En promedio consumen 4,2 fármacos diarios, llegando en algunos casos a 10 medicamentos, con serios riesgos para la salud. Tanto es así, que cerca del 25% de las hospitalizaciones de adultos mayores ocurre por reacciones adversas a medicamentos.
Santiago, 30 de diciembre de 2019.- Los adultos mayores en Chile consumen en promedio 4,2 fármacos diarios, de acuerdo a los datos del Programa Nacional del Adulto Mayor, lo que representa un problema para la población de la tercera edad. Esto porque la polifarmacia, como se conoce al uso de medicamentos simultáneos, es un factor de riesgo de fragilidad en los adultos mayores.
“Este grupo de pacientes, debido a enfermedades crónicas, toman 5, 7, 10 medicamentos para distintas cosas, cuando lo recomendable es un enfoque integral, por un geriatra, especialista que tiene una visión integral y justamente busca evitar la sobre medicación en los adultos mayores”, explica el director médico corporativo de RedInterclinica, Dr. Mauricio Gaete.
Más preocupante aún es el hecho de que un 46,6% de adultos mayores con polifarmacia se automedica, considerando que entre el 15 a 25% de los adultos mayores hospitalizados presentan reacciones adversas a medicamentos (RAM) por algún fármaco, lo que es de 2 a 3 veces más que los menores de 30 años, y que los fármacos son responsables del 50% de las complicaciones de la hospitalización.
“Un correcto enfoque preventivo en la salud de los adultos mayores puede evitar la dependencia durante la última década de la vida: debemos velar porque las personas vivan sus últimos años con la mejor salud posible”, precisa el Dr. Pablo Canales, médico general de Nueva Clínica Cordillera, en Santiago.
Importancia de la salud preventiva
Para 2035, habrá más adultos mayores que niños en Chile, con una esperanza de vida promedio de 83,7 años entre hombres y mujeres. Una de las problemáticas sociales prioritarias que esta realidad plantea en países con un envejecimiento poblacional acelerado, como es el caso de Chile, es la dependencia de los adultos mayores. De acuerdo con el Estudio Nacional de la Dependencia en Adultos Mayores del Senama, el 24% de la población mayor de 60 años presenta algún grado de dependencia, con más de 50% de los dependientes clasificados como severos.
De acuerdo al Dr. Gaete, los estudios demuestran que una correcta prevención de la dependencia comienza por la identificación oportuna y el tratamiento individualizado de condiciones como artrosis, cáncer, diabetes, deterioro cognitivo, demencia, depresión, enfermedad cardiovascular, enfermedad renal crónica, EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), osteoporosis, malnutrición, etc.
“El abordaje de estas condiciones deberá estar orientado a su búsqueda y control periódico, partiendo por que el paciente conozca sobre sus enfermedades, darle la oportunidad para tomar decisiones y así optimizar los tratamientos. En los adultos mayores es muy importante prevenir para así poder evitar hospitalizaciones y complicaciones, y, sobre todo, tener como prioridad mantener la funcionalidad; desde la perspectiva de la medicina centrada en el paciente, que es la mejor estrategia para conseguir objetivos terapéuticos”, explica Gaete.
El Dr. Canales complementa que “para las personas mayores es crucial comprender cómo la comorbilidad crónica, es decir enfermedades cardiovasculares, neurológicas, de salud mental, ostearticulares, de visión o audición, son la causa más importante de la dependencia, y no la edad por sí sola. De esta manera, la evaluación multidisciplinaria por geriatra, médico internista, cardiólogo, neurólogo, psicólogo, kinesiólogo, etc, más los exámenes correctos, son aquellos que han demostrado con evidencia científica su aporte a mejorar la calidad de vida de las personas”.