El conductor de televisión José Miguel Viñuela le cortó en directo el pelo al camarógrafo del canal. Megavisión lo sacó de pantalla. Y generó revuelo. Jorge del Carmen Ripper considera que Viñuela es gallina con la risa de guasón.
GALLINA
Por Jorge del Carmen Ripper.
Es lacayuno limitarse a pinchar con alfileres lo que habría que atacar a mazazos.
Existe una diferencia millonaria entre gallinas y águilas. Las gallinas viven en un gallinero. En cambio, un águila vuela y ve el mundo desde arriba.
La televisión chilena ha sido mayoritariamente un mundo de egos de gallinas. Durante mucho tiempo la televisión chilena ha sido conducida por hombres gallinas.
No son errores. El problema es sistémico.
Algo está cambiando. Eso sí.
A los hombres gallinas les cuesta entender, pues han vivido eternamente en el gallinero.
El periodismo chileno de los grandes canales de televisión muchas veces ha sido cómplice con los gallinas
Al igual que los gallinas del mundo político, muchas veces fueron cómplices de un sistema.
El rey Juan Carlos de España dijo recién:
“No fui un buen marido, pero creo haber sido un buen rey”
La televisión chilena no ha sido un buen marido, y no ha sido un buen rey.
Ejemplo:
Pancho Saavedra no puede creer que por que hacer un buen programa de viajes (con su risa destemplada también del síndrome de guasón), sea, a la vez, un excelente periodista de contingencia.
Soledad Onetto es bonita, pero eso no le da autorización para creer que puede animar el festival de Viña y, a la vez, entrevistar con éxito al presidente de la República.
La televisión chilena está llena de gallinas enfermas de protagonismo.
Hay tanta gente talentosa en Chile, pero que la Tele nunca, nunca les da espacio.
¿Por qué?
Porque los gallinas cabronas que la gobiernan saben que los dejarían en vergüenza.
La democracia está en crisis, en parte, porque hay aún demasiadas gallinas en la televisión.
Una televisión dirigida por gallinas medrosas, analfabetas; gallinas incultas, sin viaje, sin calle, sin dolores.
¿Qué se creen los gallinas?
Ahora los gallinas están asustadas porque Viñuela salió de la tele.
Ay, pobre Viñuela.
Ahora Viñuela es una gallina “vistima”.
Ahora aparecen los otras gallinas pusilánimes para defenderlo, como si fuese un santo.
Sí. Santo falto de vergüenza.
Pero Viñuela es un parámetro de gallina, no águila.
Viñuela y su síndrome de risa de guasón revuelve el gallinero. Sí.
Pero nunca jamás volará como un águila.
La parábola de la gallina y el águila es muy educativa.
El gallina jamás querrá volar.
A Viñuela le gustaba cacarear entre medrosas gallinas.
Viñuela estaba más preocupado de que le creciera el pelo, más atormentado de su calvicie, antes que de educarse.
Viñuela es una gallina.
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