Solo hace unos días el exministro Eduardo Bitran dijo a El Mercurio (24.12.2019) «que en un contexto actual de estrechez fiscal, esta obra debe paralizarse y retomarse en 20 años, ya que hoy no es rentable socialmente».
Chiloé, 26 de diciembre de 2019. (radiodelmar.cl)– Termina 2019 y se cumplen 15 años de anuncios, propuestas y millonarios gastos fiscales para imponer un innecesario Megapuente entre Chiloé y el continente. Y como regalo de navidad el Estado Chileno y la multinacional coreana Hyundai Engineering & Construction, que iniciaron este proyecto junto a la investigada por corrupción OAS, anunciaron que no se continuará con la construcción de esta megainfraestructura vial por, según la compañía, mala fe con que se han llevado adelante las conversaciones, el perjuicio injusto que de ello se deriva y la completa inseguridad jurídica que se instala por parte del Ministerio de Obras Públicas chileno (MOP), oficina estatal que respondió afirmando que Hyundai pide 300 millones de dólares más para continuar la construcción.
El puente tiene su historia. El gobierno de Ricardo Lagos lo impulsó, pese a las críticas de las comunidades locales. Estas cuestionaban su necesidad, pues se podía establecer en Chiloé, a un costo muchas veces menor, un sistema de transbordadores de primer nivel.
Técnicamente, la evaluación social daba una rentabilidad inferior al umbral de aceptación, y solo con “ajustes” fue posible aprobarlo. Posteriormente, la primera administración Bachelet canceló el proyecto; después, una versión menos ambiciosa fue licitada durante el primer gobierno del Presidente Piñera, pese a que todavía las cifras de rentabilidad social no cuadraban sin los consabidos ajustes.
Al momento de licitarse, se anunció que entraría en operaciones en 2019. Y la consulta indígena aprobada realizada en el último minuto por el gobierno de Bachelet fue un fraude que solo contó con participación de dos comunidades de las cerca de 100 que existen en el archipiélago y en la provincia de Llanquihue continental.
En el caso de la rentabilidad social, ya en 2006, Eduardo Bitran, que era titular del MOP «desechó la concesión del Puente Chacao por recibir una oferta superior al valor presupuestado, recordó que su estimación era que el proyecto tiene un costo cercano a US$1.000 millones».
Solo hace unos días el exministro planteó a El Mercurio (24.12.2019) «que en un contexto actual de estrechez fiscal, esta obra debe paralizarse y retomarse en 20 años, ya que hoy no es rentable socialmente»
Y hoy sábado (28.12.2018), El Mercurio, que mayoritariamente ha apoyado la construcción de megainfraestructura por parte de privados se pregunta «si vale la pena continuar, en estas condiciones, con el proyecto. Como se señaló, este no era socialmente rentable sin “ajustes” a la demanda esperada; ahora, que sería sustancialmente más costoso, la ecuación inicial se vuelve aún más negativa».
El tema es si este otro puente, luego del fallido puente Cau-Cau en Valdivia, también será pagado por la ciudadanía. Esto es, sin aún tomar en cuenta si los estudios sísmicos contemplaron la posibilidad de un gran terremoto, tal como el más grande registrado a nivel global en el sur de Chile en 1960.
