22 - febrero - 2025

Fallece sueca Maj Sjöwall, precursora de la novela negra nórdica.

El destacado escritor chileno Jorge Calvo relata sobre el aporte de Maj Sjöwall a la literatura. La escritora sueca Maj Sjöwall,  pionera de la literatura negra nórdica, ha fallecido a los 84 años tras una larga enfermedad. Sjöwall (Estocolmo, 1935) y su marido, el desaparecido Per Wahlöö, escribieron en las décadas de 1960 y 1970 una serie de diez libros de novela negra protagonizados por el detective Martin Beck. La serie, de gran éxito internacional, fue traducida a cuarenta idiomas, y varios de los libros han sido llevados al cine.

PADRES DE LA NOVELA POLICIAL SUECA: PER WAHLÖÖ Y MAJ SJÖWALL

Por Jorge Calvo

A poco de finalizada la segunda guerra mundial que redujo gran parte de Europa a escombros, en los territorios del norte, en Escandinavia y especialmente en Suecia se vivía un clima diferente, se respiraba futuro. El aroma de los adelantos tecnológicos y de una sociedad mejor impregnaba el ambiente. Luego de un par de décadas de gobierno socialdemócrata habían conseguido ciertas cuestiones esenciales y las lucían con orgullo: en primer lugar paz, cumplían más de 150 años sin haber participado en un conflicto bélico y unido al bienestar económico, la fuerza de los sindicatos, la emancipación de la mujer, el amor libre “a la sueca”, el nudismo, el culto a la belleza que en el cine mostraba a Bibi Andersson y Anita Ekberg, y que además fuera el único país sobre el planeta donde se impartía instrucción sexual a niños de siete años, la convertía en el emblema del progreso.
Que en tan pocos años Suecia consiguiera viajar de una estructura social agrícola a una sociedad moderna e industrializada, cuyo sistema político se basaba en las libertades públicas y la igualdad de oportunidades, financiado por un buen sistema de impuestos, originó un estado de bienestar envidiado por casi todos los países. Suecia y los países escandinavos parecían el centro de la civilización.

Sin embargo existían ciertas contradicciones. Todo paraíso tiene su serpiente. Ya en ese momento se hablaba de problemas; juventud desadaptada, rebeldía, alcoholismo y, el cineasta Ingmar Bergman afirmó que: Suecia se encontraba subdesarrollada espiritualmente.

Es aquel periodo nacen los precursores, los padres del éxito de la actual novela policial sueca: el matrimonio compuesto por Per Wahlöö y Maj Sjöwall. Ellos escribían a cuatro manos, trabajaban en equipo, discutiendo juntos las tramas y los personajes y, su posición política comunista los lleva a desarrollar una visión crítica de la sociedad.

Mediante la novela policial y el recurso del crimen van a poner al “modelo sueco”, a esta idílica sociedad de bienestar, delante del espejo, para ver el reflejo que producen sus contradicciones: y las contradicciones de los hombres y mujeres que la habitan.

Ellos dan vida al legendario Inspector Martin Beck, con millares de ejemplares vendidos en el planeta y que, en el mundo narrativo lleva 23 años como comisario de la Brigada Nacional de Homicidios de Estocolmo. Beck se ve a sí mismo como un individuo alto, de apariencia siniestra, rostro demacrado, mandíbula poderosa y ojos azules de mirar triste. Bebe café, fuma cigarrillos Florida, no se cuida. Padece continuos dolores estomacales. Casado con Inga. Luego de 17 años de convivencia su matrimonio se ha deteriorado.

Como tantos otros policías, posterga a la familia obsesionado por el trabajo. Prefiere actuar solo y con paciencia infinita desbroza el enjambre de pistas de un caso. Participa del trabajo en equipo junto a colegas, cada uno aporta la suyo para resolver un caso. Su mundo es el Estocolmo de los sesenta, representa una sociedad con valores evolucionando, entre gente de clase media y, puede interrumpir una reunión de análisis de pistas para ausentarse un par de horas, e irse a cuidar a su hijo, puesto que su esposa estará ocupada.

Wahlöö y Sjöwall escribieron una serie de 10 novelas inaugurando la vertiente social de la novela negra. En «El alegre policía», mientras toda la policía de Estocolmo se encuentra movilizada cubriendo una manifestación contra La Guerra de Vietnam, dos de sus miembros descubren un autobús lleno de pasajeros masacrados. Así comienza una de las mejores novelas, en sus páginas los escritores suecos nos dejan ver de un modo impecable una Suecia, donde, bajo el disfraz de la democracia casi perfecta se ocultan las mismas infamias policiales y políticas que en cualquier otro país de Europa occidental.

Wahlöö –en entrevista- vio el trabajo suyo y de su esposa “como un bisturí para abrir el vientre de una ideología empobrecida y exponer la cuestionable moral burguesa del seudobienestar”.

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