Mientras la comisión de descontaminación que estaba funcionando el año pasado termino su existencia sin pena ni gloria, ahora el gobierno convoca otra comisión Covid-contaminación que probablemente seguirá los pasos de la antecesora.
Peter Hartmann, Coordinador Coalición Ciudadana por Aisén Reserva de Vida – 20-05-2020
Desde hace rato se ven advertencias sobre el que la contaminación del aire es buena conjunción para la propagación de los virus, en especial el Covid-19. En eso vale recordar que Chile tiene varias ciudades con pésima calidad del aire y que Coyhaique tiene la peor de América.
La verdad es que estamos cansados de la crónica y noticia viral morbosa rojo amarillenta de los últimos tiempos, lo cual a estas alturas conspira contra las advertencias sobre el peligro de la yunta contaminación-Covid y hasta a nosotros nos pasó cuando el químico ambiental regional Luis Alberto Gómez advirtió sobre el tema. Y lo que pasa es que no es llegar y apagar las estufas a leña en pleno invierno como pretenden algunos.
Este es un problema que se viene arrastrando desde hace décadas, que no es fácil de resolver y que la institucionalidad lo ha enfrentado con planes de descontaminación cuestionables y con medidas igual de cuestionables y las típicas comisiones que de poco han servido. Mientras la comisión de descontaminación que estaba funcionando el año pasado termino su existencia sin pena ni gloria, ahora el gobierno convoca otra comisión Covid-contaminación que probablemente seguirá los pasos de la antecesora.
Peor aún, el tema se politizo para bien y más para mal, enredando y confundiendo a la opinión pública en dimes y diretes en vez de soluciones. ¡En eso se está perdiendo mucho tiempo y dispersando a quienes venimos trabajando por el bien común en el tema! En lo que aparentemente hay acuerdo más o menos generalizado es que la solución va por el recambio de la matriz a energías limpias y hubo hasta propuestas viables en ese sentido y algún avance por el lado de las empresas eléctricas.
Desde el Estado, tal vez la única «novedad» sea que viene en camino la ley de biocombustibles con lo que finalmente se regulariza la leña y sus derivados. Y eso topa con las inversiones necesarias que el gobierno no está dispuesto a hacer y con el precio de esa energía para el consumidor. Si estamos usando leña es porque es más barata, propia, tecnología simple y beneficia a la economía local ¿Existe alternativa sustentable?