Las estimaciones muestran que la riqueza regalada a las empresa mineras alcanza un valor piso de 114.000 millones de dólares entre 2005 y 2014. Estas rentas son neutras en relación con las decisiones de inversión y producción, es decir, si estas empresas privadas hubiesen pagado al fisco chileno el monto calculado, su inversión y producción totales no habrían cambiado, pero el país habría podido disponer de esos cuantiosos recursos. Además, en ausencia de cualquier otra distorsión, estas empresas igualmente habrían tenido rentabilidades equivalentes a las que hubiesen logrado en una economía de competencia perfecta.
EsteEste informe fue publicado por la CEPAL y los autores son Sturla Zerene, Gino – López, Ramón – Accorsi O., Simón – Figueroa B., Eugenio
La pregunta es por qué Chile no cuenta con los miles de millones de dólares que signifcan las rentas graciosamente regaladas a las mineras privadas cada año, que equivalen a muchos puentes, a muchos colegios, al salario de muchos miles de trabajadores del sector público y a las pensiones de muchos miles de pensionados del país. La respuesta a esta pregunta hay que pedírsela en especial al Ministro y a sus antecesores, así como a los presidentes de la República y a los parlamentarios de las últimas décadas. Si no se exige dicha respuesta, esta enorme riqueza nacional se seguirá dilapidando y los chilenos continuarán ignorando la lúcida advertencia del Presidente Balmaceda sobre el riesgo de transformar “…esta vasta y rica región…en una simple factoría extranjera…” (Balmaceda, 1889).