar para viajar en los buses y en el metro de Santiago. Esta tarjeta la venden los funcionarios en algunas estaciones del Metro, pues en otras solo ahora hay máquinas, no personas. El valor de la BIP es de 1,500 pesos, el doble de un pasaje. Es decir, si no tienes tarjeta bib, o si vienes de New York, Bogota, o Tokio, o de Puerto Montt, Valparaíso o Rancagua y no tienes esta Tarjeta, tienes que comprarla y agregar y cargarla con dinero para poder desplazarte. Entonces un viaje de un extra-santiaguino puede costar 2,300 pesos, tres veces más que el ya encarecido recorrido que tienes que hacer. ¿Quién hizo ese contrato en los gobiernos de Lagos, Bachelet y Piñera? , ¿quién es dueño de la empresa de las tarjetas?
La evasión es una nueva forma de protesta política y rechazo a la mala calidad del servicio de transporte cotidiano. Hace 15 años, cuando también existía un pésimo servicio de transporte de las micros amarillas, manejado por pequeños ganster locales que fueron aplastados por el Presidente Ricardo Lagos y por las empresas del Transantiago, la gente que ocupaba ese servicio, pagaba su pasaje, incluso si se subían en las puertas traseras. Era un mal servicio de décadas, pero cuando uno que se subía al bus por la puerta de atrás y enviaba su dinero del pasaje, este billete o monedas, pasaba de mano en mano, y regresaba el boleto y/o el vuelto. ¿Qué ocurrió ahora para este descontento generalizado?… ¿Lagos, Piñera, Bachelet, Qué paso con esta confianza ciudadana?
¿Acaso el ex-presidente Ricardo Lagos debería responder porque también apoyó la compra de ferrocarriles a los españoles para la estratégica linea de transportes en esta larga faja de tierra chilensis? ¿Dónde están los ferrocarriles que surcarían el sur?…. ¿o son como los viejos tanques malos comprados a Potencias que vendían chatarra militar?
Y Los nuevos servicios de transporte?
A veces, cuando canta Gardel, uno viaja en Beat o Uber. La tarifa regular es dos mil pesos, 3 dólares. Hoy pedí el servicio y me cobraba 8 mil pesos, 12 dólares. El cuestionado -y para mi, también desprestigiado-, servicio de taxis cobra regularmente en ese trayecto 5 mil pesos (7 dolares). Las App, las aplicaciones, saben todo, y por eso se aprovechan también de la gente y cobran 8, en vez del regular 2. Gardel cantaba que eran unos chorros. ¿Unos domesticos, unos Choclos Delano, unos Longueira, unos Lavín?
Respecto a evasión, pago de los impuestos e inversiones transnacionales, los que han manejado el Estado chileno en las últimas décadas y ahora, tendrían que pronunciarse. ¿Las leyes del transporte público, del metro, de los ferrocarriles, son igual a la corrupta Ley Longueira que privatizó las pesquerías nacionales?
La policía …
El socialista y ex presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, que es un hombre clave en las administraciones de lo gobiernos socialistas y democristianos, ha sido uno de los que ha levantado la voz para enfrentar la protesta ciudadana. Soy “partidario de reprimir con energía” dijo a la prensa capitalina. Y ofreció como zanahoria que “hay que buscar formas de sancionar”.
Este viernes las estaciones del metro estaban cerradas. Las protestas fueron realizadas por estudiantes secundarios. Otros miles de jóvenes, como se dice, “no estaban ni ahí”, o miraban su facebook.
Pero en la calle también pasó un ciclista, gritando alegre: Y porqué no usan la bicicleta …