21 - septiembre - 2024

Poeta Jaime Huenun critica a Mañalich y su derrota política de «navegar en la oscuridad»

Mañalich, cuyo estilo incluye un sombrero y una retórica tan alambicada como paternal, decide sincerarse y exponer sin ambages su derrota política y profesional, afirma el poeta Jaime Luis Huenún en su página de Facebook.

NAVEGAR LA OSCURIDAD

Jaime Luis Huenún

«Navegamos en una suerte de oscuridad», ha dicho hoy a la prensa el ministro Jaime Mañalich. A su vez, Cristóbal Cuadrado, secretario técnico del Departamento de Políticas de Salud del Colegio Médico, indicó que en Chile el coronavirus «está fuera de control». Por otra parte – y como si todo lo anterior no bastara- la página de datos en línea OurWorldInData de la Universidad de Oxford informa que nuestro país ha superado a Estados Unidos en el número de contagiados por millón de habitantes. Eso quiere decir que hoy por hoy -y en tal marco estadístico- Chile se erige como el triste y desconcertado campeón mundial en cantidad de infectados por covid-19.
El desaliento, la desesperación y la impotencia son la tónica en los hospitales y clínicas de la región Metropolitana; el hambre, la angustia y la cólera cunden en las poblaciones y campamentos sometidos a cuarentena. Pacientes que esperan atención médica en las ambulancias -incluso por más de 24 horas- ya son legión. Y abundan en los noticieros los llamados del personal sanitario suplicando por más camas críticas para la incontrolable ola de enfermos graves.
Parlamentarios contagiados, ministros contagiados, animadores de televisión contagiados. El bicho salta las barreras sociales como un «enemigo invisible y poderoso» y deja caer su voluble poder de fuego sobre moros y cristianos. O al menos eso parece. De lo que no cabe duda es que Santiago es una ciudad sitiada. Bajo el cuerno esplendoroso de la luna creciente, seis millones de habitantes mordemos el polvo del confinamiento circundados por la amenaza del virus y el despliegue imparable de sucesos cada vez más lúgubres.
Es en este contexto que Mañalich, cuyo estilo incluye un sombrero y una retórica tan alambicada como paternal, decide sincerarse y exponer sin ambages su derrota política y profesional: “todos los ejercicios epidemiológicos, las fórmulas de proyección con las que yo mismo me seduje en enero, se han derrumbado como castillo de naipes.”
Es quizás la primera vez que un alto personero del gobierno de Piñera asume el fracaso de su gestión públicamente (gesto para nada menor), dejando de yapa en el aire el peso mortuorio de una frase terminal: “la distancia social es nuestra única esperanza”.
El gravísimo problema aquí es que el descalabro de un gobernante es también la perdición amplificada de los gobernados, quienes –siguiendo la metáfora del ministro- deberán de ahora en adelante remontar como puedan la espesa oscuridad de los días por venir.

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